Cumplido el protocolo de silencio, ya se pueden adelantar algunos juicios sobre lo sucedido ayer en Santiago, y creo que el modo mas sencillo de hacerlo es considerar, como lo contaron, como sucedió.
'Levante'de hoy lleva una foto en primera del accidente, que no es noticia, para quienes vimos imagenes del suceso durante horas en la cadena pública, ayer.
No precisa el número de fallecidos, pero esta mañana la radio hablaba de mas de setenta. El pie de la foto se refiere a otro accidente grave sucedido aquí, que no tiene nada que ver, o si?.
(...)
La señorita que dirigió el cotarro de preguntas a postestigos y corresponsales desde el primer canal, a pesar de que tenía pinta de ser de comunión diaria, dedicó menos tiempo a las víctimas y sus familias que a insistir con una pregunta capciosa a todos los preguntados, ¿Ha sido un atentado?, a pesar de que cada preguntado lo desmintió una y otra vez, ella insistió tanto, que obligó al Ministro del Interior a desmentirlo, por la parte que le tocaba.
Como suele suceder en un acontecimiento como este, en las primeras horas se carecía de información sobre el número de victimas, y la intervención de la Consejera de Salud de Galicia dio a entender que, si bien en el momento en el que la entrevistaron, todo estaba controlado en lo que se refiere a la atención a los accidentados, durante horas hubo el lógico desconcierto, esperas y desatención, que solo se pudo resolver cuando todos los facultativos y enfermeros que no estaban de turno acudieron y el hospital pudo funcionar a pleno rendimiento.
Ante la ausencia de informaciones precisas sobre el número de víctimas, el estado de los heridos y demás, nuestra gentil locutora se dedicó a reiterar las mismas preguntas, las mismas insinuaciones, a los mismos interlocutores, durante mas de una hora.
No buscó en los archivos imágenes anteriores, para presentar el historial visual de los accidentes ferroviarios en este país, ni entrevistó a responsable político alguno, aparte de la Consejera, el Alcalde de Santiago, y no se si alguno mas.
Las grandes estrellas de la política no gustan de salir a escena en situaciones dramáticas, al menos en los primeros momentos de la tragedia.
Eso si, un faldón anunció que Ana Pastor se dirigía al lugar de los hechos, y que Rajoy estaría allí por la mañana. Prefieren esperar a que la cosa se serene y les hagan el argumentario.
Esto, en cuanto a como lo contaron.
Como sucedió, de momento, es una especulación, pero parece de sentido común que la verdadera causa del accidente, atribuida al exceso de velocidad, como aquí en el caso del Metro, ha sido algo tan sencillo, tan previsible, como hacer circular un tren del tipo B, por unas vías diseñadas para un tren del tipo A.
Los incidentes que se produjeron en las pruebas antes de poner en circulación este servicio así lo avisaban.
Tomar una curva a alta velocidad cuando se trata de un tren diseñado con potentes estabilizadores, parece claro que tiene menos riesgos que hacerlo con un tren del tipo B.
Esta es la pregunta que yo le haría a Ana Pastor, si hubiera de entrevistarla, pero ya verán como no se la hacen.
Dada la envergadura de los daños humanos que han producido y están produciendo los efectos de este accidente, pasarán años antes de que los jueces determinen las culpas, en términos jurídicos, las responsabilidades civiles y penales, si las hubiera, de este accidente, y no cabe que se eche la culpa
al conductor del convoy, las cosas nunca son así.
Por el momento, a la vista de lo sucedido, yo le pediría a la ministra de Fomento, Ana Pastor, que exija mas recursos para infraestructuras básicas, y su seguridad, no solo por las víctimas, sino para sacar a la marca España de su colega Margallo del nivel de Bangladés, y si se niega, pediría voluntarios
para que pinten de negro la fachada de su ministerio, en este caso, lamentablemente, en señal de luto por las víctimas de su política, un argumento
discutible y provisional, hasta que lo decida un juez.
En fin. El Accidente.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-07-13.
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