FIESTA

Hoy tengo la certeza de que los signos del cambio estacional que anticipaba mi intuición declarada en la página Primavera no procedían del sueño, sino de la realidad. Según me cuenta mi mujer, a las siete de la mañana la ha despertado el estruendo de la pólvora festiva que anuncia nuestras fiestas de primavera.

Juro que yo no he oído nada, porque duermo como un tronco hasta las diez o las once, será porque en la duermevela que precede a la vigilia me entretengo con las ensoñaciones de un par de mujeres que, en lugar de quitarme el sueño, lo prolongan con una sensación de placidez muy semejante a la felicidad compartida. Gracias M. Gracias L.

El caso es que hoy se inician los actos de las fiestas falleras en Heliópolis y, además de la orgía de pólvora con la que nos han obsequiado de buena mañana, habrá música, la entrada de las bandas en nuestra plaza mas céntrica, cada vez son menos, las bandas, porque les han quitado ayudas públicas, a la que seguirá la mascletá, un acto al que procuramos asistir porque casi todo aquel que ha nacido aquí, con independencia de como piense respecto a nuestras tradiciones y nuestros políticos, lleva una porción de pólvora en las venas desde pequeñito y el aroma de esa química explosiva es para nosotros como el hachís para otros aficionados a quemar cosas.
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La persona pública esencial de estas fiestas es, como no, la alcaldesa. Ahora la veo en las fotos de los periódicos con su mismo gesto adusto de siempre, con ese ceño terrible fruncido en un gesto de perpetuo cabreo, pero el paso del tiempo le ha añadido además un físico algo deforme, dándole un aspecto de ninot de falla que cubre de patetismo algo cómico una imagen ya muy deteriorada, a la que se añade, supongo, la influencia de los avatares políticos mas recientes, aunque noós se (¿donde lleva el acento?), si los contratos con Mr. Urdangarín tendrán algo que ver. 

Pero las fiestas de primavera son aquí tan populares, tan callejeras, que exceden en mucho las cuestiones de protocolo y las autoridades presentes en ellas. Esta tarde, desde las emblemáticas Torres de Serranos, se celebrará la 'crida', la llamada a gentes de todas partes para que acudan a celebrarlas con nosotros, un acto al que nunca solemos acudir, y, a pesar de la mala fama que tenemos últimamente por aquí, no por culpa nuestra, supongo, es probable que las gentes en general, de aquí y de fuera, tengan tantas ganas de sacudirse el pesimismo reinante en todas partes, que las cuentas de resultados del sector hostelero observarán una mejora temporal que, aunque transitorios, tendrá sus efectos en el empleo, sobre todo debido al calendario favorable de este año que permite prolongar la estancia aquí, o la huida de allí. 

Este paréntesis festivo, propicio para que antropólogos, psicólogos sociales y otros especialistas en la observación de la conducta humana compartan una tesis doctoral sobre la rareza de la naturaleza humana que se manifiesta en la singularidad con la que cada grupo social celebra sus fiestas mayores, tiene de todo, desde centenares de churrerías puestas en las calles, una costumbre no autóctona, que ha crecido con el paso de los años, lugares donde se ofrecen patatas asadas con guarnición al estilo latino americano, y otros puestos callejeros que no difieren de los que se ponen en cualquier recinto ferial de otra localidad, pero junto a esos productos, digamos, exóticos, se conserva la costumbre de visitar las chocolaterías de siempre, donde puedes tomar chocolate y buñuelos, aunque, por extraño que parezca, en Santa Catalina los buñuelos tienen que ser múltiplos de cuatro. Raro, ¿no?.

Antes de que aparecieran los signos que marcan hoy la inminencia de la fiesta, en la calle Sueca pude ver el otro día, cuando me dirigía en el bus a clase de teatro, que se han iniciado los trabajos para la instalación del alumbrado fallero.

Esta instalación siempre se lleva el primer premio de iluminación, y nosotros la visitamos con Lola y Antoni, cada año. Este año, ya hemos quedado en que nos llamen ellos para ir a verla, cuando les venga bien.

Los monumentos falleros estarán en las calles el día 16 de Marzo, sábado, y este año, 17, domingo, 18 y 19 festivos, es probable que los puedan visitar mas de un millón de personas, así que dense prisa, para pillar sitio. 

Vamos a ser optimistas, a pensar que el tiempo va a acompañar, y que esta puede ser una de las ediciones de las fiestas falleras mas populares, mas visitadas, y mas divertidas de los últimos veinte años.

Ganas de diversión no van a faltar, supongo.

En fin. Fiesta 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 24/02/13.