viernes, 8 de febrero de 2013

LETRAS, NÚMEROS, ACELERACIÓN

Hay que suponer que el lenguaje se inventó para facilitar la comunicación entre humanos. Si esto es así, y contamos las letras que contiene un ejemplar de cualquier periódico, podríamos concluir que ese nivel de comunicación, también de comprensión y reflexión que está a nuestro alcance, es muy elevado.

Sin embargo, si hacemos lo mismo con los símbolos numéricos que contiene ese mismo periódico, veremos que su presencia es radicalmente escasa y casi siempre se relega a las paginas de economía, algo que hay que calificar de normal, pues la prensa diaria no es una revista de matemáticas, sino un relato de acontecimientos, mas o menos interesantes.

En ocasiones, cuando te papeas un periódico entero, encuentras que un solo número, en una sola página, contiene en si mismo un relato potencial mas fuerte, con mayor impacto, que las mas de sesenta páginas que componen la información periodística del día.

Esa es la sensación que he sentido hoy al encontrar, en la 37 de 'Levante', este dato, 'La producción industrial ha caído en nuestro país un 5,9% en 2012'.
(...)
Un número, un solo número, aislado, solitario, reúne, a mis ojos, mas dramatismo que todos los editoriales, columnas de opinión, comentarios, reflexiones, que llenan el periódico con el lenguaje escrito no numérico. ¿Porqué?. Trataré de explicarme. 

¿Recuerdan ustedes cuando en la última legislatura de Zapatero, el ministro Solbes hablaba de desaceleración?. Se hicieron bromas con ese eufemismo, yo mismo las hice, Solbes sostenía en su discurso que crecíamos menos, y a eso le llamó desaceleración. 

¿Como llamar, ahora mismo, a un descenso de un 5'9 por ciento en la producción industrial nacional? Una desaceleración no es, desde luego, tiene toda la pinta de una caída acelerada. Hacia donde? Pues, si proyectamos esa cifra de descenso hacia el futuro, en menos de veinte años la producción del país sería cero. 

Puesto que ya critiqué el eufemismo de Solbes en su momento, me siento igualmente legitimado para destacar el enorme dramatismo, la enorme carga simbólica de ese número solitario, que expresa la torpeza, la incompetencia, la ceguera suicida del gobierno actual, cuya política, o ausencia de política responsable, conduce a la economía española, concretamente la industrial, hacia el abismo. 

Al lado de esta realidad evidente, medida numéricamente, todos los discursos falaces que circulan por el universo comunicacional, todas las tertulias que se montan sobre ellos, todos los miles de artículos que se escriben cada día, sumados, tienen, en mi opinión, un valor próximo a cero, si los comparamos con la evidencia de solo dos caracteres numéricos, separados por una coma.

Parece evidente que a buena parte de los humanos no nos gusta demasiado enfrentarnos con verdades numéricas, preferimos la charla, el parloteo, los rodeos semánticos, pues, estando disponible una cifra como esta, y lo que significa, ¿como es que las fuerzas sociales, banqueros, empresarios, políticos, sindicalistas, expertos en economía, no han iniciado soluciones inteligentes que contemplen, con carácter prioritario, frenar este descenso hacia el abismo y poner en marcha de nuevo al país? 

Han pasado cuatro años largos desde que explotó la crisis, y, todos los parámetros estadísticos que la miden indican que no hemos dejado de caer desde entonces, y que caemos aún mas rápido desde que los conservadores han accedido al gobierno, parece que el frenazo de esa caída no está entre sus objetivos.

La enorme inutilidad de la palabra cuando se usa para marear la perdiz, para asegurar los propios asientos, o para justificar una línea de oposición blanda e incoherente, o peor aún, cuando se encuentra un tema, Bárcenas, que permite a los directores de los medios salir de casa sabiendo lo que van a escribir ese día, el día siguiente, y el otro, convierte la vida política y comunicacional del país en una jaula de grillos, donde, nadie, repito, nadie, se ocupa de lo verdaderamente importante. 

No se que tiene que ocurrir en nuestra economía para que quienes deberían ser sus protagonistas, abandonen los discursos vacíos y absurdos, pongan a trabajar a la justicia en lo que sea menester, y se apresten a impedir que nuestra producción industrial se aproxime a cero, en un par de decenios. 

Es una opinión.

En fin. Letras, números, aceleración. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8/02/13.

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