jueves, 21 de octubre de 2010

EL CONCIERTO

Recuperado el buen hábito de asistir a los conciertos de los miércoles, abandonado durante demasiado tiempo, ayer asistimos al que se celebró, a las 19'30, en la vieja capilla desacralizada que se dedica a estos menesteres en la Universidad Vieja de Heliópolis, mas conocida como 'La Nau', en cuyo Paraninfo, que ayer estaba muy animado por un acto público que se celebraba allí, tuve ocasión de asistir, dada mi edad provecta, a las últimas clases de Economía que se dieron allí antes de habilitar el edificio de la facultad de esa especialidad en el nuevo Campus.

(...)

El concierto se inscribe en el ciclo de Otoño, bajo el lema La Generación de la República, porque a buena parte de los autores interpretados, Falla, Pittaluga, Nin, Sainz de la Maza, se les relaciona con Cernuda, Lorca, Alberti, Salinas o Guillén, en una asociación entre la poesía y la música, perfectamente encarnada en la persona del intérprete, el concertista de guitarra Bernardo García Huidobro, cuyo apellido revela una inequívoa relación parental con el poeta chileno Vicente García Huidobro, mas conocido como Vicente Huidobro.

En la primera parte, el músico interpretó obras de Falla, Pittaluga, García Ascot, Nin, Bautista y Sainz de la Maza, ante un público que no llegó a llenar el aforo.
Se, por experiencias anteriores, que los conciertos de guitarra nunca llenan el aforo, al contrario de los que dan los grupos procedentes de la filarmónica, que arrastran tras de si una hinchada numerosa.

La dedicación de Bernardo García Huidobro a los públicos de Madrid, otras ciudades españolas y otros lugares de Europa y América, según indica su muy extenso y rico historial, tal vez explica su desconocimiento aquí, pero quienes tuvimos la suerte de estar presentes entre los dos tercios del aforo ocupado, pudimos disfrutar de su virtuosa y sentida interpretación, y de su fluida relación con el público, pese a su seriedad aparente cuando, finalizada la primera parte, propuso de manera informal, desde el escenario, pasar del intermedio y acabar el concierto de un tirón.

La guitarra y los dedos del intérprete, creo yo, necesitan alcanzar una determinada temperatura para establecer una relación creativa, y no parece adecuado enfriarla con descansos inoportunos, porque entonces la magia se rompe.

La segunda parte la dedicó a una música de inspiración castellana, con obras de Sainz de la Maza y Antonio José, músico burgales. La propina nos devolvió a lo mejor de la música española con sonidos que evocaban a Falla, Albéniz o Granados.

Cuando terminó el concierto, salí de la sala pensando en la relación entre el músico Huidobro y el Huidobro poeta. Antes de concluir esta entrada he consultado en Wikypedia y he podido confirmar que ambos son chilenos. El poeta, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena, estuvo muy vinculado a las vanguardias y fue el inventor del movimiento poético creacionista. En Wikypedia aparecen mas de treinta referencias de sus obras publicadas.

El músico, al parecer, vino a España en 1.974. Mas o menos por aquella época reinaba Pinochet en Chile y no recuerdo que entre sus prioridades estuviera el cultivo del amor por la música y la poesía.

Un buen concierto, que hubiera merecido una mayor asistencia de público, pero a la calidad del intérprete le correspondió la atención y el interés del público presente
Todos contentos. El próximo miércoles, día 27, a las 19,30, actúa el quinteto de viento de la filarmónica. Lo digo con la boca pequeña, no vaya a ser que acuda una multitud y nos quedemos sin asiento.

De nada.

(¡No me lo creo! No he escrito una palabra sobre los cambios en el gobierno de Zapatero. Para que luego digan que no se puede ir contra corriente. Es solo cuestión de entrenamiento.)

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 21-10-10.

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