lunes, 4 de octubre de 2010

LA MODA

Estoy un poco hasta los huevos de leer a analistas finos, sociólogos y demás expertos que tal o cual cosa está anticuada, que ya no está de moda. Primero comenzaron con el marxismo que, a fuerza de repetirlo, consiguieron que desapareciera como doctrina política. Vale. El marxismo, como opción política, esta obsoleto. Hasta ahí, de acuerdo. Pero nada hay mas de actualidad que los análisis marxistas de las crisis capitalistas, y los chistes de Groucho, 'mas madera...'.

Luego han seguido con los sindicatos, que si son como los dinosaurios, etcétera, pero dígame usted como funcionaria cualquier país europeo sin sindicatos. Ahora, Gil Calvo, el del pensamiento con trayectoria de flecha, un orteguiano tan pasado de moda como el propio Ortega, escribe que las huelgas generales están superanticuadas, oiga.

Lo mejor sería, digo yo, que estos señores publicaran sus sandeces en Vanity Fair, Vogue, y publicaciones así, que son las que se ocupan con rigor del asunto que ellos tratan de un modo superficial, la Moda.

El Gil Calvo de los cojones, sustenta su afirmación de que la huelga general es un resíduo histórico decimonónico en el hecho de que desde hace treinta años no se ha producido ninguna en los países nórdicos germánicos, y que esa forma de protesta solo ha continuado en los países del Sur de Europa.

Oiga, ¿ No será que las clases empresariales, las élites de esos países norteños, son tan civilizadas que los sistemas sociales de esos países no necesitan de la protesta ciudadana para funcionar sin lesionar los intereses de los mas débiles?.

Gil Calvo, seguramente escuchará al otro calvo, el animal de la C.E.O.E. ¿Un tipo así es homologable a las patronales del norte de Europa? No se parece mas a un caudillo latinoamericano de hace veinte años? La huelga no es un problema de moda, de prêt a porter, sino la lamentable consecuencia de una cultura empresarial que, salvo muy honrosas y notables excepciones, está anclada en modelos de producción que se basan en competir con los salarios, en lugar de con el diseño, la innovación, la investigación, y claro, cuando hay una crisis gorda, muy bien explicada por Marx, hay que bajar los salarios, aparecen los conflictos y, en ausencia de clases empresariales civilizadas, hay que seguir recurriendo a la huelga.

Si abrimos un catálogo con todas las cosas que comienzan a pasar de moda, por la velocidad de los procesos de innovación tecnológica de los que buena parte de la clase empresarial española se inhibe, tendremos que concluir que el país entero ha dejado de estar de moda, que no es exactamente lo mismo que la consideración de país PIG a la que alude Gil Calvo en su artículo de hoy en El País, (13) 'Anacronismo'.

El origen de este embrollo de la supuesta obsolescencia de los distintos mecanismos
e instituciones relacionados con la defensa de intereses sociales, está en que lo que está volviendo al siglo diecinueve son las formas del capitalismo actual.

La desaparición de la Unión Soviética, un lugar donde los trabajadores vivían de puta pena, pero gracias a cuya existencia el capitalismo occidental se moderaba, con la llamada Economía Social de Mercado en Alemania y los únicos verdaderos Estados del Bienestar que en el mundo han sido, los nórdicos, ha dado lugar a la apertura de un proceso, a cuya fase inicial estamos asistiendo, de eliminación y derribo de todas las conquistas sociales, mayores y menores, que tenían su razón de ser en el contrapeso de los países del Pacto de Varsovia en los equilibrios de fuerzas geoestratégicos.

El capitalismo de rostro humano, como diría Gil Calvo, ya no está de moda. Estamos volviendo, como la tremenda crisis de los últimos años demuestra, al capitalismo salvaje, el del siglo XIX. No hace falta ser un lince para intuir que, si todo continúa igual, las huelgas generales no solo no serán un pasatiempo sureño anticuado, sino que pueden extenderse y hacerse mas frecuentes, si las elites empresariales mas civilizadas vuelven a los viejos hábitos de explotación decimonónicos.

Pero, eso, a Gil Calvo, le dará igual porque, para entonces, publicará sus artículos
en Vanity Fair y Vogue, porque de lo que el entiende, efectivamente, es de Moda,
de sociología aplicada, es que no tiene ni puta idea, oiga.

Se lo digo yo, que lo leo con habitualidad.

En fin. La Moda.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-10-10.

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