LA CORONA

He bajado al Maravillas, antes de ir al banco a por una tarjeta de crédito que nos exigen para pagar ciertos servicios de a bordo en el viaje por el Rhin que vamos a realizar este verano. Lo mejor de 'Levante' iba en la página 2.

Un chiste gráfico de Ortifus cuya leyenda en la parte superior dice: 'Opinar contra la corona en redes sociales, delito de terrorismo a partir del 1 de julio", en el centro de la imágen aparece un pájaro enjaulado, una metáfora de los futuros opinantes.

En el lado inferior izquierdo del recuadro, aparece la imágen de Ortifus, no estoy seguro de si con un cigarrillo en la mano, o haciendo una peineta con el dedo. Miro la fecha de hoy en el ángulo derecho de la pantalla, 18 de junio, y entiendo que todavía puedo opinar, puesto que aún no ha llegado el 1 de julio, pero, por si acaso algún pirata informático próximo a la casa real me cambia la fecha de este artículo, diré que opino de la corona, no contra la corona.
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No es la única alusión a la corona que lleva hoy Levante. Un artículo de Millás, 'Regalo de Bodas', alude al despojamiento del titulo de Duquesa de Palma a la infanta doña Cristina de Borbón --lo escribiré así para que no se considere terrorismo-- y nos recuerda que ese Ducado fué un regalo de boda, cuando todavía se ignoraba que la infanta estaba contrayendo nupcias con  quién, si consultamos lo que ahora llaman las malditas hemerotecas en la Sexta, ha resultado ser el miembro de una saga con antecedentes delictivos. 

Algo bastante normal entre la realeza, si consideramos que los Reyes, todos, tienen entre sus mas antiguos ancestros, saqueadores, asaltantes y piratas, pues a ver quien es el guapo de cualquier saga real que no desciende en línea directa de alguien que asaltó un castillo para consolidar sus dominios, o se dedicó a la piratería, como los Grimaldi, aunque ahora celebren el baile de la rosa y den su nombre a compañías navieras.

En el caso de los Borbones, antes de comentar cosas actuales, conviene citar lo golfo que fué Alfonso XIII, y antes que el, lo que tuvo que sufrir este país con la década ominosa atribuída a Fernando VII.

Se dirá que esto son cosas del pasado, que no hay que asociar con el desempeño de las modernas monarquias parlamentarias. Vale, solo que la nuestra tuvo un orígen espúreo, un príncipe educado a la sombra de un dictador. 

Siempre me quedará la duda, porque mis fuentes se limitan a la prensa, sin que tenga acceso a papeles desclasificados, ni a fuentes de servicios supersecretos, sobre como interpretar lo que sucedió un 23F, una fecha que, entre otras cosas, supuso la consolidación de Juan Carlos I como monarca democrático, por su actitud de defensa de la democracia frente a los golpistas. 

Algún 'terrorista' de las redes sociales ha debido escribir, antes que yo, que estando los servicios de información perfectamente alertados de lo que iba a suceder, tal vez se reunieron para evaluar cual era el momento mas oportuno para desmontar el golpe, y alguna cabeza brillante sugirió que lo ideal era dejar que llegaran hasta el parlamento, para que la monarquía se consolidara definitivamente a través de su papel público de garante de nuestras libertades amenazadas.

Sea como fuere, aquello salió bien, la monarquía se consolidó, hasta que ha sido la propia monarquía, con las actitudes y conductas de Juan Carlos I, quien la ha llevado al desprestigio, lo que ha obligado a la abdicación y a comenzar de nuevo, con otro príncipe, esta vez formado sí, a la vera del Ejército y las Multinacionales, pero lejos de cualquier otra sombra autoritaria. 

He sostenido en el Blog, alguna vez, que esto de Monarquía o República, República o Monarquía, es una falsa disyuntiva, porque ambos son sistemas jerárquicos, uno hereditario, el otro no. El único sistema que puede superar la jerarquía, de cualquier signo, es la Anarquia, pero temo que aún falta mucho para que alcanzemos la madurez suficiente que nos permita prescindir de los jerarcas.

 En fin. La Corona. 


  LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 18 06 15.