domingo, 6 de junio de 2010

DIA 7º (Y MEDIO)

El mismo tiempo que dedicó el innombrable, el omnisciente, el omnipresente, a fabricar este mundo que, visto con el ojo crítico, se nos antoja ahora una chapuza, me está costando a mi hilvanar este relato chapucero de un viaje a Benidorm de siete días y medio. Que se le va a hacer, la imperfección es la condición natural de los dioses y los hombres.

He bajado al bar de los locos y, como es domingo, he comprado 'El País'. Soy lector intermitente de este periódico (hoy, 2,50 Euros) y esa circunstancia me permite evaluar algunos de sus contenidos con la misma distancia crítica que muestran algunos de sus analistas mas profesionales.

“Hace tiempo que las páginas de opinión de este periódico se abren con unos titulares que tienen debajo lo que antiguamente se llamaban editoriales, y que algunos periódicos menos evolucionados siguen llamando así. No van firmados, puesto que no expresan la opinión de una persona, sino del periódico, y supongo que los elabora el comité de redacción. Hace menos tiempo que al 'editorial' principal, casi siempre de contenido general y político, se le añade otro, mas informal y temático, precedido de un título genérico, 'El Acento'. Tampoco va firmado, así que expresa igualmente la opinión del periódico, sobre un asunto monográfico. El de hoy se titula 'La manzana de la concordia'.

No es la primera vez que leo en los 'editoriales' de 'El País', serios o informales, políticos o económicos, generales o temáticos, opiniones que exhalan un tufo reaccionario, seguramente no deliberado, que chirrían con la pretendida vocación liberal, democrática y, esencialmente, profesional de la que presumen sus actores.

Unas veces, al analizar la historia guerra civilista de este país, otras veces, al tratar la economía o las relaciones laborales, y con relativa frecuencia al aplicar un enfoque gremialista, trufado de las ansiedades e inquietudes que suelen generar en el periodismo escrito los espectaculares cambios que han producido las nuevas tecnologías y soportes en el mundo de la información y en el modo de comunicarla, se cuela ese fondo reaccionario de quien ve en peligro sus intereses y da una respuesta hostil a quienes, desde su percepción, los amenazan.

En el artículo que me ocupa 'La manzana de la concordia' , aparece una expresión de ese tenor. Como no va entrecomillada, ni el artículo va firmado, aunque su origen son unas declaraciones de Steve Jobs, el patrón de Appel, no creo que el párrafo que voy a entrecomillar sea la traducción literal de lo dicho por Jobs, sino la opinión del periódico sobre lo que dicen que dijo.

“Ha hablado (Jobs) de la libertad de prensa, del criterio editorial y de la necesidad de contar con esa jerarquización y selección de noticias y análisis que aportan los periódicos EN CONTRA DEL CAOS DE UN MUNDO DE BLOGUEROS.”

Eh, parad el carro, tíos. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que la capacidad de análisis y el criterio editorial no son monopolio de los periodistas profesionales, de los diarios de papel, sino que están al alcance de cualquiera que se esfuerce en mantener un contacto cotidiano con la realidad y tenga una capacidad de razonar y un dominio del lenguaje que le permita expresarse con claridad, precisión y rigor.

¿Que es eso de que los que se expresan en un soporte distinto del vuestro viven en el caos? Otra cosa es el periodismo de investigación, los reportajes en profundidad sobre asuntos judiciales o de otra índole que, naturalmente solo están al alcance de quienes dedican cuantiosos medios a esa parte del periodismo, pero en el periodismo de opinión, y aún en el ámbito de la noticia, en lo que se refiere a independencia de criterio, cualquier caótico bloguero os da sopas con honda a vosotros, que estáis condicionados por las propias estructuras en cuyo marco ejercéis la profesión y que percibís erróneamente como un caos, lo que es una universalización de la libertad CIUDADANA de expresión.

El uso de la palabra caos para describir una realidad, actual o histórica, que se percibe como algo hostil porque no cuadra con los propios intereses o mentalidades, no es nuevo en los editoriales de 'El País'. Moreno, su director actual, firmó un artículo en el que imputaba, desde una ignorancia histórica considerable, a los grupos anarquistas y revolucionarios, en exclusiva,las tribulaciones del gobierno republicano durante la guerra civil.

Entonces asoció la anarquía con el caos, y hube de recordar que la anarquía no es caos, sino ausencia de jerarquía, además de una utopía que la creciente madurez cívica hace menos lejana. Nuevamente he de recordar que la expresión de opiniones con rigor periodístico,en este soporte, o en cualquier Blog, no es una manifestación del caos, sino una ampliación de las libertades personales, posible a través de una tecnología que ha dejado a algunos descolocados. Pero, sospecho que es perder el tiempo, porque estos tíos parece que no aprenden.”

