sábado, 19 de marzo de 2011

MILLÁS

He bajado al paquistaní a por una botella de leche, entera, de litro y medio, porque en casa estamos de guardeses de mis dos nietos --sus padres están en Ibiza-- y, de paso, he comprado el Levante.

La columna de Millás, en la última, es una de las mejores que he leído en mucho tiempo. La entrada de hoy la dedico a recomendarles que vayan corriendo a por la prensa, la que sea mas de su agrado, pero no se pierdan, además, esta muestra antológica de excelente periodismo, de buena literatura para leer en el metro. Dense prisa porque, a lo peor, mañana, esa lección de buena escritura estará en la basura, junto con alguna botella de leche vacía y peladuras de patatas, porque hay gente que, en estos tiempos, todavía no recicla.

Es lo que tiene el periodismo de papel, es efímero, como las fiestas falleras que esta noche alcanzarán su final bajo una luna entera que algún riquísimo millonario de los que encabezan la lista de Forbes estará mirando desde otro hemisferio como una posible segunda residencia, pues así como el buen periodismo suele acabar enseguida en la basura y las fiestas falleras tienen una duración breve, los estragos de la radioactividad en el planeta permanecen igual durante los primeros cuarenta mil años, en los siguientes cuarenta mil su potencial desciende una cuarta parte, y así sucesivamente, por lo que es de las pocas cosas en esta vida, y en la otra, que no pueden calificarse de efímeras.

Probablemente, alguien hablará de nosotros cuando hayamos muerto, y si las fiestas falleras permanecen en el tiempo, año tras año, con su efímera brevedad, mas de un artista nos representará a nosotros, a nuestra generación, mediante figuras demoníacas, con cuernos, pintadas de rojo, atizando la caldera radioactiva que les habremos dejado como herencia.

Como la representación de los acontecimientos cotidianos en las fallas no es excluyente, tal vez la misma falla evoque alguna escena mas divertida. Por ejemplo, la paella gigante para 1.000 raciones que la Asociación de Comerciantes Chinos --los chinos, sí, no la comisión de la falla- ofrecieron anoche al numeroso público que se agolpaba alrededor de Cuba Literato Azorín, y se informaba, incrédulo, de que tamaña degustación milenaria fuera gratuita.

Lo dicho, compren el Levante enseguida, lean la columna de Millás, y no lo tiren. Pueden cubrirse con el en la mascletá de las cenizas festivas. Las otras, las de la olla a presión a que se refiere Millás, son mas duraderas. Yo me voy enseguida con mis nietos a disfrutar de esta mañana soleada en las calles festivas.

Felices Fallas.

En fin. Millás.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 19-03-11.

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