viernes, 4 de junio de 2010

DIA 5º

He bajado al Maravillas. Hojeaba un periódico local atrasado, alineado con la derecha mas antigua, y sus contenidos me han impulsado a dar dos opiniones no solicitadas, porque me lo pide el cuerpo, antes de dedicarme a la crónica del quinto día de estancia en la costa alicantina.

“¿Que se debe? Cuenta 'Las Provincias' de ayer que el Tesoro Público ha satisfecho, hasta el 31 de mayo, una cifra superior a los 300.000 millones de Euros en concepto de devoluciones a los contribuyentes de Heliópolis por el I.R.P.F. No me termino de creer que esa cifra sea correcta, que no se les haya escapado un cero de mas. Si es cierta, significa que el denostado recorte presupuestario de Zapatero que afecta, o afectará, a funcionarios, pensionistas, madres en estado de gestación, solteras o no, y a personas llamadas dependientes, como si los demás fuéramos independientes, es el chocolate del loro, pues, si no recuerdo mal las cifras, el ahorro presupuestario esperado de esas desmedidas medidas, no alcanzará ni siquiera el diez por ciento de esa cantidad.

Nos están dando la vara, los del Ecofín, el Fondo Monetario y la madre que los parió, sembrando la consternación entre la población, creando un clima de desastre nacional, con la mierda de la deuda pública, el riesgo país y todas esas chorradas, y nadie se para a pensar que si todos los ciudadanos que pagamos, unos mas, otros menos, impuestos, aceptáramos solidariamente una rebaja del diez por ciento en la devolución de nuestros impuestos, el ahorro presupuestario sería mayor que el propuesto en las famosas medidas, y no tendríamos al gobierno socialdemócrata y a los sindicatos, sumidos en la confusión, el desconcierto y la desafección de sus afines.

Que nos digan, de una puta vez, que se debe, a cuanto salimos, pagamos religiosamente, y que nos dejen de dar la tabarra con la jodida deuda pública, los mercados y todas esas falacias, y que no toquen a los mas desfavorecidos, porque desfavorecidos somos todos, los mas numerosos, de ahí que una razonable aportación individual pueda resolver el problema, eso sí, a cambio de una declaración jurada de políticos y tipos que se ocultan tras los mercados para que, al menos durante diez años, respeten una moratoria y se abstengan de meternos en líos.”

….......

“Me importa un huevo que el insoportable y leve Camps viva en el mismo piso que antes, y su supuesta honradez acrisolada defendida por sus homólogos pperos . Es un hecho que, durante el mandato de Camps el honrado, quien está obligado a vigilar lo que pasa con la Caja, los listos con chaqué que asistieron a aquella lustrosa boda aznarita, han trincado alrededor de 30 millones de Euros , cifra provisional, sujeta a confirmación, y tal vez a ampliación, de la Caja pública, ¿o debo decir privada? que, además de haber sido saqueada ante las narices del muy inefable, está llena de agujeros por donde fluye la pasta hasta centenares de chiringuitos, empresas públicas, mixtas, semi publicas, o como quiera que se llamen las opacas extensiones de la administración autonómica creadas por la Generalitat durante el largo mandato de la derecha confesional que nos malgobierna, sin la transparencia adecuada en el uso de los fondos. Por cierto, que no citen al Síndic como coartada de la supuesta legalidad de esas operaciones extra presupuestarias, sin dar a conocer, a la vez, el texto íntegro de todas las salvedades que ha puesto en sus informes.

Por mucho menos que eso, los políticos europeos, ingleses, alemanes, conjugan el verbo dimitir con un normal reflejo democrático del que aquí se carece. El muy inefable, en lugar de asumir su responsabilidad política, se pega al sillón con silicona y va diciendo por ahí, con la mayor cara dura, que todos los ciudadanos de Heliópolis, todos, sin excepción, lo amamos sin condiciones, y no podemos vivir sin el. Que esperpento.”

