viernes, 25 de marzo de 2011

LOS TRIUNFOS DE CAMPS

He bajado al Maravillas a una hora muy temprana. Después de tomar un café, un ron quemado y participar en conversaciones informales sobre impago de hipotecas y esas cosas, ha llegado el periódico y vean como califica hoy Emili Piera la gestión del gobierno de Camps, El triunfalista.

"Una administración chapucera, manirrota, ineficaz, ruinosa y sucia"

Teniendo en cuenta que Piera, pese a su estilo barroco, no suele dedicar cinco adjetivos a describir las cosas, y que es cualquier cosa menos un tipo sectario, yo diría que está algo enfadado con lo que hace, o no hace, Francisco Camps, en el cumplimiento del mandato que recibió de los electores para gobernar este lugar contradictorio que, según dice el en sus comparecencias públicas, es el mejor de los mundos posibles, pero según los indicadores que miden la realidad no lo es tanto.

Los triunfos de Camps y su gobierno, a los que el alude constantemente, hay que atribuirlos, o negarlos, a todo su equipo de gobierno. Gerardo Camps, su hombre de Economía y Hacienda, podría ser propuesto para el Nobel, por su original e innovadora manera de gestionar la ejecución de los presupuestos públicos. Font de Mora, llamado ahora Alejandro I El Moroso, ha batido todos los records de inauguración de centros de enseñanza pública.

Hay un par de cosas, sin embargo, que se le han olvidado inaugurar a nuestro recién ungido emperador de la cosa docente. Un instituto de enseñanza media en el barrio de Patraix,cuya construcción ha sido paralizada, mientras se pide al ayuntamiento que devuelva el importe de la licencia --será para pagar los sellos de correos del departamento de justicia, que tiene sus sentencias paralizadas por falta de calderilla para hacerlas llegar a los interesados.

Esta penosa situación de la tesorería campsista contrasta con la surrealista situación de Castelló, donde Fabra acaba de despedirse de la política inaugurando un aeropuerto sin aviones. Podríamos seguir con la gestión triunfal de otros consellers
del gobierno de Heliópolis, pero la entrada sería demasiado larga.

Por su parte, el Ayuntamiento, tiene una escuela infantil terminada hace meses frente al Parque de Bomberos con recursos del gobierno central, que no se pone en funcionamiento, no sabemos porqué, pero ahora, además, se ha quitado el cartel que informaba sobre el destino del edificio.

Esto parece un mal augurio, pues ya en tiempos de González Lizondo, quien le regaló la alcaldía a Rita, que no tenía votos suficientes, un flamante edificio destinado, según rezaba el oportuno cartel, a residencia de ancianos, se transformó, por arte de magia, en la actual sede de la Junta Central fallera.

No es solo que se cambien partidas presupuestarias, es que se cambian los usos de los edificios, financiados para una cosa, por otros mas que dudosos, como en un truco de ilusionismo. Lo que indica que la gestión de Camps y su gobierno, además de los adjetivos que le dedica Piera, es el reino de la arbitrariedad mas absoluta.

Por si fueran pocas las arbitrariedades de todo tipo perpetradas por esos dos niveles de la administración popular en Heliópolis, el autonómico y el municipal, El Ruso, que preside la Diputación aquí, se ha empeñado en dotar de una cubierta la plaza de toros, supongo que para evitar que sea invadida por fuerzas aerotransportadas del ejército de Gadaffi. De locos. Si.

El triunfalismo permanente en las apariciones públicas de Camps insiste en ofrecer una imagen de nuestra realidad construida desde una visión complaciente, maniquea y embustera que trata de atribuirse la noción de triunfo, dirigida, sobre todo, por mas que se intente que llegue a toda la población, a los beneficiarios de esos supuestos triunfos, básicamente estómagos agradecidos, paniaguados, lameculos y cómplices de una política que no considera el interés general, sino el de aquellos segmentos de la población favorecidos por una política sectaria y mafiosa.

Ese triunfalismo impostado choca, sin embargo, con la realidad cruda, documentada
y objetiva que, sin embargo, los mismos beneficiarios de esa política se negarán a reconocer, a pesar de su evidencia incontestable. Veamos algunos hechos.

El sistema financiero autonómico ha sido totalmente desmantelado ante la indiferencia culpable de nuestros políticos autonómicos. La valoración del Banco de Valencia por parte de alguna agencia de calificación se equipara a la de los bonos basura. La fusión de la CAM ha entrado en barrena y Bancaja está desaparecida. Nuestros empresarios tendrán que coger el AVE a Madrid, a partir de ahora, para negociar los recursos crediticios con destino a sus empresas. Todo un logro, un triunfo, en materia de política financiera de nuestros responsables autonómicos.

Ahora sabemos, por la información del INE, que el PIB autonómico se desplomó en 2010 muy por debajo del de otras autonomías, y que estamos en la cola del crecimiento económico, con todas las consecuencias que ello conlleva a efectos de desempleo, servicios a la población, capacidad para llevar a cabo una política anti crisis, etcétera. Otro triunfo, que hay que atribuir al muy honorable.

Para entender la insistencia de Camps en un discurso triunfalista frente a la realidad de los hechos, hay que observar que el no se comporta como un gestor público,sino como un entrenador de fútbol, un motivador que no mira la realidad, sino
que, en cada momento, trata de escoger el lenguaje mas efectivo para ese objetivo motivador, que nada tiene que ver con la realidad, sino con una fijación irracional
de la idea de triunfo, con la que trata de hilvanar su discurso, pero como en un club de fútbol carente de preparadores físicos, de estrategas profesionales, sus seguidores, aún sin reconocerlo, y sus opositores, tratando de hacerlo ver al público, observan como el equipo desciende a los puestos de cola de la liga, y dan el campeonato por perdido.

Cada uno tiene su propia visión del triunfo reiterado de la derecha en Heliópolis, pese a la distancia entre el triunfalismo de sus políticos y la realidad.

Si pensamos en el número de empresas fantasmas, fundaciones, con su nómina de paniaguados, enchufados y lameculos; contratistas favorecidos, algunos muy cercanos, cuando no vinculados, a algún conseller, y sus plantillas, amigos subvencionados, agradecidos, partidarios y simpatizantes que el Partido Popular lleva amamantando, durante mas de tres lustros de ejercicio continuado del poder en todas las administraciones, y lo multiplicamos por familiares, amigos y conocidos, podríamos sorprendernos al comprobar como la red clientelar del PP afecta a un gran segmento de la población. Los beneficiados son legión, si.

Sin duda, el voto de la derecha en Heliópolis tiene un componente ideológico. Pero considerando el aparente peso del voto que podríamos calificar de 'alimenticio', tal vez es hora de preguntar si nuestro entramado social está penetrado sobre todo por una patología mafiosa extendida, intrincada, profunda.

Si esto es así, pensar que el uso torticero de la televisión autonómica tiene un peso importante en los resultados electorales, es ignorar hasta que punto esos resultados pueden estar influidos por la obligación de devolver los favores al don.

Cuánto tiempo prevalecerá el discurso del triunfo virtual sobre los datos de la realidad objetiva en las decisiones de voto, no me atrevo a predecirlo. Lo que si es probable que suceda es que, una vez seca la fuente de los extendidos favores, las ratas se apresuren a buscar otras donde calmar su sed.

En fin. Los Triunfos de Camps.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-03-11.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios