martes, 19 de octubre de 2010

EL PAISAJE

El paisaje ya estaba ahí antes de que aparecieran los humanos para verlo. Llegaron los primeros humanos arborícolas y se adaptaron a vivir en el bosque, pero tal vez no tuvieron conciencia de lo que era aquello hasta que lo abandonaron para adentrarse en las sabanas y lo vieron desde la lejanía, porque el elemento central de su existencia fue el árbol, antes de que elaboraran una conciencia abstracta para nombrar el bosque.

Han transcurrido miles de años desde aquellas primeras experiencias de reconocimiento del paisaje y, si bien hemos progresado mucho en su contemplación y su comprensión, en nuestro tiempo sigue vigente el viejo adagio 'Los árboles no nos dejan ver el bosque'.

Los artistas plásticos saben muy bien de las dificultades que entraña extraer la síntesis artística de un paisaje con ambición realista, porque el dinamismo de la luz convierte esa aspiración en un imposible, tal vez por eso aparecieron movimientos artísticos que abandonaron el realismo y lo sustituyeron por una interpretación subjetiva y abstracta de la realidad.

El paisaje puede ser contemplado desde una visión plástica y lírica, cuando se trata de verlo desde la emoción y la sensibilidad, pero cuando se trata de comprenderlo, sin renunciar al arte, que es una forma de comprensión, hay que acudir a la ciencia. Los científicos han hecho un esfuerzo ímprobo, a través de los distintos tiempos de la evolución humana, para tratar de comprender, explicar y encontrar aplicaciones
que tienen su origen en la observación minuciosa, en la experimentación y en la transformación de incontables elementos de ese paisaje, que miran con los ojos de la ciencia.

Ese proceso de observación,descubrimiento y catalogación acumula un inmenso acervo de conocimientos humanos sobre el paisaje que nos rodea, pero, a la vez, pone de manifiesto la dimensión de lo que ignoramos de nuestro entorno y de nosotros mismos.
Aparecen así, en la mirada minuciosa de los científicos, limitaciones parecidas a las
que tan bien conocen los artistas plásticos. Vemos los árboles, pero dado lo vasto de su extensión y complejidad, solo podemos intuir la forma completa del bosque.

Esas limitaciones de la percepción, tal vez nos impiden observar que ya no estamos en crisis. En su columna de la última de 'Levante' Javier Cuervo alude a una situación económica para la que nadie tiene explicación y afirma
'He dejado el culebrón de la crisis porque me van a robar igual pero me ahorro el miedo'. Me parece una actitud inteligente. Según Cuervo es un miedo inducido, '(...) A falta de otros bienes y servicios, miedo es lo que mas se gasta. Se ha pasado a la economía mundial la tarea que antes hacía el terrorismo. Los grandes relatos de la continua amenaza de Al Qaeda ahora los da Wall Street.'

Ya no estamos en crisis, estamos en la pos crisis, porque la crisis, vista en un gráfico, es un punto de inflexión que hace tiempo sobrepasamos. Es un punto crítico en el que los gráficos se desploman y cuando ya se han desplomado, lo que hay es otra cosa. Puesto que la crisis es la expresión de ese cambio brusco, no es útil seguir llamando así a lo que viene después, porque eso dificulta su comprensión.

Javier Cuervo, con una aguda mirada, prescinde de dar nombres a las cosas, y se centra en la información que le da su percepción del paisaje que nos rodea. Y lo que ve es una cierta maestría en la administración de los miedos mas eficaces, los domésticos, los cercanos, miedo a la falta de trabajo, miedo al vecino distinto, a no poder pagar las deudas, a no tener pensión.

Coincido plenamente con Cuervo en que vendrán nuevos miedos. Resistirlos, nos hará mejores.

Esa resistencia, tal vez será mas eficaz en la medida en que hagamos un esfuerzo adicional para que los árboles no nos impidan ver el bosque.

En fin. El paisaje.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 19-10-10.

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