sábado, 20 de julio de 2013

ESTUPIDEZ SUPERLATIVA

Que palabra,'superlativa', ¿no?, es la mas antigua, pasada de moda, necia, que he encontrado para ponderar la gestión del Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de España, sin duda la peor en la reciente, y no tan reciente, historia de ese ministerio.

¿A quien se le ocurre confundir a un país con una marca registrada, cuando la realidad nos enseña que es todo lo contrario?, es una marca registrada la que da lustre a un país, ahí está Coca-Cola para demostrarlo.

Ver a un Ministro de Exteriores, y a buena parte de los departamentos de su ministerio, ocupados en el rollo de la marca España, cuando hay tanta diplomacia en serio por hacer, sobre todo ahora que el nombre de España se cubre de lodo en los editoriales de los periódicos mas influyentes del mundo, produce sonrojo, y me niego a nombrar la palabra que explica ese desprestigio

Observar la inacción de nuestra política exterior en la liberación de las dos personas de Médicos sin Fronteras que se percibe que  han sido liberadas por gestiones de su organización, sin otras intervenciones gubernamentales, en este caso tranquiliza,  pues, de haber existido, con la incompetencia que caracteriza a Margallo, cualquiera sabe como habrían terminado.

Constatar la falta de iniciativas de nuestra diplomacia en el necesario acercamiento entre los países del Sur europeo para integrar una defensa común de sus intereses, todo esto, y mucho mas, como el fiasco del avión del presidente de Bolivia, justifica, creo yo, desempolvar esa antigua expresión en desuso, 'superlativa'.

(...)
Quedamos, pues, en que la política exterior de Margallo, desde que llegó al ministerio, es estúpida, en grado superlativo. 

El hecho de que no se haya destacado bastante esa política del ministro por parte de los medios obedece, creo yo, a que sucede en un entorno de descomposición ética de la política, muy generalizado, lo que ha convertido en un asunto menor el análisis de nuestra política exterior. 

Y sin embargo, la ausencia de una política de coordinación e integración de los intereses de los países del sur, y no tan sureños, mas afectados por la crisis, España, Italia, Portugal, Grecia, Francia, que estaban obligados por la situación a constituir un 'sindicato', para presentar una voz unida ante las exigencias alemanas, está en la base de los sacrificios que la política de austeridad irracional ha impuesto a cada uno, sin encontrar una resistencia diplomática unida, algo a lo que debería haberse dedicado el Sr. Margallo, en cuerpo y alma, en lugar de a la estupidez de promocionar un país como si fuera un producto de consumo. 

Es Europa, estúpido, podríamos decir parafraseando a Clinton. El señor Margallo, con una vocación frustrada de director comercial de algo, no cesa de participar en eventos de marketing, el último, extender una alfombra interactiva aquí, en el paseo marítimo, seguramente para guardar debajo el polvo de su incompetencia, pues nunca, que se sepa, el nombre de nuestro país ha sido mas arrastrado por el barro en la prensa internacional y nunca nuestra soberanía en asuntos económicos ha estado tan mediatizada por poderes ajenos, por la ausencia de una política coherente que de a los países del sur de Europa la capacidad política derivada de la suma de sus intereses. 

Vaya, me alegra que, por fin, en la entrada de hoy esté ausente la palabra corrupción. He comprado el 'Levante' y en las páginas de Opinión no se nombra otra cosa. 

En fin. Estupidez superlativa.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)19-07-13.

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