lunes, 30 de mayo de 2011

FAULKNER

"Y durante todo aquel día mientras el tren serpenteaba siguiendo los contornos de abruptas quebradas donde el movimiento era solo el sonido trabajoso de las exhaustas y gimientes ruedas y las montañas eternas se alzaban desvanecidas en el denso cielo, pensé en mi casa, en la helada estación y en el barro y en los negros y los campesinos amontonados en la plaza, con burros de juguete y sacos llenos de caramelos de los que sobresalían velas, y se me encogió el corazón como cuando la campana sonaba en la escuela..."

He releído 98 páginas de "El Ruido y la Furia", de Faulkner, antes de encontrar esta soberbia evocación de la infancia que desvela, según mi parecer, que este escritor es uno de los grandes. Este libro contiene una farragosa escritura experimental, al modo de Joyce, que explora diversos niveles narrativos simultáneos, incluso superpuestos, que convierte su lectura en una experiencia árida. El relato nos conduce por una ruta que prescinde de la linealidad, nos marea con nombres múltiples para el mismo personaje y distorsiona el tiempo, hasta invitarte a abandonar su lectura, cabreado con el autor.

De pronto han aparecido esas líneas que me han fascinado al encontrarlas, por su lirismo, su construcción y su fuerza evocadora y que alcanzan el mismo nivel literario de Juan Rulfo cuando se deja llevar por un impulso evocador semejante en 'Pedro Páramo'.

Me parece algo misterioso que algunos grandes escritores hagan un esfuerzo innovador en su escritura, con una disciplina férrea y una voluntad de estilo, y de pronto se vean impelidos a escapar de los límites de su proyecto literario por una pulsión de su espíritu, de sus emociones, que les conduce al mismo territorio de la memoria.

Cuando tal cosa sucede en el complejo proceso del relato, da igual de que escritor se trate, a que generación pertenezca, que proyecto literario haga suyo, todos ellos terminan expresando lo mismo, la evocación de la infancia perdida, y la potencia de esa evocación va acompañada de un alto nivel creativo y confiere a esas líneas, mas allá de su propio estilo, un carácter de universalidad.

Para muestra, estas líneas que he encontrado de Faulkner, después de un árido viaje de casi un centenar de páginas por 'El Ruido y la Furia'.

En fin. Faulkner.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 30-05-11.

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