jueves, 24 de junio de 2010

HUELGA GENERAL

Sin aviso previo, sin fijar una fecha diferida para su realización, los trabajadores chinos, que aún no tienen sindicatos, nos han sorprendido con una protesta generalizada cuya noticia ha llegado hasta nosotros deslizándose entre las grietas que Internet y los teléfonos móviles han conseguido abrir entre el muro impenetrable de la censura informativa que impone el PC chino.

China fue el testimonio histórico mas representativo del despotismo oriental, del que Mao fue el último emperador. Decidido a acabar con los restos del feudalismo y la burguesía china, el gran timonel combinó los excesos de la Guardia Roja y la filosofía de su libro rojo –me consta que algunos empresarios y banqueros españoles lo leyeron en su día con gran atención-- pero la banda de los cuatro que le sucedió, añadió al solar que dejó la revolución cultural la matanza de Tian'anmen, con una renuncia expresa a los procedimientos de la autocrítica y al lado sutil de la filosofía maoísta, en favor de los tanques, la metralleta y el orden público, y quienes les defenestraron refundaron el capitalismo mas salvaje en el país que fue el mas desconocido para occidente, hasta que una de sus dinastías reinantes decidió abrirlo al mundo.

Ahora China es el país mas poderoso del mundo, en términos financieros, aunque su economía no sea la primera, porque financia, entre otros, el estratosférico déficit de las cuentas públicas de USA, lo que significa que, indirectamente, financia la guerra de Afganistán, además de contribuir, directamente, al poderío nuclear de Irán. Una actitud que no es nada original, y recuerda la de Juan March, que no solo daba dinero para la rebelión militar, sino también para la república. Son cosas del poder.

Mientras tanto, la economía china crece a un ritmo impensable en occidente, y los salarios de sus trabajadores, como las demás condiciones de trabajo, alojamiento, horarios, ausencia de sindicación, evocan las de un sistema social semejante a la organización jerárquica de un hormiguero, en el que las obreras soportan toda la carga del sistema, vigiladas por una casta guerrera que ya vimos como las gastó en Tian' anmen.

La novedad es que algunos patrones extranjeros llevan ya instalados en el hormiguero hace unas décadas y, alarmados ante los suicidios de sus trabajadores por la extrema severidad de sus condiciones de trabajo –hay quien dice que dado el tamaño de las plantillas, esa circunstancia no está claro que deba atribuirse a las condiciones de trabajo-- han subido el sueldo a sus trabajadores de un modo considerable, y muchos otros trabajadores están haciendo paros en demanda de mejores condiciones de trabajo, mayores salarios, y derechos sindicales.

Al parecer, no se trata de casos puntuales, sino de una oleada reivindicativa que las autoridades chinas tratan de silenciar y detener, que ha tenido efectos importantes, como la paralización de plantas de automoción, entre otros, aunque la falta de información no permite percibir si se trata de un conflicto puntual, o de algo mas profundo y duradero. ¿Una huelga general?

¿Es posible una huelga general en China? No hay sindicatos que la puedan convocar. No hay libertades que la puedan enmarcar en una acción ciudadana, con sus límites jurídicos. ¿Han de preceder los sindicatos a la huelga general? Si volvemos a la experiencia histórica, ¿No fueron las huelgas generales promovidas por grupos informales, pre sindicales, las que precedieron a la aparición de los sindicatos en occidente?

Sea como fuere, derive la protesta hacia un conflicto puntual, o hacia una reivindicación mas duradera, tal vez podría ser el principio del fin de la práctica mas querida del capitalismo de Estado chino, competir en los mercados exteriores con salarios miserables.

Por cierto, no es una práctica exclusivamente oriental, aunque las condiciones actuales de los trabajadores chinos no sean comparables a las de los europeos. Basta que existan diferencias sustanciales en los salarios de los trabajadores nacionales de los diferentes países europeos, como de hecho existen, para que los empresarios compitan entre si, no con tecnología, investigación o especialización, que eso da mucha pereza, sino con los salarios mas bajos de sus nacionales.

Como muchos empresarios compiten con el factor trabajo, no con innovación u otras alternativas, cuando hay una crisis, enseguida claman por la productividad, y exigen bajar, aún mas, los salarios, reformas laborales, despidos mas baratos. Mientras los gobiernos se lo piensan, los empresarios echan a tres millones de trabajadores a la calle, y siguen reclamando reformar el mercado laboral, como si no hubiera sido ya reformado. ¿Hay tantas diferencias entre el concepto de productividad en la economía china y en la europea? No sé.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 24-06-10.

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