martes, 22 de junio de 2010

LA EMPRESA ESPAÑOLA

He bajado al Maravillas pensando que era lunes, porque ayer estuve en la sierra y para mi fue un día festivo. Mi confusión al fijar el día del próximo partido de la selección española en el mundial de Sudáfrica venía de ese error, por eso me han regalado un calendario que contiene las fechas de los encuentros de los diversos grupos, que he fijado con chinchetas en la pared del gabinete donde escribo y ahora se que el próximo encuentro contra Chile se celebrará el próximo viernes 25 de junio, a las 20'30h., en Pretoria.

En ningún sitio está escrito que un acto deportivo no pueda evaluarse con parámetros empresariales,por eso voy a intentar unas reflexiones sobre el partido de ayer contra Honduras, utilizando conceptos como la relación marketing/producto, la dirección por objetivos, el juicio por resultados o la Ley 20/80, con la intención de dotar de objetividad a un asunto que, en general, está demasiado cargado de pasiones irracionales.

Para empezar, la Ley 20/80 se cumple aquí como en cualquier otra actividad empresarial, el veinte por ciento de la plantilla obtiene el 80 por ciento de los resultados. En este caso, Villa, no llega ni al veinte por ciento y se atribuyó el ciento por ciento de la victoria, y un porcentaje nada despreciable de los errores.

Mi impresión general del encuentro fue que, a pesar de la victoria, el conjunto de la empresa deportiva española no da la sensación de selección campeona. En mi opinión , absolutamente irrelevante, este es un ejemplo típico de desequilibrio entre el marketing y el producto. La Cuatro, las cerveceras y demás patrocinadores vienen haciendo un esfuerzo de marketing de una creatividad y una brillantez asombrosas cuya expresión en imágenes ha sido la creación de un mito deportivo,'La Roja' que tiene sus orígenes en glorias pasadas, pero la calidad del producto actual que se identifica con ese mito no responde a las expectativas del público.

Un juicio por resultados de los integrantes de la plantilla que tiene que cargar con el mito de La Roja incluye, forzosamente, una lista de los muchos errores que vimos ayer, desde el escandaloso fallo del penalti de Villa, pasando por las tres grandes ocasiones perdidas por Torres, la ineficacia de Ramos y de la mayoría de los que tiraron a puerta sin acertar. Supongo que Del Bosque los tendrá dos días tirando a puerta en los entrenamientos, porque la esencia del fútbol es meter el balón entre los palos, digo yo.

Si bien el juicio por resultados a nivel de empresa es rotundo, se ha ganado y punto, si lo aplicas uno a uno a los componentes de la plantilla, los puntuales aciertos de Villa que dieron la victoria, el extraordinario partido de Piqué, que se dejó literalmente la piel en el encuentro, y la solidez habitual de Xabi y Pujol, no evitan la sensación de que el equipo actual de la selección española está lejos de ser una máquina ganadora.

El rostro de Del Bosque durante todo el partido, pese a que se ganó, creo yo que reflejaba esa percepción de balance entre aciertos y errores que cualquiera que lo haya visto ha podido percibir, y las dudas que le suscitaba la actuación de su plantilla. Ignoro que técnicas emplea Del Bosque para conducir la empresa que dirige, ni que objetivos pretende alcanzar.

En la dirección por objetivos, en ocasiones se renuncia al óptimo, para asegurarse el segundo mejor puesto en el mercado. En fútbol es diferente, todo lo que no sea conseguir el número uno es considerado un fracaso deportivo. Del Bosque no mostró ayer el rostro del éxito, pese a que su equipo estaba ganando. Espero y deseo que esa expresión de su ánimo no se traslade a las expectativas de los jugadores.

En la dirección por objetivos, y en el juicio por resultados, lo que cuenta es la consecución final de los números que se persiguen. En las empresas donde trabajan creativos publicitarios, como en otras, si un tío va a trabajar vestido de hippie, o con una cazadora vaquera con una calavera pintada en la espalda y escucha música Heavy Metal mientras trabaja, nadie se mete con el ni prejuzga su labor, siempre que, al final, la campaña que ha diseñado sea aceptada por el cliente. En el fútbol ocurre justo lo contrario, todo el mundo opina, incluso sin tener ni puta idea, sobre el trabajo del entrenador y la plantilla de nuestra primera empresa nacional deportiva.

Mis opiniones deportivas, como casi todas, carecen de valor, pero hay algo que estoy dispuesto a defender no como una opinión, sino como un hecho objetivo, el equilibrio entre marketing y producto, entre el mito de 'La Roja' y su actual realidad deportiva, es precario, lo que no significa que no se pueda recuperar. El viernes 25, a las 20'30H. tenemos una cita, contra Chile,para verificar la objetividad de esta evaluación.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)22-06-10.

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