sábado, 30 de octubre de 2010

EJES

De niño asistí a una escuela clandestina dirigida por una maestra roja represaliada. Mercedes nos mostraba una representación esférica de la tierra y trataba de explicarnos que aquello giraba alrededor de un eje imaginario, pero yo no la creí, porque no sabía lo que era un eje, ni que significaba imaginario.

Si me hubieran enviado a un colegio de curas y me hubieran mostrado una representación plana de la tierra, yo habría creído que la tierra era plana, como entonces tuve la sospecha de que era redonda. De mayor, sigo sin comprender lo que es un eje, y no tengo clara la diferencia entre lo real y lo imaginario, que aún se mezclan en mi cabeza porque, dicen los psicólogos, las experiencias infantiles hasta los seis años están en el sustrato de nuestra personalidad adulta.

En los tebeos de hazañas bélicas que yo ojeaba con verdadera fruición, junto a otras historias de Bruguera, se hablaba de las potencias del Eje. Nunca entendí que era aquello porque yo funcionaba mas con el maniqueísmo infantil de buenos y malos.
(...)
Algún resto de aquel maniqueísmo debe haber sobrevivido a mi tránsito de la edad infantil a la edad adulta. Mercedes me dio una hostia de mucho cuidado una mañana que me pilló copiando y me dejó una rotunda marca de sus dedos en la mejilla, que duró una semana, sin embargo, siendo como fue una maestra roja, aquello no produjo en mi tendencia a las fobias un odio a la izquierda, aunque, ahora que lo pienso, tal vez me la dio con la mano derecha.

Ahora oigo hablar de vez en cuando de ejes, y me causa la misma perplejidad que entonces. ¿Que es eso del Eje Franco Aleman?. Según Bruguera, aquellos dos países eran enemigos mortales cuando yo aprendía política internacional en los tebeos.

¿Que es eso del Eje Mediterráneo? Esa expresión, que veo a menudo en la prensa local, me parece mas una utopía propia de las colecciones de ciencia ficción, que un proyecto político serio, y mucho menos una realidad geográfica tangible, salvo que convengamos en que la tierra es, efectivamente, plana.

Según un amigo de familia burguesa jabonera, los únicos ejes que funcionan aquí son los radiales, a la mayor gloria de la expansión madrileña. Cuando por fin nos visite el Ave, son mas los millones de euros que retornarán a Madrid, que los que reporte a Heliópolis esa conexión ferroviaria, porque esa capitalidad política, antiguo poblacho polvoriento, es un Leviatán que devora todos los recursos periféricos para poder construir sus M-40, M-50, M-NN, con el fin de defender, con una estructura de anillos que aspira a imitar la romana, la filosofía radial que expresa su centralidad.

Eso lo dice mi amigo, el de familia burguesa jabonera, no lo digo yo, porque a mi Madrid me encanta para ir de copas y de museos, y eso no tiene nada que ver con las rivalidades políticas entre centro y periferia. Por cierto, la mejor exposición de arte plástico sobre papel está estos días en el IVAM de Heliópolis, y no hay que perdérsela. De Nada.

Pero la cosa va de ejes, y no quiero dispersarme mas de la cuenta. Lo único que se de la Tierra es que de niño me mostraron su representación, y era redonda. De mayor, tal vez lo único nuevo de lo que soy consciente es que una cosa es la realidad, y otra su representación.

Cuando nos hablan ahora de ejes, o leemos algo al respecto, hay que tener claro que no nos están hablando de la realidad, sino de su representación. Eje Mediterráneo?
Vale. Un proyecto político? Una utopía? Una recta trazada sobre una representación plana de la Tierra?, No sé.

La tierra sigue girando, al parecer, alrededor de un eje imaginario. Esa expresión tiene dos componentes, uno geométrico, eje, otro lírico, imaginario. Ignoro porqué los restos de mis experiencias infantiles, sobre los que se han decantado mis deseos de adulto, cuando Díaz Ferrán dijo aquello de que había que abrir un paréntesis en la economía de mercado, me hicieron fijarme mas en el erotismo de esas formas geométricas, los paréntesis, que en el contenido económico de aquellas declaraciones. Debe ser porque desde niño tengo una clara tendencia a imaginar la voluptuosidad de las curvas y las esferas, en lugar de la aspereza de las rectas y los ejes.

En fin. Ejes.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 30-10-10.

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