lunes, 15 de junio de 2015

CAPÓ, DESUBICADO

He bajado al Maravillas y, no se si porque es lunes, solo había dos clientes más en la barra, y 'Levante' estaba disponible sobre el mostrador, así que lo he leído de cabo a rabo, pero como luego he asistido a un acto cultural, la presentación de un libro escrito por mis colegas de un Aula vecina a la de Medios, con lectura incluída por los autores sindicados en la obra, cada uno del fragmento que ha escrito, con algunas intervenciones interesantes, y luego he ido a tomar café con mis colegas de Medios --L llevaba una camiseta muy lujosa, con un ancla dorada que decoraba su pecho-- no estoy seguro de recordar lo que he leído, aunque, al menos, creo que puedo referirme al artículo de Daniel Capó y a la página de Gregorio Martín, ambos expertos en política local, aunque Capó me da la sensación de que está aún mas desubicado que Civera.

De las intervenciones de los alumnos-escritores conchavados para la publicación del libro, que estará disponible en la biblioteca vecina al Aula de Medios, hay dos que me han llamado poderosamente la atención, una de un colega que dijo tener seis años, porque hace seis años tuvo un infarto que lo dejó al borde de abandonar este mundo durante quince días. El colega nos leyó su texto, una apología de la vida, y aprovechó para decir que esa famosa luz que dicen que se ve cuando uno está a punto de abandonar el mundo, él no la vió. Otra intervención, de una mujer que contaba las experiencias de su infancia en el corral de su vivienda familiar, con toda clase de animalitos, incluída una mula, me pareció que evocaba, con gran estilo, la literatura de Juan Ramón Jiménez, Platero y yo.

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Capó me ha parecido entender que defendía la centralidad de la política y atacaba los extremos, dando a entender así que no sabe nada de política, o está desubicado, pues tanto el centro, como los extremos, son conceptos geométricos que nada tienen que ver con las verdaderas motivaciones y actos políticos. 

Como estamos viendo estos días, las actitudes y los comportamientos políticos obedecen sobre todo a relaciones de grupo. No hay mas que recordar las declaraciones de los portavoces, para comprobar que responden a la fidelidad a su grupo, a veces expresada de un modo totalmente irracional, y al rechazo de aquellos que pertenecen a grupos contrarios. 

Que sentido tiene hablar de centralidad, como hace Capó, cuando lo que estamos contemplando, claramente, son actitudes grupales al margen de cualquier ideología o posicionamiento teórico?. En mi opinión, no tiene ningún sentido y Capó está en otro mundo, que nada tiene que ver con la situación de la política después de las recientes elecciones. 

Tiene más sentido, el artículo de Gregorio Martín, pero tampoco tiene nada que ver con la centralidad y los extremos, porque Gregorio Martín lleva años escribiendo, no de política, sino de la pasta. Hoy, siguiendo su pauta habitual habla de que faltan 4.000 millones. 

Lamento no disponer ahora del texto íntegro de Martín, porque no estoy seguro de si esos 4.000 millones que faltan es porque han desaparecido, o se trata de necesidades presupuestarias que no se pueden cubrir, o bien está hablando de medidas políticas que tendrá que afrontar la nueva coalición que va a gobernar Heliópolis, y les faltan esos recursos para poder ejecutarlas. No lo sé, pero, en cualquier caso, estamos hablando de pasta, que es de lo que habla Martín siempre en sus artículos, mas que de política. 

Tanto si aceptamos el concepto de centralidad, como si aplicamos el de grupo, lo cierto es que, según Martín, faltan 4000 millones, aunque yo no sepa explicar para qué. Me quieren decir para que coño sirve el artículo de Capó, y el mío, claro, ante la certeza de que no tendremos pasta para gobernarnos? 

Si alguien sabe como resolver esta carencia, que lo diga, por favor, vía comentarios. 

En fin. Capó, desubicado.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 15 06 15.

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