jueves, 5 de mayo de 2011

CANTANDO BAJO LA LLUVIA

"Quedan pocas semanas para el Estreno, en el Aula de Teatro donde comparto con mis compañeros las clases de interpretación, las tardes de los días impares, del espectáculo musical que estamos ensayando intensamente para representarlo en un par de sesiones en la primera quincena de junio, como ejercicio final del Curso.

Cuando termine esta entrada he de buscar en viejos armarios, y hacer un hatillo con mis máscaras venecianas, algún sombrero de crooner, una camiseta blanca, un pantalón oscuro, un tarro con maquillaje blanco y un traje en buen estado, además de una provisión de papel metalizado, para reforzar el atrezzo de la obra, en la que se me han encomendado dos papeles.

Uno es el de estatua griega, en el que debo permanecer inmóvil, inexpresivo, bajo mi máscara blanca, mientras la mujer a la que doy la réplica en escena, una atractiva compañera de clase, me canta una canción apasionada. El otro es un remedo
de danza inspirado en el famoso número musical de Gene Kelly, "Cantando bajo la lluvia", en el que debo intentar parecerme a el, pero con un paraguas imaginario.

El musical se compone de una veintena de momentos musicales distintos, de diversos estilos y con diferentes músicas, ambientados en un tiempo futuro, a bordo de una nave espacial desde la que se conecta la tele que los emite. La configuración del Aula y la ayuda de los focos se supone que permitirá conseguir ese efecto. No sé.

Ayer ensayé el número de Gene Kelly y puedo asegurar que es una gozada desplazarse sobre el escenario con el impulso de esa música universal, una de las mejores composiciones de ese género, tan representativa de lo mejor del cine americano de la época, sentir la sensación de vértigo que proporcionan los giros, como si se tratara de un ritual de los derviches turcos, y experimentar la plena libertad de movimientos que proporcionan la danza y la música, cuando uno se deja llevar por ellas sin la presión que impone la presencia del público.

Todos los números ensayados son mas o menos colectivos, de forma que cada uno comparte su trabajo con los compañeros. Al ser un trabajo de grupo, no individual, el clima de los ensayos suele ser cordial, colaborador, divertido, de modo que el tiempo dedicado a las clases de teatro se me antoja el mas productivo de los que dedico a actividades vocacionales.

Les recomiendo que se inscriban en una escuela de teatro, es de lo mas gratificante. No voy a decir cual es a la que asisto, pero, en Heliópolis, solo en el barrio de Russafa, hay mas de un local dedicado a esta actividad, como el que vi mientras paseaba por la calle el otro día, en Dénia, 55, y supongo que deben haber algunos mas.

No puedes imaginar lo terapéutica, reconfortante y creativa que es la actividad teatral, hasta que no empiezas a practicarla."

En fin. Cantando bajo la lluvia.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 5-05-11.

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