miércoles, 3 de julio de 2013

EL CAJERO

He bajado a la calle entre las brumas del sueño. Ya he dicho en otra parte que solo estoy algo lúcido los días pares. Pues eso. En la puerta del quiosco bar había un cartel. Se traspasa, por no poder atender. Por un momento, he pensado pujar por el traspaso. El discurso de los políticos, en los últimos tiempos, me hace avergonzarme de mi condición de pensionista, de vivir a la sopa boba a costa de otros.

Hacerme quiosquero, y renunciar a mi pensión, me haría sentirme mas digno. Luego he recordado que, durante cuarenta años, he pagado para que otros vivan a mi costa. Es lo que se llama solidaridad inter generacional, y me he sentido un poco mejor. Por otra parte, vivir rodeado de revistas porno parece degradante, o no.

Mari, la quiosquera, ha dicho, 'a mi hermano lo han declarado inútil, por eso traspasamos el quiosco'. Conozco a su hermano hace treinta años, y puedo asegurar que ya entonces era un inútil, que lo hayan declarado así ahora solo es una muestra de los retrasos burocráticos que aún perduran en este país.

Antes de irme, me he acercado a la máquina de tabaco, he saltado por encima de la enorme pierna hinchada que obstruía el paso, ya saben de quien era, y no he sacado Ducados, porque su precio está a años luz de mis posibilidades, aun con la tarifa antigua, así que me he llevado el rubio mas barato que había. Quien me iba a decir, fumador de toda la vida de Ducados como yo era, que ahora, a la vejez, me pasaría al rubio.

Total, que he salido del quiosco sin hacer ninguna oferta, y me he dirigido a la sucursal de La Caixa, que está en la misma calle.
(...)
La Caixa ha resultado ser una Entidad con mi mismo síndrome. Solo está lúcida los días pares, de ahí que prohiba ingresar en el mostrador las cuotas de la comunidad, salvo que sea martes o jueves. Cuando ya me iba, una empleada muy amable me ha sugerido hacer el ingreso desde el cajero. Ha dicho, 'Ha tenido usted suerte, la cuantía de su ingreso permite operar en el cajero. Yo le acompaño y le ayudo a hacer el ingreso' 

En la pantalla táctil del cajero ha aparecido, primero, un hermoso paisaje, con unas letras que decían ¿Que desea usted?. Yo enseguida he pensado, un viaje a las Maldivas, saltar de isla en isla con una moto náutica, volar en un parapente, y luego comerme langosta y media, de postre, jugo de coco, influido por lo del Master Cheff que vi anoche. 

Había que ver a Adriá, catalán como es, regalar a la concursante que quedó segunda, una cartulina impresa con el esquema de lo que va a ser El Bulli la próxima temporada. Hombre Ferrán, podías haberte estirado algo mas, yo que se, un delantal al menos, no?.

Lo cierto es que la oferta de la pantalla táctil se refería al tipo de operación bancaria que deseaba realizar. Aparecieron multitud de pantallas sucesivas, con preguntas, opciones y gaitas. Menos mal que tenía a mi lado a la empleada del banco, que las contestaba todas, sobre todo la última, la del número de cuenta, que bárbaro, nunca había visto un número tan largo, con la particularidad de que ciertos dígitos no había que teclearlos, y otros si. 

Cuando terminó la operación, el cajero habló, como agradeciendo al cliente su presencia. Quedé en suspenso, esperando que, de un momento a otro, el cajero le dijera a la empleada. Muchas gracias, ya no la necesitamos mas. Puede irse a su casa. Yo ya me arreglo para atender a los clientes. Pero no sucedió. 

Luego me he dirigido a Mercadona, porque quería comprar tellinas, o tellines, esos moluscos que, si tuvieran patas y andaran por las cocinas nocturnas, crearian conflictos maritales, a ver quien es el que coge la escoba para auyentarlas, pues tienen un tamaño así, como de cucarachas pequeñas, pero como no tienen patas y tienen, sobre todo ahora, ese sabor intenso a mar mediterráneo, pues son una delicia. No habían. Roig ha puesto en sus tiendas un visible cartel, 'Tenemos pescado de lonja', sin acordarse de que no tenemos lonja, y ahora se ve que ha llamado por teléfono a las autoridades portuarias para que pongan una lonja en seguida. Todo, menos quitar el cartel. 

Me he acercado al mercado y he comprado cuarta y media de tellines, y una docena de bacaladitos. Las tellines son para el aperitivo de hoy que, al ser un día impar, y además central, viene la tropa a comer. Los bacaladitos, para la cena. Para comer pondremos, de entrada, las croquetas de la abuela, filetes de arenque en salsa de yogur, calamares a la cazuela, huevos de codorniz, las tellinas, y una ensalada de lechuga, tomates del terreno, rábanos y queso fresco. 

Luego, el arroz al horno, en la cazuela de siempre, y por último, la sorpresa, el suspense de abrir un melón entero, que siempre tiene algo de suceso imprevisible. 

Yo solo quería hablar del cajero, pero me ha salido lo del quiosco, el cajero, el Ferrán Adriá, mercadona, el mercado, la comida de los miércoles. 

Ya lo he dicho. Estoy un poco espeso. Es que hoy es impar.

 En fin. El Cajero. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3-07-13.

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