Después de desahogarme con este mínimo rapapolvo, merecido, a los editores de 'El País', me dedicaré a lo que interesa, acabar de una vez la serie del relato 'Ocho días de mayo'.

“La mañana de nuestro séptimo día de estancia en Benidorm, amaneció, como casi todas las demás, inmersa en ese maravilloso micro clima de la bahía que atrae a millones de visitantes cada año, en cualquier época, mas aún en esta primavera rutilante de luz y en estos días de mayo en que la bondad táctil de la ligera brisa de Levante corrige los excesos solares, produciendo en las almas y los cuerpos de los afortunados que vivaquean aquí una sensación de bienestar casi perfecta.

Después de un paseo de dos horas por la playa, nos sentamos en un banco para leer el periódico, y una pareja mayor que lo ocupaba también se mostró muy comunicativa con nosotros, que aceptamos esa situación con naturalidad, y el hombre nos contó, muy orgulloso, que su joven nieto era ya un científico que trabajaba en lo suyo, que procedían de la villa de Utiel, y al final de su disertación, ambos convinimos en que las grandes cabezas, los grandes músicos, los premios Nobel, suelen proceder de comunidades pequeñas, donde los viejos valores del esfuerzo, del estudio, de la búsqueda de la excelencia personal, están mas vigentes que en las grandes urbes, y que esas vocaciones nacidas en lugares pequeños, se cuecen después en la universalidad del arte y la ciencia en países distantes y lejanos.

El hombre puso como ejemplo a Severo Ochoa, cuyos restos descansan en el hermoso cementerio marino de Luarca, y que ambos, mi contertulio y yo, hemos visitado. Concluida la charla, nos despedimos, miré la posición del sol –hace años que no llevo reloj-- y concluí que ya era hora de ir al concierto de la Orquesta de Benidorm, en el auditorio del ayuntamiento.

La orquesta, llamada exactamente, Societat Musical L'Illa de Benidorm, estaba constituida por no menos de sesenta músicos, y la dirigía un músico cubano, aunque sus apellidos sugieren su ascendencia española, Walter López Martínez, y el programa de música latina estuvo compuesto por la interpretación de Huapango, Dos danzas de Lecuona y dos aires colombianos, la primera parte. En la segunda, se interpretaron Cuba Que Linda es Cuba, de Saborit, Hasta siempre Comandante
(dedicada a Ché Guevara) de Carlos Puebla, y la universalmente famosa Guantanamera, compuesta por un músico autodidacto que ejerció varios humildes oficios, antes de acertar con esta música que luego se ha convertido en universal.

El concierto estuvo bien, pero el predominio de los instrumentos de viento, algunos demasiado nuevos, hizo que el sonido desbordara, en ocasiones, la caja resonante del auditorio. Por lo demás fue un acto popular, divertido, agradable, y gratuito. Este fue el último concierto al que asistimos, porque el concierto de música Pop al que pensábamos acudir en el parque de L'Aigüera, fue suspendido a última hora

En resumen, nuestras actividades en esta semana de vacaciones no han estado mal, tres películas, un concierto, una demostración gastronómica fallida, una visita a Alicante, un viaje a Denia en ferrocarril. No solo de sol vive el hombre y, como se ve, las actividades lúdicas en Benidorm y la promoción que hacen las instituciones de ellas, ayuntamiento, fundación Cam, agrupaciones regionales, desmonta el tópico de que este es un destino turístico solo de playa.”

Epílogo:

La mañana del octavo día se nos fue en hacer las maletas y comprar alguna cosa para la familia. Tuvimos que comer pronto, porque el autobús nos recogió a las dos y media. Cuando, ya de vuelta, salimos cargados con las maletas a las calles de Heliópolis, el termómetro marcaba –lo juro-- cuarenta y un grados. Sentimos el impulso de darnos la vuelta y volver al clima mas equilibrado de Benidorm, pero finalmente nos hemos quedado en Heliópolis. Por fortuna, el calor abrasador del lunes ha remitido.

Con esto concluyo la última entrega de la Serie 'Ocho días de mayo'. Me he excedido tratando el mismo asunto en la última semana, pero confío en que alguien encuentre alguna utilidad en la información incluida en el relato del viaje, sobre las diversas actividades patrocinadas por entidades sin ánimo de lucro en Benidorm.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-06-10.

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