martes, 21 de octubre de 2014

WALKYRIA

Un modo de distanciarse de la presión de los medios de comunicación es no leer los periódicos, no ver los telediarios, de ese modo te abstraes, aunque sea temporalmente, del mismo cuento de cada día,las tarjetas de Caja Madrid y esas cosas.

Es lo que he hecho hoy, no he bajado al Maravillas, ni he puesto la tele, 24 horas, pero claro, si te impones la tarea, que nadie te ha pedido, de escribir una página al día, y no consultas las fuentes del relato de la realidad, de que escribes?.

Hoy lo tengo claro, voy a hacer un homenaje. He acompañado a mi mujer al cementerio a poner unas flores, artificiales, claro, en el nicho de sus padres, y aunque no hemos encontrado el nicho de Walkyria, mi memoria de esa persona tan especial me permite esbozar un relato de quien fué, un homenaje, sí.
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"Walkyria fue la mayor de los cuatro hijos de una familia de padre libre pensador, aficionado a la música de Wagner, se ve que por eso puso a todos sus hijos nombres de resonancias wagnerianas. Walkyria, Sigfrido, Alpina y Helenio fueron los cuatro vástagos de esa familia, pero yo quiero hablar de esa mujer inteligente, pero, sobre todo, independiente, que nunca quiso buscar un hombre que la mantuviera, se ganó la vida y la libertad con su trabajo de experta artesana en marroquinería y, además, nunca estuvo sola, siempre buscó la relación con sus amigas y en su familia, sus sobrinos sobre todo, encontró un lugar afectivo en el que volcó todas sus experiencias, sin renunciar a otras pues, a una edad ya avanzada, viajó por Europa, conoció otros países, entre ellos, Italia, de la que siempre recordaba las tajadas de sandía que se comió en los mercados de la Toscana.

Para una mujer de extracción obrera, que vivió siempre de sus propios medios, esas actitudes ante la vida merecen un homenaje.

En mi memoria quedaron las jornadas playeras que Walkyria organizaba en el balneario de Las Arenas, antes de que el nuevo hotel invadiera un espacio que fue eminentemente popular, para convertirlo en un lugar elitista.

Nos citábamos sus sobrinos, con la prole, en aquel lugar y Walkyria aparecía bajando de un taxi con un par de bolsos llenos hasta los topes, pues se había pasado dos días guisando para preparar las viandas que traía para el disfrute de todos.

Guisados de caracoles, con sus judías verdes, su jamón, termos llenos de pasta para los mas niños, ensaladas, croquetas de bacalao, una variada muestra de sus habilidades culinarias, que eran muchas, y muy sofisticadas.

En las comidas familiares que celebrábamos en su casa, con ocasión de alguna festividad, las sobremesas se enriquecían con los relatos de las aventuras de los ancestros libertarios de la familia, su desplazamiento clandestino en trenes de mercancías, con destinos relacionados con su activismo revolucionario. 

Aquellos relatos, cuando vuelven a mi memoria me hacen reconocer en los jóvenes activistas del 15 M, ahora reconvertidos en formación política, los mismos anhelos de cambio social, solo que ahora, son gentes mas preparadas y repudian la violencia, lo que me parece un progreso.

En su último cumpleaños, Walkyria nos invitó a toda la familia a una comida en el Restaurante Las Arenas. Arroz con langosta, o lo que los demás quisieron pedir. Fue la última vez que nos reunimos todos.

Unos meses mas tarde la visité en su casa. Recostada en la mecedora, el rostro de Walkyria presentaba un aspecto como si la máscara de una muerte inminente se hubiera instalado en el. Su corazón dejó de latir la madrugada siguiente."

Walkyria, la tía Walky, para nosotros,  está enterrada en un nicho del cementerio municipal de Valencia. Esta mañana, al acompañar a mi mujer para poner flores a sus padres, he buscado el nicho de Walkyria, sin encontrarlo.

En fin. Walkyria. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 10 14.

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