viernes, 25 de junio de 2010

OBVIEDADES

He bajado al Maravillas, un poco tarde, porque el colchón nuevo me invita a prolongar las horas de sueño. Un cliente que todos los días me manga un cigarro del paquete de Ducados, hoy me ha invitado a un Winston, algo insólito, todo lo contrario de los muchos y previsibles lugares comunes que aparecen como noticias en el ejemplar de 'Levante' que compartimos los asiduos de la barra de este lugar literario, que no voy a revelar si es real o no. Tal vez se trate de dos bares, uno real y otro imaginario, como los dos pasillos oníricos que Millás recorre en su artículo de hoy, nada obvio.

Al parecer, los científicos han descubierto ahora que el útero de la mujer tiene paredes, y que están amuebladas con las madres de todas las células, las células madre. Independientemente del valor terapéutico que tal descubrimiento pueda tener en relación con el cáncer de útero, a mi parecer esa afirmación científica es como descubrir que hay agua en el mar.

El útero de la mujer es la madre del mundo desde que este raro lugar comenzó a ser habitado por la especie humana, pero la ciencia que, en apariencia, es una fuente de progreso, a veces es mas lenta de lo que corresponde, por eso seguimos dependiendo de la rueda sumeria y de los combustibles fósiles, y las peculiaridades del cuerpo de la mujer al parecer han sido mas investigadas por los seductores narcisistas que por los científicos que, en su mayoría, suelen ser célibes dedicados al sacerdocio del saber. No sabría decir porqué, pero ese descubrimiento me ha parecido algo obvio

Igual de obvio que los consabidos artículos de opinión, cansinos hasta la extenuación, que verifican que hay crisis, a estas alturas.

No es menos obvio el reconocimiento de que hay pobres y ricos, que el número de ricos aumenta, pero el de pobres aumenta mucho mas. Yo mismo he caído en esta obviedad en la página Rankings. Ya en 1.646 un decreto real, cuyo original se puede consultar en el Archivo del Reino de Heliópolis,que mandaba hacer un censo de población a las autoridades de aquí, recomendaba no contar a los pobres de las parroquias, tal vez porque no tenían capacidad de pago de las cargas impositivas que se exigían por mandato real.

Desde hace tiempo, la Unión Europea, Comisiones y Cáritas, los cuentan, a los pobres, por eso sabemos que su número aumenta cada día. Otra obviedad, aunque en este caso mas intolerable, sobre todo cuando lees que Corbacho, el ministro de trabajo que me recuerda, no se porqué, al mayor de los hermanos Marx, con su seriedad impostada, anuncia que se van a retirar las ayudas de cuatrocientos y pico de euros a los desempleados que han agotado su prestación, y unas líneas mas arriba te informan de la existencia de seis mil cuentas bancarias en Suíza que, solo ahora, después de la que ha caído, al parecer van a comenzar a ser investigadas, y eso porque Francia ha levantado la liebre.

Esto indica, a mi parecer, que los pobres no interesan a nadie, tanto en 1.646 como ahora, salvo a quienes los cuentan. Tal vez, ni siquiera un pobre le interesa a otro pobre. Si esto fuera así, toda la retórica que se usa en defensa de los mas débiles carecería del mínimo efecto transformador de una realidad estructural que no solo no mejora con el paso del tiempo, sino que se agudiza. Los discursos, las noticias, los estudios cuyos resultados se trasladan como noticias, serían, en realidad, otra obviedad.

El gobierno central actualmente en el poder da unas muestras de debilidad cada día mas evidentes. Esto es otra obviedad. Tiene un ministro de trabajo totalmente desprestigiado, uno de industria, Miguel Sebastián, que cada vez que abre la boca es para pedir algo para las eléctricas, aunque en este caso, con el anuncio retrocedido de elevación de las tarifas, el gobierno en pleno, por su mediación, a vuelto a caer en la técnica del coitus interruptus, de la marcha atrás antes de consumar el acto de gobierno, que desconcierta a cualquier observador de la política nacional.

Hay, al menos, dos interpretaciones de este singular estilo de gobernar. A unos les parecerá que es un gobierno que dialoga, capaz de rectificar, aunque como dijo González, rectificar es de sabios, pero hacerlo a diario es de necios. Otros, los menos informados, quizás poco dados a la flexibilidad, pensamos, --Tío, si no lo tienes claro, cállate la boca, joder. Otros dicen que se gobierna a golpe de sondeo, o de ese improbable artilugio volador, el globo sonda. Es posible que, dado el aspecto de marketing impostado que envuelve esa política, esta opinión esté mas cerca de la realidad.

En todo caso, todo es obvio, que las desigualdades sociales son un hecho estructural, que los políticos actuales actúan mediatizados por los poderes financieros y se guían por las encuestas para tomar sus decisiones, cuando no lo hacen por la presión pura y dura de los poderes fácticos, que los científicos, en ocasiones, investigan obviedades, que todo el mundo se siente autorizado para opinar, todos los días, sobre 'la crisis'.

Solo tres cosas he visto hoy que escapan a la obviedad, el artículo de Millás, otro de Carlos Carnicero, lúcido como siempre, que avisa del carácter electoralista de la prohibición del burka, y pone el foco, en lugar de en la prenda, en la falta de libertad de la mujer que lo lleva, y en el efecto probable de esa prohibición, que esas mujeres que, al menos ahora, salen de casa recluidas en su cárcel de tela, se conviertan en reclusas en su propia casa, al dificultar, todavía mas, su vida social.

La tercera cosa, es el hecho insólito de que el gorrón del bar que todos los días me birla un cigarrillo, se haya estirado hoy regalándome un Winston. No todo es obvio.

Obviedades, un término que no está en el diccionario del ordenador, supongo que tampoco en el otro. No me apetece mirarlo. En fin.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-06-10.

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