LAS REDES SOCIALES

He bajado a La Fuente a por tabaco, el camarero me ha ofrecido un café, he declinado tomarlo --He de ir, en ayunas, a que me tomen una muestra de sangre, para comprobar si la cantidad de litio que circula por ahí es tóxica o terapéutica, lo hago dos veces al año, luego, a la vuelta, vendré a tomar café.

 --Pínchame en la mano por favor...

--Los que preferís en la mano, aunque es más doloroso, tenéis unas venas complicadas...

--Ahora ya no es doloroso, con esas mariposas que usáis, que se dejan caer delicadamente, como si libaran su néctar...

Al regresar, con un esparadrapo en la mano, mientras tomaba café, he visto en la pantalla de televisión a una periodista que comentaba el lío de Zapata y otros que, antes de meterse en política, dejaron huella en las redes sociales de los comentarios, suyos o reproducidos, que ahora reaparecen como un boomerang, para beneficio de sus adversarios políticos, que han creado un clima de escándalo alrededor de esas barbaridades escritas hace años en un contexto de barricadas, algunas, verdaderamente vomitivas, sí, pero que ahora se usan como un arma nuclear contra los 'radicalismos', una palabra que expresa, en realidad, el temor a perder la hegemonía de partido único de que ha gozado la derecha en esta última --esperemos que sea la última-- legislatura.

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Esto de las redes sociales, Twitter, Facebook, los Blogs y demás es así. Lo mismo sirven para ayudar a crear organizaciones críticas, alternativas, horizontales, con la intención de superar los vicios y limitaciones de la política tradicional que, una vez que estas organizaciones nuevas entran en el juego político, esas mismas redes sirven para dejar en evidencia los excesos comunicacionales de algunos miembros de esas organizaciones rupturistas, hasta el punto de exigir su dimisión, mediada o entera. ¿Porqué?

A diferencia de la prensa tradicional, donde hay un comité de redacción y los editoriales se supone que se someten a un equipo de personas antes de salir a la luz, los francotiradores de la red no tenemos ningún filtro que evalúe y pondere los resultados de nuestro entusiasmo comunicacional antes de que se convierta en expresión escrita en la red, y además, esa escritura va a parar a una nube que es lo mas parecido a la inmortalidad, y allí queda, a disposición de quien quiera usarla con fines mas o menos perversos. 

Esa ausencia de filtro, a la vista de lo que está sucediendo ahora mismo, debería ser compensada por quienes escribimos en la Red, creo yo, por una decisión estratégica. Aquellos que piensen dedicarse, en el futuro, a la política, en una u otra de sus modalidades, deberían abstenerse de volcar en la red sentimientos u opiniones que no sean políticamente correctos. 

Si por el contrario, no entra en sus planes dedicarse a la política en el futuro, pueden continuar con sus expresiones sin filtro, conservando así su libertad de expresión que deberían ejercer sin agredir la de otros. 

No se si me he explicado. Usaré un par de ejemplos. Supongamos que yo tengo expectativas de entrar en política. Debería escribir cosas así,

 "En mi memoria mas antigua conservo la imágen de un domingo luminoso de julio. Un niño, que no soy yo, encaramado sobre una fuente pública, pulsa con su mano izquierda el mecanismo de apertura del grifo de la fuente, mientras con la derecha, con la palma extendida, dirige el chorro de agua hacia la calzada donde sus amigos, con la calle bien regada, lanzan sus flexibles cañas, arrancadas en la cercana huerta, contra las líbelulas, púrpuras y doradas, que acuden a beber.... Ese niño ya no soy yo, pero aún vive dentro de mí y no comprendo cómo, después de tantas décadas, aún se hace presente en mi interior, por medio de esa imágen que nunca me abandona.."

Si, por el contrario, decides no formar parte, nunca, de ningún colectivo político, sea convencional, o algo alternativo, en principio nada te impide cometer algún exceso de vez en cuando, por ejemplo aludir al olor a choto viejo del coño de Rita Barbera, algo parecido creo haber escrito alguna vez. 

Ahora me parece excesivo, y no lo volvería a escribir, sobre todo porque Rita Barberá ha dejado de ser alcaldesa, y los nuevos políticos, tratados como hordas quemadoras de iglesias por su 'leal' oposición,  en su mayoría, parecen estar mas en la línea de la corrección política que de la radicalidad verbal.

 En fin. Las Redes Sociales.

  LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16 06 15.