domingo, 19 de octubre de 2014

SOFISMAS

He bajado a La Fuente, porque hoy el Maravillas está cerrado y, mientras tomaba café, pensaba en la página que escribí ayer, cuyo argumento central, mas o menos, es el siguiente: la existencia de intervenciones humanas en ciertos procesos naturales está relacionada con el cambio climático que, a su vez, amenaza la conservación del hábitat planetario.

Al no acompañar esta afirmacióon con la aportación de datos que den valor de verdad al argumento, la cosa parece quedarse en un sofisma. Como no tengo ni puta idea de lo que es un sofisma, he consultado la definición del diccionario de la RAE que, mas o menos, dice que un sofisma es un silogismo o argumento capcioso con el que se pretende hacer pasar lo falso por verdadero.

No habiendo esa intención en mi argumentario de ayer, si debo reconocer que la ausencia de datos que lo demuestren impide dar valor de verdad al argumento. O sea, pasando de definiciones académicas, esa tésis estaría construída de modo parecido a como lo hace, en plan cachondo, Martín Pacheco, a quien cité en la página 'Mas Jamón', para demostrar la ausencia de fiabilidad científica de los sesudos especialistas de la ALV en relación con el orígen ibero de la lengua valenciana, 'Si todos los hombres son mortales, y Amparigües es un hombre, entonces soy de Segovia dulce producto y soy la mas puta del acueducto'. un sofisma, llevado al absurdo mas extremo.
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Siento el impulso de explicar esto porque, habiendo leído pruebas científicas de los efectos negativos en el clima de las actividades humanas, que me parecen válidas, defender esa idea con argumentos que puedan reconocerse como sofistas, no es el mejor modo de contribuir a la difusión de esta cuestión y la importancia que merece. 

El problema de la credibilidad de esta idea es que solo los testimonios documentados de aquellos que visitaron, digamos hace medio siglo, el glaciar Perito Moreno, el Ártico, o ciertas islas del Pacífico, o el Anapurna, y lo han vuelto a hacer ahora, tienen el valor de prueba de que algo está cambiando en nuestro entorno.

Esta es una condición necesaria para aceptar esa verdad, pero no es suficiente para identificar las causas del cambio. Las revistas científicas están llenas de testimonios de investigadores, oceanógrafos, paleoclimatólogos que, por estar trabajando en lugares sensibles, están reuniendo pruebas de que la actividad humana, ciertas actividades humanas, están contribuyendo a modificar el hábitat planetario aunque, como parece lógico, esos efectos son mas visibles en unos lugares que en otros. 

Hace un tiempo, antes de la expansión de Internet, había un par de publicaciones de reconocido prestigio científico. Les dabas un vistazo y tenías una idea de por donde iba la ciencia. Ahora buscas en Wikipedia con la expresión revistas científicas, y te internas en una selva imposible de abarcar, de tal modo que, mi intención al escribir esta página, citar pruebas solventes que demuestren que mis argumentos no son sofismas, temo que no queda del todo cumplida. 

Hay otra cuestión que me parece interesante aclarar. Los negacionistas del cambio climático suelen referirse a los conservacionistas como sujetos a los que les gustaría vivir en un mundo natural, sin humos industriales ni escapes de los coches, una especie de arcadia feliz, anterior a la revolucióln industrial, con lo que tiene de reaccionaria al progreso una visión así. 

Vamos a ver, los conservacionistas no son imbéciles, saben el tiempo en el que viven. De lo que se trata es de actuar sobre la tecnología, cuyo mal uso está en la base de las distorsiones en el clima, y no sabemos a que plazo en el hábitat, para que nuestras propias capacidades tecnológicas den un vuelco a la situación actual.

Y es aquí, en mi opinión, donde aparece el conflicto, porque los grupos económicos que están exprimiendo tecnologías obsoletas y contaminantes, no están por la labor de prescindir de las fuentes energéticas sucias que tan buenos dividendos les dan. 

Pues, si no quieren, hay que obligarles, mediante tasas medioambientales, porque en la jerarquía de valores está primero el factor social universal, que el interés económico particular, lo que nos lleva, como era de esperar, a las relaciones de poder, una cuestión presente en todas las formas de organización social, y en todas las etapas de la evolución humana.

Ahora está presente una nueva generacíon de activistas políticos. Ellos dicen que sí pueden, pero necesitan el apoyo de la gente. A ver que pasa.

En fin. Sofismas. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 10 14.

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