jueves, 28 de noviembre de 2013

POLÍTICOS, PATRONAL, SINDICATOS....

Ve uno la imágen de Díaz Ferrán, esposado, ese señor que representó a los empresarios en la vida pública y dijo aquello de que 'para salir de la crisis hay que trabajar mas y ganar menos', escuchas los argumentos de Carlos Fabra, condenado a cuatro años por fraude fiscal, que desafía a todos afirmando que recurrirá y no irá a la cárcel, o los de los responsables de la Cámara de Comercio de Castellón, donde todavía ostenta cargo muy bien retribuído, quienes afirman que esa condena se refiere a su vida privada, no a la pública, como si lo que ha robado a Hacienda no lo hubiera robado a cada uno de nosotros, y luego, por casualidad, te enteras de que los dinosaurios que creías extinguidos desde el cretácico todavía están entre nosotros en forma de pájaro y sacas dos conclusiones, que el pájaro, que dicen que es una gaviota, que está en el logotipo del Partido Popular, es en realidad un dinosaurio, y que dada la longevidad y capacidad de adaptación al medio de esa especie, quizás no podamos desprendernos del Partido Popular ni siquiera en 2015.

(...)
Lees la lista de los imputados del Partido Popular por diversas causas, en Valencia, Alicante, en Madrid, en Baleares, que se yo, le añades lo de la patronal de Díaz Ferrán, te asomas al último lío de los Sindicatos Andaluces, a la actitud de Cándido Méndez, culpando a una campaña intencionada de lo que una jueza indica que son irregularidades, y sin decidirse a dar la cara, y la sensación que te queda es que, si esa tríada de lo que antaño se llamaba el sistema, políticos, patronal y sindicatos, están todos metidos en esos líos, es que el sistema, entero, está podrido. 

Dado que esa podredumbre, que no es tan nueva, está saliendo ahora a relucir por la labor de los jueces, sorprende que el partido que gobierna ahora, el mas afectado numéricamente por casos de corrupción --y no he nombrado a Bárcenas- todavía sea quien gane en intención de voto a los partidos opositores.

La única explicación que se me ocurre es que, quien detenta el poder, por mal que lo haga, aún tiene en su mano los resortes para conservarlo. Uno de esos resortes es el clientelismo. Que yo sepa, nadie ha cuantificado que parte de la población se beneficia directamente, sobre todo en determinados lugares, de la cercanía y la connivencia con el poder. Sospecho que esta no es una explicación suficiente, pero, como no soy sociólogo, el resto para mi es un misterio. 

En España, la tríada políticos, patronal, sindicatos, es insuficiente para definir el sistema, dada la existencia de un poder mas, la Iglesia, que desde los tiempos del nacional catolicismo está muy presente en la vida pública española. También aquí podemos observar políticas impropias, por decirlo de un modo suave. Ayer presté mi firma para intentar evitar que Rouco Varela, un dinosaurio del nacional catolicismo, se apropie de una colección de tapices que gestiona una asociación con fines no lucrativos. 

En este ámbito, si no le pegan un tiro antes, espero que el nuevo Papa haga la necesaria limpieza para que la Iglesia sea, además de una entidad espiritual, una organización defensora del activismo social y de la ética pública. Pero, ¿que hacemos con lo demás?.

¿Cómo conseguir, con una oposición débil que aún no se reconoce con una personalidad propia clara y definida, la retirada de los dinosaurios? ¿Como hacer que los electores cambien de actitud si no ven ante sus ojos alternativas suficientemente fiables? ¿Cuantas leyes injustas, represivas, regresivas, nos han de colar, para que tomemos conciencia de que hay que echar a esta derecha sin alma, de que no hay peor alternativa que el inmovilismo?.

No lo sé. No entiendo lo que pasa. No comprendo como la fila de imputados, corruptos y ladrones desfila delante de nuestros ojos, sin que se vea una reacción, mas o menos airada, pero suficiente, proporcional a la podredumbre de un sistema que se cae a pedazos a los ojos de cualquiera que lo quiera ver.

En fin. Políticos, Patronal, Sindicatos...

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28-11-13.

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