domingo, 1 de mayo de 2011

HOMBRE NEGRO, PERRO BLANCO.

He bajado al bar de los locos, porque el Maravillas cierra hoy, ya saben. He comprado el periódico en el quiosco anexo, pero hoy no voy a comentar ningún titular de prensa porque luego en la Sexta me tildan de 'viejo lector de periódicos' y eso. Les voy a relatar, no se como llamarlo, un incidente me parece excesivo, anécdota, no es, en fin, no se, algo que ha sucedido mientras hojeaba el último ejemplar de 'El País' que quedaba, aunque no me he podido hacer con el CD de Disney, ya se habían agotado.

Junto a la mesa donde tomaba café había un cliente de algo mas de veinte años, a quien conocía de otras veces porque, en alguna ocasión, me había consultado algo que no entendía del contenido del periódico con el que siempre lo veo interesado.

Ha entrado alguien, que me ha parecido guineano, acompañado de un perro, y el chaval de la mesa vecina, después de alguna vacilación se ha dirigido a el, --¿Te puedo hacer una pregunta?. El cliente ha asentido y el chaval le ha dicho, ni mas, ni menos, --¿Siendo negro, como es que tienes un perro blanco?


El guineano, sin sentirse aparentemente molesto por la imbecilidad impertinente y racista, le ha contestado, --El perro no es mío, es de mi hijo, y no es blanco.

No hay nada extraordinario en esta historia, lo soprendente me ha parecido mi reacción, ya que nunca suelo intervenir en cuestiones que me son ajenas.

--¿Y a ti, en que colegio te han enseñado a decir esas cosas?, le he dicho, visiblemente molesto, al joven de la mesa de al lado.

--Era solo un chiste, ha respondido.

--El mundo sin chistes sería un desastre, si, pero los chistes racistas son inadecuados en cualquier sitio. --Dame la cuente, me voy, le he dicho a la camarera, antes de abandonar el local con un gesto airado, mientras el chaval quedaba algo anonadado, tratando de entender su propia estupidez.

Reflexionando sobre lo escuchado, pienso que el joven no ha lanzado ninguna maldad al guineano, sino que era tan imbécil e ignorante que era incapaz de tener un criterio sobre lo que estaba diciendo.

En este agua de imbecilidad e ignorancia debe ser donde pescan los partidos de extrema derecha en Europa, y los extremistas religiosos que usan la expresión perros blancos para referirse a los occidentales.

Pero, ¿Alguna vez se ha visto un hombre negro, lo que se dice negro, o blanco, lo que se dice blanco?. Los que aparecen a nuestros ojos, en las calles, en el metro, o en nuestro propio espejo, son hombres, o mujeres, con distintos grados de pigmentación, nadie, que yo sepa, ha conocido jamás a una persona que presente el aspecto que esas simplificaciones falsas describen.

Sin embargo, todos vemos todos los días personas mas o menos acomodadas, sin que tampoco valga la calificación de pobres y ricos.La mayoría de los que nos paseamos por ahí, no somos inmensamente ricos, pero es un hecho que vemos todos los días personas con apariencia de pobres misérrimos.

Esas diferencias sociales y económicas son escandalosamente evidentes, mucho mas que las supuestas diferencias raciales, nacionales o étnicas, muy poco rigurosas en cuanto te detienes en los fundamentos humanos de la persona. Sin embargo, los Le Pen en Francia, Bossi en Italia, Timo en Finlandia, o los extremistas religiosos, mal llamados islamistas, que emplean la expresión perros blancos para referirse a los occidentales, están haciendo, los unos, un estupendo negocio electoral, y los otros, atizar la violencia en favor de satrapas, *se han estropeado las tildes*, reaccionarios.

Este panorama del ascenso de los extremismos en las culturas europeas, los analistas políticos lo diferencian claramente del nazismo y el fascismo históricos, puesto que transcurren, precisamente, en otro tiempo histórico, pero el hecho de que las consecuencias políticas y sociales de esas actitudes no sean comparables a los exterminios masivos del tiempo histórico que precedió y coincidió con la última guerra europea, no significa que no debamos ser beligerantes contra esas actitudes.

Erich From dedicó un libro entero a instruirnos de como puede ser puesta en evidencia una personalidad destructiva mediante la observación de pequeños gestos que denotan esas actitudes, antes de que esa destructividad se manifieste con toda su violencia. 'Anatomía de la Destructividad Humana'. Tal vez es un buen momento para volver a editar ese libro, y promover su lectura, sin que esto suponga una analogía entre tiempos históricos y situaciones diferentes.

Lo que parece claro, al menos así me lo parece a mi, es que hacer visible el rechazo, la reconvención, de esas pequeñas actitudes que, muchas veces por ignorancia, mas que por convicción, ponen de manifiesto el desprecio por el otro, por una supuesta diferencia de pigmentación, o de renta, es una inversión segura en el capital social, tan seriamente amenazado por la crisis, como las bolsas mas o menos llenas o vacías de cada uno de nosotros.

En fin. Hombre negro. Perro blanco.

LOHENGRIN. *CIBERLOHENGRIN.COM* 1-05-11.

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