DOMINGO

Me he despertado antes de las siete de la mañana. Es domingo y el Maravillas, que es donde leo el periódico, está cerrado, asi que hoy nada de noticias recortadas de Levante. He aguantado hasta las siete y media, me he levantado y, después de tomar una copa de vino tinto por recomendación médica, ya saben, por lo del temblor esencial, el Etanol, esas cosas, he salido a la calle.

Hace una mañana espléndida que desmiente a los augures del mal tiempo, aunque ayer tarde cayó aquí una de las tormentas mas violentas que recuerdo, que me pilló en casa después de asistir a una sesión de teatro de improvisación en Lo+Baix, que fue un éxito de público y risas, felicidades Antonio, y David, claro.

La Cafetería la Fuente, que es mi hábito dominical, aún no había abierto sus puertas. Me he acomodado en un banco, al lado de otro banco ocupado por un cliente de La Fuente y su perro.
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He permanecido en silencio un rato, hasta que el otro cliente se ha dirigido a mí, en un tono de complicidad, para expresar su temor a lo que puedan hacer los nuevos políticos llegados al poder tras los pactos de las izquierdas. 

Le he cortado enseguida. Cuidado, que yo soy de los nuevos, un cambio cada veinticinco años parece saludable, no?, y nos hemos puesto a hablar de perros, un tema en el que han aflorado nuestras coincidencias, en lugar de nuestras discrepancias.

Sorprende lo pronto que ha calado en el imaginario popular el discurso del defenestrado Partido Popular, en el sentido de que ellos representan el Orden y los demás el Caos. En las tertulias televisivas pude observar ayer, cómo se habla de pactos antidemocráticos, como si le hubieran robado votos al PP, cuando la relación de fuerzas es solo el resultado de una suma, los votos de la izquierda que, aunque ha concurrido dividida a las elecciones, como siempre, esta vez han decidido sumar, en vez de dividir y el resultado es que la izquierda, en sus diversas siglas, suma mas votos que la derecha. 

El abuso de la palabra radical por el PP, la impresentable salida al balcón del ex alcalde de Badalona, una vez despojado de su cargo municipal, y las manifestaciones airadas de los portavoces de la formación defenestrada por la voluntad de los votantes, explica que ayer, cuando Ribó, el nuevo alcalde de Valencia --adiós Rita-- hizo declaraciones, tuviera que asegurar que no va a acabar con las Fallas, que hará lo necesario para que sean declaradas Patrimonio de la Humanidad, porque  los brutales argumentos de la derecha nombran estos acuerdos de gobierno como si se tratara del Frente Popular, solo les ha faltado advertir contra la quema de Iglesias. 

Hombre, no somos tan burros, si quemamos las Iglesias, cómo van a pagar el IBI. Es increible que, después de una legislatura tan caótica para las clases populares, degradación del empleo, de la asistencia sanitaria, de la atención a los dependientes, caos en los planes de estudios, que unas comunidades aplican y otras no, caos en los contratos públicos, buena parte de los cuales tienen por destino el despacho de los jueces, el PP anuncie que viene el caos con el cambio político, cuando llevamos casi cuatro años inmersos en ese desastre, y mucha gente les crea. 

Claro, uno es libre de creer lo que quiera, se trate de creencias religiosas, de idearios políticos, o de preferencias futboleras, porque este es un país diverso, algo complejo, supongo, y no va a dejar de serlo, gobierne quien gobierne. 

Yo, en particular, nunca me he interesado por el fútbol, o furbol, como dice el impresentable presidente de la federación, sin embargo, dentro de un rato voy a asistir a una celebración en la que los protagonistas son los chavales, entre ellos mi nieto, que juegan al fútbol en unas instalaciones cercanas. 

Allí se entrenan cada semana y luego van por ahí a los campos de su categoría, a que les metan 6 o 7 goles cada vez, con lo que, según dicen, están aprendiendo a perder. Si los del PP hubieran recibido ese entrenamiento, tal vez sabrían perder con mas elegancia. 

En fin. Domingo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14 06 15.