lunes, 2 de mayo de 2011

MÚSICOS CALLEJEROS

He bajado al Maravillas bajo una lluvia abrileña ya convertida en agua de mayo, con la intención de ejercer de 'viejo lector de periódicos', esa cetagoría tan querida por los de la Sexta, y el 'Levante' estaba escindido en dos cuerpos, uno dedicado a la agitación deportiva, el otro a la información general.

La información hoy, martes, no tenía nada de general, pues dedica ese periódico nada menos que trece páginas, con todo lujo de colaboraciones y panegíricos, al finado, con motivo del óbito de García Gascó, quien fue arzobispo de Heliópolis, antes de ser señalado por el anillo papal para ocupar un sillón cardenalicio en Roma, --donde ha querido ser enterrado-- en pago a sus muchos servicios prestados a la corona vaticana.

El arzobispado de García Gascó en Heliópolis fue bien sufrido por los grupos cristianos de base, que tuvieron que lidiar con una personalidad arrogante, distante de las necesidades de sus feligreses, siempre dedicado, con la vista puesta en sus ambiciones personales, a aumentar la influencia política de la Iglesia en una comunidad civil en la que esa opción ni es única ni mayoritaria.

Cuando por fin fue premiado por sus muchos méritos, entre ellos la creación de la Universidad Católica, y la visita de Ratzinger, que está ahora en los tribunales, --las ilegalidades vinculadas a la gestión de esa visita, no el propio Ratzinger, claro-- por no hablar de la marca Guinness conseguida con motivo de aquella efemérides en la disposición de meaderos públicos, suministrados por el inefable Correa, ahora en prisión, como si la euforia por aquella visita papal tuviera unos efectos diuréticos entre sus seguidores imposibles de contener, algunos creímos que por fin nos habíamos librado de aquel tipo con sotana que desayunaba cada día con Zaplana, luego con Camps, y que nos ha dejado como recuerdo de su nefasto paso por aquí, un templo dedicado a los caídos de su bando, o banda.

Pues no, ahora vuelve ese fantasma, aun caliente,y ocupa nada menos que trece páginas de un diario de información general, que dedica solo una a informar de la presencia de los trabajadores y los sindicatos en la calle con motivo del uno de mayo, lo que parece un signo evidente de que las jerarquías eclesiásticas tienen mas poder e influencia aquí entre los medios, de los que les toca en función de la comunidad civil en la que están inmersas.

Despedidos, con admiraciones, era el título que tenía pensado para pedir el cese fulminante de los responsables de la línea editorial de 'Levante', por su modo de valorar la importancia relativa de las noticias pero, claro, si los viejos lectores de periódicos participáramos en las decisiones de nombramiento y cese de sus responsables, los bandazos en la línea editorial serían frecuentes, dado que nuestras reacciones son demasiado viscerales, mientras que de esta otra manera esa línea se mantiene inalterable en el tiempo, aunque en época electoral se nota un cierto cambio en el posicionamiento de cada cabecera, por si acaso.

Para mayor escarnio, 'Levante' publica hoy un artículo de Gregorio Martín,'Pensat i escrit', cuyo contenido, además del título,indica que no piensa bien lo que dice.
Pedir a los electores que no dejen de acudir a las urnas, para dar cuenta de sus preferencias por unos u otros mediante el sufragio, y recomendar a la vez a los políticos, a todos, que desmantelen los sistemas de Educación y Sanidad porque no podemos pagarlos, --en realidad, habla de mantener los niveles básicos de atención, que es lo mismo que desmantelarlos-- y mirar los recortes fracasados en Catalunya como ejemplo, parece una flagrante contradicción, algo de lo que nadie está a salvo.

Siendo ingeniero, como es, Martín debe saber que el déficit público que justifica sus recomendaciones puede abordarse, al menos, desde dos miradas, la del aumento de los impuestos a los mas ricos, o la exigencia del pago de los que evaden, lo que, aún en época de crisis, es una exigencia ética y social, o la disminución del gasto, que significa la desatención a los mas débiles, exactamente la misma postura que mantuvo García Gascó mientras se trabajaba su futuro cardenalato.

Por tanto, en el mausoleo del cardenal, deben hacer sitio para que, en su momento, le acompañen ciertos opinantes de 'Levante' y desde luego, quienes conducen su línea editorial porque, al final, todos resultan ser de la misma cuerda.

Y llega el momento de justificar el título de la entrada. Puesto que el despido de los responsables de 'Levante' no parece que dependa de la opinión, mas o menos visceral, de los lectores, al menos les voy a pedir algo.

Cuando se den un paseo por el centro histórico, den un euro diez, el que alguien ha malgastado hoy en su periódico, a algún músico callejero. Ellos alegran con su música la triste sensación que nos produce a la gente de a pie sabernos rodeados por altos cargos de la Iglesia, políticos y periodistas, cuyos valores sociales, su conciencia de pertenecer y servir a una comunidad civil libre, no ha progresado nada desde el siglo XIX.

En fin. Músicos Callejeros.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 2-05-11.

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