viernes, 11 de noviembre de 2011

DEMOCRACIAS INTERVENIDAS

Es la hora de los contables. El próximo primer ministro griego va a ser, al parecer, el vicepresidente de un Banco; el jefe de Italia, un ex comisario de la Unión Europea, muy respetado, aunque no se si es contable. Los encargados del lapicero de todos los gobiernos salen todos los días en la prensa, incluso el de aquí, Vela, que lleva la contabilidad en su ADN.

Por otro lado, el Banco Central Europeo, que es quien recoge las sugerencias de los usureros, también llamados mercados, para recomendar nombramientos en las democracias? europeas, tiene entre sus altos gestores a un experto en maquillar cuentas por cuenta de Lehman Brothers,¿recuerdan esa firma?.

Aquí hay un error de concepto. Los países, las comunidades ciudadanas que los habitan, acogen la actividad empresarial, imposible de realizar en ausencia de esa comunidad, y no se puede confundir la parte con el todo y pretender gobernar a los pueblos como si fueran empresas, a través de un contable designado por los mercados, y además, realizar un mal gobierno de esas supuestas empresas.
(...)
La teonomía neoliberal que está en la base de esos intentos de reducir la vida de las gentes a un asunto contable es un experimento agotado, fracasado, porque, aunque surgió como reacción a lo que en su tiempo se llamó intervencionismo estatal, y comenzó a aplicarse en toda su extensión cuando los excesos intervencionistas, y la presión sostenida de los países capitalistas, llevaron al basurero de la historia al llamado socialismo real que fue la última barrera que se opuso a la práctica neoliberal, el experimento ha demostrado varias debilidades, que lo han agotado.

La primera es la falacia de suponer que la actividad económica y financiera, cuanto menos regulada está, mejor funciona. Una falacia que desconoce la naturaleza humana. Se ve que los que la defendían iban poco al teatro. Los que frecuentamos la escena, hemos visto representar la tendencia del ser humano a la destructividad nihilista, cuando se dejan sueltas sus pasiones, sin ninguna limitación.

Lo que en el teatro es admisible, porque busca causar un efecto trágico en el público, que no trasciende de la ficción, en la vida real, lo estamos viendo ahora, es una tragedia verdadera, que alcanza a decenas de millones de personas y que, no lo duden, los contables no pueden resolver, si continúan por la senda de la ausencia de regulación de los negocios y los mercados.

Alemania, ahora tan exigente con la aplicación de soluciones neoliberales a problemas que requieren otro tratamiento, inventó después de la última gran guerra lo que se llamó la Economía Social de Mercado, que no les fue mal, y que fue el reconocimiento de que, en aquella coyuntura histórica, el mercado, necesitaba de correcciones que tuvieran en cuenta que una comunidad ciudadana es algo mas que un asunto de contables.

Ahora estamos inmersos en otra guerra, aunque el escenario bélico son las bolsas y los presupuestos de los Estados, y la ofensiva de los mercados para que cedamos nuestra soberanía a los contables nombrados por ellos, es una actitud radicalmente intervencionista, de no menores efectos destructivos que los que la derecha europea imputó en los noventa al socialismo de Estado, con bastante razón, para imponer el neoliberalismo como doctrina única.

Ni socialismo de Estado, ni neoliberalismo de Estado. Democracia y regulación. Pura y simplemente regulación. Hay que parar los pies a quienes se exceden, se han excedido, y se excederán, en el uso de las libertades sin traba, haciendo un uso torticero de su legítimo derecho a hacer negocios, y convirtiendo a las comunidades ciudadanas en mero objeto numérico de la contabilidad de los Estados.

No son contables lo que necesitamos, y menos designados por los mercados. Tampoco nos hace falta el FMI, que debió disolverse después de lo que hizo en latinoamérica. Nos hacen falta grandes políticos, con altura de miras, con una visión clara de que los países son comunidades ciudadanas, a las que representan, y que la Economía, la contabilidad, están al servicio de esa comunidad ciudadana, y no al revés. Pero, ¿donde están esos políticos?, no sé. Hasta que no aparezcan, seguiremos siendo democracias intervenidas, y no saldremos de la crisis.

Es una opinión.

En fin. Democracias intervenidas.

LOHENGRIN CIBERLOHENGRIN.COM. 11-11-11.

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