viernes, 26 de junio de 2015

LA PLAYA

Hoy hemos ido a la playa, además en coche, Encarna ha superado su fobia al tráfico, en realidad su fobia al conductor, porque desde que sufro de temblor esencial, no se fía de mi firmeza al volante, lo cierto es que hoy ha consentido en que fueramos en coche, y nos hemos ahorrado las esperas del bus 23, su extravagante recorrido antes de llegar al mar y, después de estacionar en el solar que hay cerca del puesto de clotxines de Valereta, nos hemos encontrado enseguida con un horizonte limpio de nubes y un mar tranquilo, visitado por tantas civilizaciones que nos han dejado un poso entre fenicio y festivo.

En la playa había media entrada. Es viernes y el que puede trabaja, pero buena parte de los visitantes parecían jubilados, o madres y abuelas acompañadas de sus nietos, ahora liberados del horario escolar. Se lo he dicho a Encarna, los últimos diez años de mi vida han sido los mejores, sin la obligación de fichar. Claro, ha respondido ella, a tí nunca te ha gustado trabajar. Bueno, he precisado yo, me ha gustado más hacer cosas inútiles, por eso ahora escribo en el blog, pero aquí también trabajo, ya tengo 2.528 entradas, no está mal, no?.
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Hemos entrado en la arena por el lado del paseo marítimo donde están los delfines. Nos hemos descalzado y hemos inciado un paseo húmedo por la orilla del mar. Yo me he preparado, al salir de casa, con un pantalón corto, la camiseta del lobo, una gorra de Williams, de la Fórmula 1, para algo ha servido tamaño despropósito, unas sandalias que solo me puse una vez en Xábia, las gafas de sol y una expresión pétrea en el rostro como si yo fuera Clint Eastwood en su última etapa de actor.

El largo paseo nos ha llevado hasta la playa de Alboraya, donde hemos descansado en los escalones del mamotreto que domina el cauce por donde antes vertía sus aguas una acequia, ahora canalizada por medio de un emisario hacia aguas mas profundas. 

El rato que hemos permancecido allí he estado inquieto al observar a un nadador que permanecía fuera del perímetro señalado por unas boyas, preocupado por la seguridad del bañista pues no sabía si estaba allí por su gusto, o tenía algún problema que le impedía alcanzar la orilla. 

Al parecer, mi inquietud no estaba justificada, pues cerca de el había una lancha de salvamento, y nada indicaba que el nadador estuviera en peligro.

 --Vámonos, aquí hace calor, ha dicho Encarna, aunque por los huecos de la baranda de la escalera entraba un aire muy fresquito, 

El camino de vuelta ha sido muy agradable, la temperatura del agua en la orilla, frecuentada por docenas de alevines de pescado que se acercaban hasta el límite arenoso de la playa, era perfecta y un viento del sureste, todavía no muy caliente, refrescaba la piel con una delicadeza que desmiente las previsiones del tiempo, aunque es previsible  que la subida de temperaturas no tarde en aparecer.. 

Terminado el paseo, nos hemos acercado al chiringuito mas próximo, que ha resultado ser Pans&Company. No lo recomiendo. Una cerveza y un refresco 5,20 euros, con el agravante de que, para ir a mear, tienes que teclear una clave, 2437A, para que el urinario se abra. Excesivo, me ha parecido excesivo, sí.

Por suerte, mientras tomábamos la cerveza y el refresco, unas enfermeras y acompañantes de algún paciente del cercano Hospital Malva Rosa, se han sentado en una mesa próxima, y le han dado al lugar un ambiente como el de la serie televisiva esa que Encarna no se pierde nunca, 'Allá Abajo', una versión televisiva del éxito cinematográfico 'Ocho apellidos vascos'. 

Después de disfrutar de la cerveza y el refresco bajo una sombrilla, mientras el viento del sureste nos refrescaba la piel, nos hemos dirigido a por el coche pero, antes, hemos pasado por el puesto de Valereta y hemos comprado un kilo de clotxines --nos ha regalado un limón-- que enseguida vamos a hacer al vapor para acompañar la ensalada de arroz con uvas pasas que tenemos para hoy.

Que ustedes lo pasen bien, yo, estoy pasando este viernes muy bien, y parece que va a ir a mejor, sobre todo porque Lola y Antoni vienen esta noche y cenaremos por ahí, en algún chiringuito de Russafa.

 En fin. La Playa. 

  LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 06 15.

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