lunes, 1 de junio de 2015

PANORAMA DESDE EL RHIN

El viernes estuvimos en los jardines del Muvim, acompañados de unos amigos, disfrutando del perfume de sus árboles y contemplando, activamente, la actuación de una orquesta catalano árabe, muy marchosa, con una gran habilidad para obtener la complicidad del público, que ofreció su arte musical en el marco del Espai Mediterráni, una iniciativa cultural que se prolongará los fines de semana del mes de Junio, no se la pierdan.

Los músicos, percusión, violín, teclado y cantante, --excepcional-- nos ofrecieron un repertorio de música árabe contemporánea, con sabor andalusí, resonancias de jazz, una música étnica de gran calidad, acompañada, en ocasiones, de comentarios irónicos cuando el violín, que también era el portavoz de la orquesta, presentaba las canciones.

Hacia el final del concierto, el público, en pié, acompañaba el ritmo de la música y puedo asegurar que el estupendo ambiente que se generó entre el público y la orquesta, superó al de muchos conciertos de jazz.

La cosa es que acudimos al espectáculo a una hora equivocada, nos adelantamos hora y media, porque habíamos quedado con Lola y Antoni, así que antes de asistir al concierto, fuimos a una taberna andaluza cercana, donde probamos un jamón excepcional, unos quesos variados y unas bravas acompañadas de sendas cervezas Alhambra, así que, después del tentempié el concierto nos sentó de maravilla.
......  

Terminado el concierto nos enteramos de que Lola y Antoni están a punto de cerrar un viaje para el mes de Agosto, y nos hemos apuntado para formar parte del mismo paquete. Un crucero por el Rhin, saliendo desde Amsterdam. 

La región del Rhin, que no conozco, despertó mi interés hace mucho tiempo. Creo que fué leyendo un libro de Edgar Alan Poe que supe de la existencia de los vinos del Rhin. Mas tarde, le pedí al director alemán de la empresa donde yo trabajaba, con ocasión de un viaje suyo a aquella zona, que me trajera una botella de Riesling. 

El hombre cumplió con el encargo y entonces descubrí que esos vinos alemanes apenas alcanzan los diez grados debido a la poca insolación en los lugares donde se cultivan, lo que entonces me pareció una especie de limitación, ahora me parece una virtud. Me imagino en el mes de agosto navegando por el Rhin, papeándome una botella diaria de Riesling, sin soportar los estragos de una mayor graduacion alcohólica.

Mi mujer, por su parte, lleva años deseando visitar Amsterdam, la segunda ciudad de los canales después de Venecia, que ya conocemos, por lo que el hecho de que el crucero parta de Amsterdam, le da la oportunidad de cumplir su sueño. 

Cierro los ojos y me veo navegando entre bellos parajes habitados por castillos, mientras escucho el Anillo de los Nibelungos, impregnándome de una cultura germánica muy anterior a la apropiación que hizo Hitler de esos símbolos, y a la política impuesta por Merkel en los últimos años, que nos ha hecho desconfiar, sin razón, de todo lo germánico.

Lo único que repruebo de la cultura germánica es su manía de mezclar la cola con el jarabe de fresa, y la de usar la col como guarnición del codillo, en lo demás, me tienen a su disposición para lo que quieran, que se yo, para editar el blog allí, esas cosas. 

La ventaja de la navegación fluvial, es su lentitud, y su ventaja sobre la navegación marítima, es que Encarna no se marea. Así que está eufórica, deseando cerrar el paquete del viaje, deseando que llegue Agosto, y me ha contagiado su entusiasmo por estar en otro país, en otros lugares, en vez de en los paisajes que, no por bucólicos y agradables, dejan de ser muy conocidos, marcados por la repetición. 

Por no hablar del excelente relato viajero que puede surgir de esa aventura fluvial. Todo son ventajas, no?.

En fin. Panorama desde el Rhin.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 1 06 15.

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