LOS AMIGOS DE GONZÁLEZ

"Tal cómo éramos' es una interesante película de 1.973, dirigida por Sidney Pollack, en la que Robert Redford y Barbra Streissand dan vida actoral a una pareja, el un atleta universitario amante de la buena vida, ella con una decidida vocación política, consecuente con sus ideas.

Ambos inician un apasionado viaje romántico, y el tiempo y las circunstancias hacen que se amen y se odien. Pocos años después de que se rodara esa película, mi mujer y yo asistimos a un espectáculo que luego pocas veces se repitió. Felipe González, encaramado sobre un bidón, creo recordar que junto a algún edificio público en el barrio de Campanar, trataba de convencer al público que le seguía, con la elocuencia andaluza que lo caracterizaba, de que se apuntaran al cambio.

Un cambio político que según su, entonces, amigo Guerra significaba que si su partido, el PSOE, gobernaba, al país no lo conocería ni la madre que lo parió. La madre que había parido al país, en los últimos cuarenta años, era Franco y, naturalmente, con Franco muerto, y las instituciones públicas habitadas por una mezcla de franquistas residuales y otros políticos comprometidos con el cambio, algunas instituciones como el Ejército, la Banca, la Justicia, fueron asumiendo que debían llegar a un consenso con los nuevos, para que no todo se viniera abajo.

Nadie puede negar, honestamente, que los gobiernos socialistas en este país, fueron los artífices de la mayoría de los cambios institucionles, pero tampoco conviene olvidar que la legalización del PC, el divorcio y la primera gran reforma fiscal pos franquista, no fueron obra del socialismo democrático, es decir, que si hay una palabra que describe aquella época es consenso.
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Ha pasado mucho tiempo desde entonces, tanto que, probablemente, ya no somos tal como éramos, porque el tiempo no perdona, aunque el otro día vi a un grupo de personas en la tele, con banderas pre constitucionales y el brazo en alto, como si el tiempo se hubiera detenido, para ellos, antes de la democracia.

En este largo trayecto histórico, han pasado muchas cosas, González está fuera de la política representativa, pero ahora sigue en el candelero mediático, con su visita a Venezuela, al parecer quiere que le dejen hablar con un amigo, o conocido, a quien Maduro tiene en prisión. 

El ejercicio de la política, al parecer, genera tanto amigos como enemigos. Algunos de los amigos mas cercanos que tuvo González han pasado por la cárcel, como Barrionuevo, que cargó con el muerto del Gal, mientras González, que supo donde debía poner su firma y donde no, para eso es abogado, se salió de rositas, no es extraño que sus nuevos amigos también estén en la trena.

Aquellos fueron tiempos raros, en los que otro ministro, sindicalista de origen, regalaba joyas a las esposas de los mandos comprometidos en la lucha sucia contra el terrorismo. La pregunta es, cuánto quedaba entonces, cuánto queda ahora, de aquel Felipe González encaramado a un bidón, que ahora se acomoda, o se acomodaba, en el sillón de un oligopolio, y se marcha a Venezuela, con protección diplomática y guardaespaldas, a defender, no al simpático alcalde a quien hemos visto detener injustamente, sino al lobezno heredero de las peores oligarquías pre chavistas, como la de Carlos Andrés Pérez, con quien González mantuvo una relación muy estrecha. 

No quisiera dar la impresión de que defiendo a Maduro, no es eso. Maduro es, en este momento, tal vez el jefe de gobierno mas inmaduro del continente, aunque quizás el mas peligroso para sus ciudadanos esté en México, pero Felipe González, en otra época, cuando aún era como fué, quizás se hubiera empleado a fondo con las fuerzas sindicales o chavistas, para que sustituyeran a Maduro, sin volver a restaurar un régimen oligárquico como el que representa su defendido. 

Ya ven, ya no somos como éramos, yo, al menos, me he vuelto más crítico con González, ya no le aplaudo en la calle, ahora le dedico este artículo poco amable.

En fin Los Amigos de González. 

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 9 06 15.