viernes, 19 de junio de 2015

VIERNES

--Te llamaré Viernes. Esta escueta afirmación define la relación entre Robinson Crusoe, un náufrago que llega a una isla desierta, y por tanto desconoce todo sobre ese lugar al que ha llegado por el azar del destino, y el nativo que vive allí desde siempre, pero, dado que estamos hablando de una novela de 1719 escrita por Daniel Defoe, en plena época del colonialismo, el relato convierte al nativo en criado del náufrago cuando, con una perspectiva lógica, parece que debería ser al revés, dada la ignorancia del náufrago del medio en el que está.

El título de esta novela, que conocemos como Robinson Crusoe, lo podemos encontrar en Wikipedia, pero como tiene al menos cinco líneas, pues incluye una sinópsis del contenido,  no lo reproduzco. Tampoco hace falta, porque quiero centrar la entrada de hoy, mas que en las aventuras del náufrago, en las relaciones amo/criado, amo/esclavo, o si se quiere, gobierno/patrón/trabajador que, en mi opnión, llevan evolucionando, sobre todo aquí, pero también en Grecia, desde hace cuatro años, como trataré de demostrar, hacia el modelo patrón/criado vigente en 1.719.
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Hay algunos signos en la situación de los países del sur de Europa que parecen indicadores de una cierta regresión a actitudes colonialistas. Véase la prepotencia de Lagarde, directora del FMI, de quien estuve enamorado en plan platónico, exigiendo que bajen los ingresos de los pensionistas griegos. 

El FMI es acreedor de Grecia, vale, pero no se insiste bastante en quiénes fueron los gobiernos que endeudaron a Grecia. Fueron Papandreu y las demás oligarquías que gobernaron Grecia en los últimos veinte años. 

Normalmente, cuando alguien concede un crédito exige el aval personal de los solicitantes, es decir, que ahora mismo, debían ser los oligarcas griegos que se llevaron la pasta quienes deberían responder con sus fortunas, no los pensionistas griegos, pero el FMI desembarca en Grecia como si fuera un náufrago de 1719 y reclama a su población la condición de súbditos. 

Esto es solo un indicador de cómo están cambiando las relaciones sociales en los paíes del sur. Escuchas lo que dicen algunos políticos de la derecha, algunos representantes patronales, lo último que hay que bajar el salario mínimo interprofesioal y compensar lo no pagado con formación, oyes las contínuas amenazas del ministro de Hacienda, escuchas al gobernador del Banco de España, o ves a Rajoy tumbado en su hamaca decir que no percibimos el bienestar que ha creado, porque no han sabido comunicarlo, y te das cuenta que, a nivel de declaraciones, hay una rotunda regresión, pero a nivel de los hechos, como ahora demostraré, es todavía peor.

La otra tarde fuí al oftalmólogo, para una revisión rutinaria. Ya se sabe que en esas situaciones hay que esperar y la vista se distrae con múltiples estimulos. Yo me fijé en un cartel, el más grande de los muchos pegados en la puerta de la consulta. Lo leí de cabo a rabo y concluí que a la ministra de trabajo, Fátima Báñez, no se si natural de la constelación de Orión, porque de aquí no parece, lo que más le preocupa de su ministerio son los posibles fraudes --considera como tal la duración de las bajas por incapacidad transitoria-- de los trabajadores, de los nativos como Viernes, digamos, pero no se le conoce ninguna iniciativa seria para atajar el fraude de los patronos, contrataciones ilegales, defraudación en las cuotas a la seguridad social, etc, se diría que toda esta pandilla quiere cargarse la seguridad social, siempre están ofreciendo rebajas a los nuevos empresarios, y metiendo mano en la caja de las pensiones, sin considerar cómo se pagarán las pensiones futuras, bueno sí, con planes de pensiones con el sistema bancario. 

No quiero dejar de citar que hay países que no tienen caja de seguridad social, y pagan puntualmnmte sus pensiones. No son países sureños, son países norteños donde la mitad del salario se la lleva el Estado en impuestos, todo el mundo los paga, hay mucha menos economóa sumergida que aquí y claro, con unas cuentas saneadas, donde los políticos no roban, al menos no nos llega el eco de sus robos, pues es el Estado, directamente, sin órganos intermedios, quien atiende, amplia y puntualmente, las necesidades sociales. 

Antes eran gobiernos socialdemócratas, que se lo creían, quienes las gestionaban, parece que los cambios políticos no afectan demasiado a la salud del sistema.

Nosotros vivimos en países del Sur, mas parecidos a una  remota isla caribeña, y cuando desembarcan nuestros Robinsones, intentan convertirnos en sus criados, véase Grecia, y lo que han intentado hacer aquí, aunque parece que los electores están vaciando un tronco, para que se vayan por donde vinieron.

 En fin. Viernes.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 06 15.

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