domingo, 27 de marzo de 2011

PORTAVOCES

Sin duda tiene cierto mérito que algunos portavoces del PP de Heliópolis hagan un esfuerzo para que su capacidad intelectual se aproxime a la normalidad, pero se nota, en ocasiones como esta, la manifestación de ayer contra la corrupción, a la que asistí en mi calidad de independiente, que, por mas esfuerzos que hacen, se quedan un punto por debajo.
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La ofensiva de Clemente para intentar que ese acto cívico fuera prohibido, demuestra su ignorancia sobre las previsiones constitucionales que velan por el derecho de expresión y manifestación de los ciudadanos de a pie, y defienden la natural exposición a la crítica de las personas públicas por el ejercicio de sus cargos.

El hecho de que el lenguaje que expresa esa crítica sea mas o menos grueso, está en relación con los actos, mas o menos gruesos, del criticado, objeto de imputación por los jueces, por lo que en ningún caso el supuesto honor de la persona particular se puede invocar para excluirlo de la crítica fundada.

La actitud de Clemente, la de su partido, en esta eventualidad, no ha alcanzado el nivel de normalidad intelectual exigible a un partido que tiene, por, ahora, la mayoría de los votos. Esa actitud política ha sido, tal vez, contraria a sus propios intereses, pues ha conseguido aumentar el número de asistentes a esa marcha de protesta, provocando una reacción de respuesta mas contundente.

Ahora, Serra califica la marcha de catalanista e independentista. Serra, si no le faltara ese punto para alcanzar la densidad neuronal común a las demás personas, sabría distinguir a los independientes, de los independentistas. Independentista, digo, yo, es aquel que milita, permanece, trabaja por el independentismo desde alguna organización política, parlamentaria o extra parlamentaria. Independiente es, precisamente, quien permanece al margen de partidos u organizaciones, aunque esa actitud independiente no debe confundirse con una actitud indiferente.

Miré a mi alrededor, ayer, mientras esperábamos que la cabecera de la manifestación iniciara su marcha, y me pareció reconocer mas participación independiente que partidista.

Luego está la misma humorada de siempre. El catalanismo. De hecho, algunos de los conocidos con los que fui a la marcha, creo que pagan las cuotas de Acció Cultural, pero yo diría que lo hacen por una cuestión estética, perciben similitudes entre la cultura catalana y la nuestra, pero para que haya catalanismo se requeriría la voluntad expresa de los catalanes de convertirlo en un objetivo político y los catalanes, cualquiera que viva o trabaje allí lo sabe, pasan olímpicamente de nosotros, ocupados como están en lo suyo y en su rivalidad con Madrid.

En resumen, Serra miente, pues la presencia testimonial de grupos y símbolos minoritarios no fue lo que caracterizó la manifestación, tampoco los eslóganes ensayados que se repitieron, sino la actitud de la presencia mayoritaria de independientes cuyo significado no ofrece dudas. Estamos hasta los huevos.

He visto fotos de la marcha de protesta, en primer plano aparecen unos jóvenes. A su alrededor veo personas mayores. Un examen detenido de la foto, indica que asistieron personas de todas las edades. Indica también que la presencia de banderas y símbolos a los que Serra atribuye el 'color' de la manifestación es minoritaria, casi inexistente.

La marcha, a la vista de la foto, y de mi experiencia al participar en ella me pareció, como indica justamente el titular, la expresión de un clamor popular, de un hartazgo de las actitudes golfas y anti democráticas de un partido que, habiendo recibido un mandato democrático para su gestión, no está a la altura de ese mandato.

Mas que el efecto político que pueda producir el acto de ayer, a mi me tranquiliza haber comprobado que la patología mafiosa presente en las estructuras políticas de nuestro gobierno autonómico no se ha extendido del todo al conjunto de la población.

Que aún quedan personas, miles de personas, con independencia de su adscripción o no a organizaciones políticas, dispuestas a defender la democracia, los derechos constitucionales, a denunciar actitudes autoritarias, y tal vez, con esa actitud,
a contribuir al crecimiento del infantilismo intelectual de algunos dirigentes y portavoces del PP, para que se sitúen, de una vez, en el espacio democrático que habitan sin acabar de reconocerlo del todo.

Afortunadamente para la derecha autonómica, no todos sus portavoces muestran esa limitación de quedarse a un punto de la normalidad intelectual, sin acabar de alcanzarla. Ahí está Paula Sánchez de León, la portavoz parlamentaria del PP, a la que no hemos oído estos días decir ninguna tontería. --Es del Opus-- me dijo un amigo. --Pues, mas morbo, no?-- contesté yo.

En fin. Portavoces.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-03-11.

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