viernes, 5 de julio de 2013

CONCURSO DE ACREEDORES

Apenas concluido el brillante concurso Master Cheff, cuya magnifica realización ha sido elogiada por un crítico tan exigente como Cipriano Torres, y en el que han sido incorporados los finalistas, el joven camarero, y la tal vez bipolar bióloga, al mundo de la alta hostelería, Paco Torreblanca, el repostero de mas prestigio de este país, quien tal vez conoció las recetas de Taillevent y Tirel, dos cocineros al servicio de los reyes franceses de la época medieval, se declara en concurso de acreedores, ignoro si porque la población de este país en crisis lo primero que se ha quitado es la glucosa.

Lo de Paco Torreblanca, a quien deseo una pronta recuperación financiera, no es nada comparado con los 3.812 millones que el Consell debe a sus proveedores (página 3, Levante de hoy) después de haber fundido mas de 8.500 millones de anticipos de financiación recibidos de la administración central para planes de pagos y fondo de liquidez.

¿Que es un concurso de acreedores?. No lo miro en Wikipedia, pero sospecho que se trata de algo que se estila en la empresa privada. Un convenio entre el deudor y los acreedores que incluye un plan de amortización de las deudas, que puede incluir, o no, quitas y esperas, de modo que quede garantizada la recuperación de la deuda, bien en su integridad, o bien en forma reducida si se llega a un acuerdo entre las partes.

Al tratarse de organismos públicos, la cosa no es exactamente igual, puede haber intereses por medio, lo de las quitas, al tratarse de deudas consolidadas mediante contratos públicos, no creo que sea de aplicación, pero yo quería hablar de otra cosa.

(...)
En los concursos de acreedores entre entes privados, antes llamados suspensión de pagos, hay una figura esencial, la del interventor, un personaje que, como su nombre indica, interviene en todas las transacciones y no se paga un duro sin su firma. Esto quiere decir que, quien solicita los beneficios del concurso en tanto que deudor, renuncia a su soberanía financiera, queda en manos de un tercero que es el soberano absoluto en lo que se refiere al uso de los recursos del deudor, que pierde su autonomía financiera.

A esto quería llegar. La Generalitat y su Consell, en tanto precisan de la ayuda de la administración central para hacer frente a la deuda con sus proveedores, en este momento, según Levante, la mas elevada de todas las comunidades del Estado español, implicitamente se ven obligados a ceder su autonomía financiera, quedan a merced de los hombres de negro de Montoro, que decidirán, revisarán y autorizarán, o no, la aplicación de esos recursos, con una autoridad, de facto, por encima de nuestros flamantes representantes políticos de una autonomía que, a estos efectos, queda vacía de contenido.

Esto ya sucedió antes, tras la batalla de Almansa, cualquiera lo puede comprobar visitando la Casa de Cultura de Xátiva y contemplando el retrato de Felipe V que un conservador del Museo puso boca abajo hace años, y así sigue.

La pregunta es, los señores Fabra y demás responsables ahora mismo de las finanzas (por llamarlas de algún modo) de la Generalitat, ¿Tienen algún plan para recuperar la autonomía financiera, o habremos de conformarnos, dentro de unos años, con ver el retrato de Rajoy boca abajo en algún salón de las cortes?.

Es imposible hacer políticas de promoción industrial, universitarias, sociales, medioambientales, si se carece de recursos, siquiera, para atender los compromisos de pagos ordinarios.

En esta situacion, la Generalitat se permite el lujo de seguir sin gravar los patrimonios con el impuesto de sucesiones. No es que no haya dinero para los pagos ordinarios, es que no hay ideas, proyectos, ni siquiera sentido común.

En estas condiciones, estoy seguro de que Paco Torreblanca saldrá de sus dificultades, y Fabra, o quien sea, aún seguirá en este merder. Ojalá me equivoque.

En fin. Concurso de acreedores.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 5-07-13.

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