¿QUIEN VIVE AHÍ?

Ayer, al volver del mercado, entramos en el portal, cargados con las bolsas de la compra, y vimos a dos personas jóvenes, un chico y una chica, frente a la batería de los buzones de correo de la comunidad, tomando nota en una libretita de los nombres y apellidos que figuran en las placas que identifican a los vecinos, para que el cartero sepa donde debe depositar el correo de cada uno, algo de dudosa utilidad, pues ya nadie escribe cartas a alguien.

Le dije a mi mujer, convencido de mi perspicacia, estos chicos trabajan para una de esas compañías de marketing, de promociones comerciales, que nos dirigen cartas personalizadas para invitarnos a reuniones en algún hotel donde, si compramos un colchón, nos regalan una pieza de cerámica falsificada de Lladró. Va a ser eso. Pues no, no era nada de eso.
(...)
Mi mujer, a diferencia de lo que me sucede a mi, que siempre estoy en las nubes, y si observo una conversación entre vecinos en la calle, nunca presto atención, no se, me molesta enterarme de cosas ajenas,   será porque ella se interesa mas por los demás, por su temperamento altruista, ha puesto la antena, el oído, y se ha enterado de todo.

La presidenta de un patio vecino recibió la visita de unas personas que se identificaron como policías, que le pedían que informara de quienes eran los vecinos que vivían en el inmueble. La chica, joven y aguerrida, se negó. Los supuestos agentes le advirtieron que en ese caso, recibiría un requerimiento escrito en demanda de esa información y tendría que desplazarse a comisaría para facilitarla. La chica dijo que bien, que cuando recibiera la comunicación, así lo haría, pero insistió en no dar esa información, puesto que no había sido solicitada formalmente.

Una vecina me ha parado en el patio esta mañana, cuando volvía con 'Levante', para decirme que ayer recibió la visita de dos personas que se identificaron como policías, le preguntaron el nombre del administrador de la finca, y la vecina les dijo que no tenemos a nadie que administre la comunidad, que nosotros mismos nos organizamos, pero que aquí somos los mismos vecinos de siempre, solo en la puerta tal viven de alquiler, y que todos somos normales, añadió. Ahí, creo que se pasó, lo digo por mi.

Con estas informaciones, comprendimos que las personas que husmeaban en los buzones no eran de ninguna promoción comercial, sino que eran policías, de paisano. Mi mujer me preguntó, si vienen aquí, ¿tu, que harías?. Yo lo tengo claro, les diría, si quieren información de los residentes, vayan al Catastro, o a la oficina del padrón, por favor.

Por si quedaba alguna duda, una sobrina de mi mujer, que pudo haber sido jueza, pero se retiró antes de aprobar la oposición, llamó a una amiga que trabaja en la policía y le dijo que, por estar nuestros edificios dentro de un perímetro considerado como sensible en los protocolos de seguridad, es normal que se hagan estas tareas de identificación vecinal, aunque no tenía noticias de que ahora se estuvieran llevando a cabo esas rutinas.

Todo parece, pues, una operación rutinaria de identificación. A veces, esas rutinas, se complican. Piense en que acude usted a lo que algún ministro llama algaradas, y que en la Constitución está escrito como un derecho. Un policía le pide que se identifique, usted pide, a su vez, que se identifique el, la cosa se complica con el temperamento ibérico de ambos, y puede acabar, a menudo acaba, con una imputación por resistencia a la autoridad, aquí es donde quería llegar.

¿Que es una autoridad?. Suele ser una persona que trabaja para el Estado, o para los ciudadanos, pero en representación del Estado o el gobierno está autorizado, investido de ciertas atribuciones para poder cumplir su función que, en ocasiones, está dirigida al bienestar o la seguridad de los ciudadanos, también a la represión de los delitos de los infractores de las leyes.

El ejercicio de la autoridad es una cosa delicada, exige un equilibrio entre la aplicación de las atribuciones que le han sido dadas al autorizado, y el sentido común. Por ejemplo, el derecho a pedir la identificación de las personas, exige como contrapartida identificarse previamente, lo que no siempre sucede.

Tampoco tiene sentido que un representante de la autoridad, un policía, vaya por la calle pidiendo que se identifique a todo aquel cuyo estilo de vestir, o de vivir, no coincida con el del guardia. Sabemos que hay muchos jóvenes excéntricos que son molestados cada día, solo por su extravagancia, lo que indica que el agente se guía por prejuicios, no por la sensatez que debe exigirse a un funcionario público.

Es natural que este exceso de celo, a veces, provoque un cierto impulso de resistencia a la autoridad, lo que resulta incomprensible es que los mismos que hacen las leyes, se resistan a cumplirlas.

Según la primera de 'Levante' 'La Sindicatura se salta la ley y no audita las Corts (valencianas) desde su fundación' y lo hace, según la letra pequeña, 'porque los partidos nunca han permitido, en 27 años, que el órgano fiscalizador revise las cuentas de la Cámara y las subvenciones a los grupos' (parlamentarios), algo, para mas escarnio, avalado en el Estatuto de Autonomía.

¡Toma ya!¿Puede haber mayor resistencia a la autoridad que la negativa de los corporativos de la política a cumplir las previsiones legales de la madre de todas las leyes, (las de aquí), el Estatuto de Autonomía?.

Nada menos que 27 años de resistencia a la autoridad de la ley marco de todas las demás leyes, y no pasa nada. Hombre, ya sabemos que la Ley es igual para todos, aunque se aplica de modo distinto a cada uno, pero esto es demasiado.

Este hecho, la burla permanente de las disposiciones legales por los mismos que las promulgan, confirma mi argumento de que lo que está sucediendo ahora mismo con Rajoy y compañía, excede los personalismos, para alcanzar una dimensión sistémica, como dicen algunos, es decir, que lo que no funciona es el sistema entero, lo que no significa que haya que ponerlo ya todo patas arriba, pero si que es urgente comenzar a cambiar alguno de sus componentes, antes de que el motor entero se gripe, y haya que llevarlo al desguace.

Es una opinión.

En fin. ¿Quien vive ahí?, o Resistencia a la Autoridad, otro título que tenía pensado.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 6/02/13.