jueves, 19 de mayo de 2011

PATOS Y BALLENAS

He bajado al Maravillas y en la primera del 'Levante' de ayer he visto la hermosa foto de unos ejemplares de ballenas rourcales surcando las aguas del cabo de San Antonio. Los lomos de estos poderosos cetáceos, de hasta veinte metros de envergadura, se alejaban de la costa en dirección a aguas mas profundas y lejanas, en lo que parece una actitud de inteligencia instintiva muy justificada, a juzgar por la noticia que aparece en el ejemplar de hoy del mismo periódico.

Al parecer, el Consell de Heliópolis, para proteger el diez por ciento de la cosecha de arroz, ha autorizado la eliminación del cien por cien de los patos que amenazan
la siembra de esa gramínea en el Parque Natural de la Albufera. Los patos, al parecer, no se han enterado y no han huido como las inteligentes ballenas, porque su dotación instintiva no está tan desarrollada como la de los cetáceos.

(...)
En los Parques Naturales, sea el de La Albufera, Doñana, el de Daimiel, o los hábitats reservados a los osos, existe un conflicto latente entre los intereses conservacionistas y los de los agricultores o ganaderos que tienen sus explotaciones ubicadas en zonas protegidas, o en sus inmediaciones.

En todo el mundo civilizado ese conflicto de intereses se negocia y se resuelve por medio de indemnizaciones justas y rápidas de los daños económicos que provoca a los particulares en sus cultivos o cabañas ganaderas la presencia de especies protegidas.

La decisión del Consell de autorizar la caza indiscriminada de aves --Coll verd--para proteger la siembra del arroz, indica que nuestra comunidad ciudadana en lo que se refiere al tipo de políticas medioambientales aplicadas por su gobierno, está fuera de esos territorios civilizados. Esa conducta incivil responde a una realidad que presiona cada día las decisiones políticas del gobierno de Camps, la falta de recursos financieros --gastados en otras cosas-- para poder atender no solo las políticas conservacionistas, sino los mínimos que exige la ciudadanía en el ámbito de la sanidad, la educación, o la dependencia.

No he escuchado voces suficientemente indignadas de nuestros partidos ecologistas ante esta arbitrariedad. Con la que está cayendo, se dirá, no vamos a ocuparnos por unos cuantos patos, pero es que no se trata de patos o ballenas, sino de personas, como ha quedado demostrado con la catástrofe nuclear de Japón. Porque el ecologismo no se ocupa solo de proteger especies animales de la acción humana, sino, sobre todo, de la protección de toda la especie humana, de las acciones destructivas de ciertas actividades de los humanos.

Esta ausencia de voz pública del ecologismo en nuestra comunidad ciudadana se hace mas evidente cuando buscas en organizaciones y programas políticos una presencia verde potente. No está, no es visible. Apenas algunos partidos minoritarios dicen tener como socios a los verdes, pero cuando ves a sus portavoces, los socios casi nunca aparecen.

A diferencia de Alemania, donde la presencia política ecologista es tan influyente que Angela Merkel se apuntó a un populismo anti nuclear precipitado después de lo
de Japón, consciente de la importancia electoral de esa opción política en su país, aquí, ahora mismo, es mas fácil encontrar una aguja en un pajar, que una opción política verde sólida e influyente en el horizonte electoral.

Es cierto que peor es lo de Francia, cuyo historial anti conservacionista incluye la voladura por el gobierno de Miterrand de un buque ecologista con gente dentro, pero, sin llegar a ese extremo, nuestra indiferencia por la conservación de nuestro medio ambiente, reflejada en el estado del urbanismo de nuestras costas, en general, y en la ausencia de una verdadera política conservacionista aplicada a nuestros Parques Naturales en especial, proyecta una imagen de país atrasado de la que casi nadie es consciente, aunque algunos se rasgan las vestiduras cuando la BBC compara las movilizaciones ciudadanas de aquí, con las de Egipto.

Anoche escuché a Esperanza Aguirre, en la tertulia de la Sexta, referirse al movimiento de 'democracia real' que ha salido de Internet para acampar en las plazas, y me quedé de piedra. Después de insinuar, adhiriéndose a la teoría conspirativa, que las actuales movilizaciones ciudadanas están manipuladas por la izquierda, dio un ejemplo supremo de manipulación al emplear, pásmense, los mismos argumentos de la página de este Blog, 'Democracia', sobre la democracia sin adjetivos.

Si hubiera que premiar el arte de la manipulación, Aguirre se llevaría el premio, es en la política, en relación a su oponente, Tomás Gómez, lo que una ballena rourcal a un pato mareado. Tomás, apártate porque, si te cae encima esta señora, vas listo.

Me sorprendió, sobre todo, la literalidad de los argumentos de Aguirre en relación a los contenidos de la página citada. Tal parece que Aguirre tiene un equipo numeroso de lectores escrutando lo que se dice en la Red, y otro de guionistas para usar argumentos ajenos, dándoles la vuelta previamente. Ojo con lo que escribís, porque puede ser usado por la derecha con fines torticeros.

No se puede negar a Aguirre la presencia campechana y convincente que imprime a sus intervenciones, la sensación de verdad que da a lo que dice. Por eso es tan peligrosa. Una señora que montó, con su consejero de Sanidad, el bochornoso y maligno espectáculo de sus acusaciones torticeras e infundadas a todo un equipo médico de la sanidad madrileña, no está legitimada para decir que el socialismo no tiene el monopolio de la ética.

Ella no es la mas indicada para hablar de ética política, después de haber accedido a la Presidencia de su comunidad con trampas torticeras. Y sin embargo, tiene la habilidad de hacer olvidar todo eso cuando se dirige al espectador y, para los menos informados, lo que queda es la impresión de una mujer capaz políticamente, que le dice al pan pan y al vino vino, y que desprecia las ambigüedades que caracterizan a su jefe político.

Para terminar, hay dos cosas que despiertan mi interés en el acontecer de esta campaña electoral, que comienza a ser un poco rara. La falta de visibilidad de opciones verdes, ecologistas, potentes, en las propuestas partidarias, y la presencia creciente de Internet en la campaña.

Respecto a esta última, una cosa me llama poderosamente la atención. Hasta el momento, se acusaba a los internautas de apropiarse de contenidos creativos de otros, impunemente, a través de las descargas de productos culturales. Lo que escuché a Aguirre en la tertulia de anoche, es una evidencia cierta de que son los políticos los que se apropian ahora, de las ideas que circulan por internet, que usan impunemente, después de darles la vuelta de modo torticero. Ojo, pues, con lo que escribimos, igual damos munición a quienes criticamos.

En fin. Patos y Ballenas.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 19-05-11.

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