Que a gusto se me ha quedado el cuerpo. Ahora, si, me voy a ocupar de la crónica del quinto día de estancia en la costa alicantina.

“La memoria del trayecto que recorrimos hace algún tiempo en un tren decimonónico, desde Mallorca hasta Sóller, nos ha impulsado a tomar el tren que va desde Benidorm a Denia, por la costa.

Aquel tren estaba formado por vagones de madera, y al llegar a un paraje pintoresco, junto a un mirador, la locomotora se detenía para que los pasajeros se apearan, tomaran sus fotos y contemplaran el paisaje, antes de subir de nuevo a bordo para llegar a destino.

Cuando decidimos tomar este tren, acompañados de nuestro compañero de hotel, el grabador, y su mujer, no sabíamos como era, cuanto tiempo tardaba en recorrer la distancia del trayecto, a que velocidad lo hacía, ni que parajes podríamos contemplar desde la ventanilla, cuantas veces se detenía en las estaciones intermedias. Solo que cubría el trayecto Denia-Alicante, en un sentido, y que podíamos tomarlo, en el otro sentido, hasta Denia, que salía casi cada hora, y que podíamos volver por el mismo camino a tiempo para comer.

Resultó ser un tranvía metropolítano, bastante convencional, no un viejo transporte ferroviario de época, que cumplía la función de transportar viajeros entre las distintas poblaciones del recorrido, como si fuera el metro, que paraba en todas las estaciones, una docena y media mas o menos, no sabía que había tantos núcleos habitados en una distancia tan corta, a una velocidad que no le permitía a nuestro colega el grabador, provisto de una cámara digital, pulsar el disparador para
capturar el paisaje, porque siempre había un poste, un túnel, un terraplén, que se interponía entre el objetivo de la cámara y el paisaje. O sea, que no es un tren turístico.

No obstante, el tramo del recorrido que discurre frente a la bahía de Calpe es de una belleza paisajística muy notable, con el peñón de Ifach a la izquierda, la relativa lejanía de Altea a la derecha y el mar recibiendo la luz oblicua del sol que al resbalar sobre su superficie deja en ella la huella intermitente de su rastro, un entorno que conecta con la belleza de las islas griegas, del Bósforo, de esos paisajes marineros que nos dan una identidad común a quienes poblamos sus riberas. Solo por eso, merece la pena tomar ese tren. (Siete euros por persona, ida y vuelta)

Después de algo menos de una hora, desembarcamos en Denia, nos paseamos por la calle Marqués de Campos, que ofrecía su aspecto habitual, por el barrio viejo de pescadores, y nos sentamos en una terraza del puerto a tomar unas cervezas, en una espléndida mañana que solo puede ofrecer, en ocasiones, el clima privilegiado de los rincones de la costa alicantina, sin que nadie nos exigiera ningún mérito especial para disfrutarlo, solo pagar la cuenta de las cervezas. (Seis euros).

Regresamos al hotel con el tiempo justo para comer, pero una llamada oportuna de la mujer del grabador a la recepción del hotel, indicando que nos íbamos a retrasar un poco, nos garantizó una buena atención en el comedor, cuando llegamos en el Alfa Romeo con asientos de cuero que el grabador había dejado en el aparcamiento de la estación, en previsión de que volviéramos con algo de prisa, como así fue.

Por la tarde, fuimos a la oficina de turismo, lo que nos permitió enterarnos de que la gente de Socuéllamos que reside en Benidorm prepara una fiesta folclórica y gastronómica en los salones del Ayuntamiento la mañana siguiente; por la tarde, la Fundación Cam ofrece una película interesante, El Soplón; el sábado por la noche hay un concierto de música Pop en el parque de l'Aigüera, y el domingo por la mañana, la orquesta de Benidorm ofrece un concierto de música latina en el auditorio del ayuntamiento, con el lema, ¡Cuba, que linda es Cuba!. Pensamos ir a todo. Que no decaiga.”

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-06-10.

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