sábado, 3 de mayo de 2014

PRUEBAS COGNITIVAS

He bajado al Maravillas pero, antes, he intentado comprar tres panes integrales en una de esas franquicias nuevas que están abiertas los sábados. No tenemos integrales, los sábados no recibimos. Pues a ver si lo solucionas, porque los que comemos integrales, lo hacemos todos los días.

Hablando de integrales, nunca entendí esas abstracciones matemáticas llamadas igual que los panes. Me tiré mas de cinco años estudiando económicas en la Facultad de Valencia, porque alternaba el estudio con el trabajo y me examiné varias veces de Estadística Teórica.

Ponían integrales en el exámen y yo siempre suspendía, como la mayoría de mis colegas, hasta que se marchó Dulce, se llamaba así, del departamento, que era quien se nos cargaba a casi todos, pinté la solución a la integral en una de mis muñecas, y pude aprobar.

Me he tomado mi buena media hora para leer la prensa en el Maravillas, pero mi cerebro andaba distraído con el recuerdo de estímulos anteriores y no me he enterado de nada. Apenas si recuerdo un par de artículos entusiastas en favor de la libertad de expresión en los medios escritos, que comparto.

Se ve que los articulistas han leído mi página del Blog, Gangrena, ese brutal reconocimiento de que los medios escritos ya no existen, porque se han convertido en mediadores de políticos y mensajes ajenos a los intereses de la gente. Ahora matizo esa afirmación.

Si se trata de un medio, digamos, extranjero, puede que su información sobre lo que sucede aquí dentro sea mas independiente, pero los de aquí, insisto, no existen como tales medios, solo como mediadores de intereses ajenos, miro y no reconozco ninguna excepción.

Pero yo quiero hablarles de otro asunto, de como, mientras mis ojos miraban la prensa, mi cerebro estaba en otra cosa.
....
Ayer hicieron un programa de mierda en la 2, un refrito del año de la pera, aunque bastante curioso, sobre el modo peculiar en el que funcionan nuestros cerebros, al menos la parte relativa a la percepción de lo real.

Una de esas pruebas consistió en poner en pantalla unas imágenes enmarcadas de actores y actrices antiguos. Tu percepción afirmaba, que guapos son.... Luego repetían la misma imágen, pero con una estrella amarilla en el centro del marco, te pedían que fijaras tu mirada en la estrella y, de repente, los actores y actrices te parecían mas feos. Luego explicaban que esa variación en tu percepción de los rostros se debía a que los mirabas a través de tu visión periférica, porque tu visión central estaba atraída por la jodida estrellita. Vale.

Luego me he preguntado porqué los autores de la prueba han usado una estrella amarilla, ese símbolo que tantas veces hemos visto en películas bélícas, y no tan bélicas, como un símbolo de identificación de la población judía en tiempos del nazismo, y me ha parecido que esa elección no ha sido inocente. No sé.

La prueba siguiente consistía en mirar a un tipo sentado en una silla. La silla era de un tamaño tan descomunal y una construcción tan singular, que tu creías ver a un niño sentado, y cuando se aproximaba a la cámara resultaba ser un tipo con barba de tamaño natural.

Lo de la habitación trucada, ya fue la leche. Un cuarto con el suelo en pendiente, aunque la mirada no lo apreciaba, y ventanas de un tamaño anormal, producía el efecto de que al aproximarse dos mujeres distintas a unos lugares determinados del cuarto, una parecía altísima y la otra no. Al final, las dos resultaban medir un metro cincuenta.

Las voces que relataban el invento, aseguraron que nada había sido manipulado, que todo eran errores de percepción, propios del normal funcionamiento cerebral, que se suele basar en la experiencia de estímulos anteriores para analizar la presencia de la realidad.

Hasta aquí todo normal, pero lo que me sucedió después prueba que solo la propia experiencia puede confirmar, o no, la validez de las propuestas que se nos hacen sobre las cuestiones de nuestra percepción. Ahora relato esa experiencia.

Quique vino a comer ayer. Encarna, que es muy sutil, le hizo ir a la nevera a por la botella del agua, porque en una visita anterior el había dicho, tenéis la puerta de la nevera montada al revés, en lugar de abrirla de izquierda a derecha, debería abrirse de derecha a izquierda.

Tal como la tenéis ahora, tenéis que ir a ese rincón de la cocina para abrirla, de tal modo que si la presidenta de la finca se vuelve aún mas loca y le pega fuego al edificio, si os pilla abriendo la nevera os quedarías atrapados en ese rincón de mierda, y no podrían evacuaros. Pero Quique no hizo nada para cambiar la orientación de la apertura de la puerta. Encarna le ha pedido que sirviera el agua en la mesa para que al abrir la puerta de la nevera, recordara su promesa de cambiar su modo de apertura.
Esta vez ha traído su bolsa de herramientas, después de comerse mis sublimes carrilladas, ha sacado la nevera de su rincón, la ha puesto inclinada, y ha cambiado de sitio las bisagras y el cierre. El marco está preparado para que la puerta se pueda abrir en distintos sentidos. Cuando ha terminado su trabajo, la nevera ha quedado dispuesta para abrirla desde la derecha, sin necesidad de quedarse atrapado en el rincón de la izquierda.
Y ahora viene lo bueno, perdón por lo farragoso de la introducción, dos días después de cambiado el sentido de apertura de la puerta, cuando mi mujer y yo nos dirigimos a la nevera, yo, casi siempre, para sacar una cerveza, Encarna para otras cosas, de modo invariable intentamos manipular la puerta para abrirla como si estuviera en la posición antigua.

En 48 horas, nuestro cerebro no ha conseguido desprenderse de los estímulos anteriores, apertura desde la izquierda, y solo después del primer acto fallido, caemos en la cuenta de que algo ha cambiado, de que la realidad de la nevera ya no es la que era.

En conclusión, ahora comprendo porqué la mayoría de las gentes de aquí han seguido votando al PP una elección tras otra. Sus cerebros estúpidos, como los nuestros, son incapaces de reconocer los cambios en la realidad, y se siguen moviendo por viejos y ya conocidos estímulos. Les cuesta mucho reconocer los cambios,lo dicen las encuestas.

En fin. Pruebas Cognitivas.
LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 3 05 14.

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