sábado, 24 de mayo de 2014

EL TÁPER

¨Salí de casa en dirección al colegio electoral, pensando, sin querer, en una sociedad mayoritariamente corrompida, sin estar seguro de vivir en ella. De camino, me fijé en un arbusto lleno de flores blancas, muy hermosas, que adornaba el seto central de la calzada. Lo identifiqué, era de la especie que en otros lugares llaman Adelfa, un nombre de mujer, mientras que aquí le llamamos Baladre. Pensé en ello. A la misma flor, le llaman en unos lugares de un modo poético, Adelfa, y en otros ba ladre, que parece, fonéticamente, una incitación al ladrido.

En contraste, a los distintos y distantes frutos del árbol de la corrupción, les llaman igual en todas partes, sin considerar la peculiaridad de cada fruto, por ejemplo, hay actos corruptos destinados a una mayor acumulación entre los ricos, y otros limitados a la supervivencia de los pobres. Que cosas.
....
Esa reflexión sugiere que las mismas realidades significan cosas distintas y merecen nombres diferentes, que no siempre se les aplican. Veamos un ejemplo. Las empresas de Cotino recibieron en Valencia créditos de Bancaja que usaron para comprar suelo en Hungría, sin que la Entidad exigiera avales para garantizar su reembolso, que al final resultaron morosos. 

Lo cuenta Levante, hoy. Si este es un caso de corrupción, o no, parece que lo están estudiando los jueces. La prensa parece que lo considera así, pero no añade de que tipo de corrupción estamos hablando. En opinión del cuentista, este sería un caso claro de corrupción para la acumulación de los ricos. 

Anoche, el programa mas sensacionalista y demagogo de la Sexta, Equipo de Investigación, con la voz enfática de la periodista que lo anima con sus comentarios, dijo algo así como que un desarrapado de un barrio marginal de Cádiz, había estafado 8 millones de Euros a la Seguridad Social, por medio de una trama de 19 empresas fantasma. 

La cuantificación de ese delito corresponde a prestaciones por desempleo a las que sus beneficiarios han accedido por procedimientos ilegales. En este caso, nos encontramos con una trama corrupta, si, pero destinada a la supervivencia de los pobres. Puede que sean flores del mismo arbol, pero merecerían ser nombradas de modo distinto. 

Por no hablar del poco matizado procedimiento para estimar la cuantía de la estafa. Si consideramos que la tal estafa ha consistido en dar de alta a trabajadores a los que les faltaban cotizaciones para acceder al desempleo, y que han satisfecho a través de las empresas pantalla esas cotizaciones para acceder a la prestación, si la tesorería de la seguridad social ha cobrado esas cotizaciones, no se debe cuantificar la estafa por la cuantia de las prestaciones irregulares, sin descontar antes los ingresos que ha recibido.

Es decir, que si Ana Pastor sometiera a ese programa de su cadena a la prueba de veracidad, esas afirmaciones, en general, resultarían falsas. Sin considerar el fraude inverso, de la seguridad social a sus cotizantes, pues al fijar, de modo arbitrario, un periodo mínimo para acceder a la prestación, cuando explotó la burbuja inmobiliaria y todos se fueron a la calle, aquellos que no alcanzaron el tiempo suficiente de cotización, cotizaron al desempleo a cambio de nada. El erario público se quedó con su dinero, sin dar ninguna contraprestación. 

No digo que sea una estafa, como tampoco lo habría sido el pufo de Cádiz si se hubiera arbitrado un procedimiento individual, que, mediante convenio, hubiera permitido a los cotizantes completar los pagos de cotizaciones para optar, legalmente, a la prestación. Dos flores del mismo árbol, que huelen distinto. 

Volvamos al relato, disculpen esta mezcla de géneros, cuento y artículo de opinión. 

Ya en la mesa electoral, cogí el voto y me lo comí, en presencia de los apoderados de los partidos mayoritarios. Juro que no se porqué lo hice. Sospecho que no fue por ninguna motivación política, abstencionista. 

Fue otra cosa, al tener ese papel en la mano, me vino a la memoria una imagen de las series de agentes secretos antiguas, Super Agente 86, se acuerdan, aquella sátira de 007, con el tipo del zapatófono, en la prehistoria, antes de que la tecnología electrónica de los moviles y otros cachivaches condicionaran las relaciones personales. 

En aquellas series era frecuente la imágen del agente tragándose la fórmula secreta para que no cayera en manos del enemigo. Eso mismo hice yo, y aún no se porqué lo hice. 

Esta historia tiene un desenlace. Al día siguiente deposité en un táper los residuos gástricos de mi ingesta electoral, me fui al puerto, embarqué en la Golondrina y, con disimulo, para evitar las prohibiciones que impiden lanzar al mar urnas funerarias, confié a las corrientes marinas el táper con los restos de mi voto. 

No lo creerán, pero el táper fue arrastrado por el Mediterráneo hacia el Sur, cruzó el estrecho de Gibraltar, fué abducido por las corrientes atlánticas y siguió navegando hasta las costas de Florida. Leo en el New York Times que los científicos del MIT, en Massachussets, están estudiando el contenido del pequeño pecio de plástico que apareció en las costas de Florida, que han identificado restos de papel que no se fabrica en Estados Unidos, pero aún no han dado con la clave que podría explicar el misterioso hallazgo. Yo tampoco.¨ 

En fin. El Táper. 

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 24 05 14.

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