jueves, 21 de enero de 2016

ARTE

Estoy en Ca' Pepe, en la pedanía de El Saler, en una mañana espléndida, asoleada, dieciocho grados, tomando una tónica mientras ojeo el Levante, comprado en el cercano quiosco. Un pequeño recuadro en la parte superior derecha de la primera, después de leído el titular, me sugiere las notas de una sinfonía, esas notas a las que llaman leit motiv, por su repetición, en este caso se trata de la Sinfonía de la Corrupción, que escuchamos continuamente en nuestro entorno cotidiano.

Antes fue el agua, hoy es el arte, antes fué la basura, o las ayudas a países en situación de catástrofe, y así una lista inacabable de saqueos de la cosa pública.

La juez imputa (investiga?) a Císcar y su cúpula del IVAM por malversación y prevaricación. El auto denuncia un evidente perjuicio a los fondos públicos por sobrecostes en compras de arte y publicaciones. Marsá habla de posible saqueo.

Así como en la entrada Agua, relativa a malversación en los negocios públicos del agua, yo afirmé que el agua no forma parte de mi dieta alimenticia, es decir que me sentía solo relativamente perjudicado, hoy, con esto del Ivam, me han tocado mi lado sensible, porque ya he contado en el blog las crónicas de nuestras visitas a museos todos los años en Madrid, y el placer estético que la contemplación del arte, en cualquier sitio, nos produce.

Solo diré, para ilustrar esta afición que, la primera vez que mi mujer vió el Guernica en el Reina Sofía, lloró de emoción sin poder contenerse.

Visité el Ivam, en su primera etapa, es decir, cuando Tomás Lloréns estaba empeñado en construir uno de los centros de Arte Contemporáneo mas importantes de Europa. Lo consiguió, y durante años, el Ivam fue una referencia mundial en su especialidad.

No he tenido el placer de conocer a Consuelo Císcar, la imputada, o investigada, pero recuerdo vívidamente que la vi en una visita al Centro del Carmen, en la puerta, vestida de tigresa, todavía no dirigía el Ivam, pero recordando ahora aquel encuentro, no me parece que aquel look fuera muy contemporáneo, mas bien parecía cercano al arte rupestre, por la animalidad de su aspecto.

Recuerdo también, antes de esta imputación, o investigación, que la prensa divulgó que Ciscar había pagado por la obra de un artista oriental una cantidad sensiblemente mayor a la valoración de esa obra en los mercados del arte, sea eso lo que fuere.

Tratándose de un artista oriental, y dando por hecho que el arte oriental es, seguramente, la expresión mas sensible del arte que se pueda producir en parte alguna, no será difícil encontrar tasadores y expertos que contradigan a los que han sugerido a la juez que hay sobreprecios, con lo que puede ocurrir que la cosa no acabe en condena.

Si se demostrara que ha habido algún tipo de prevaricación y malversación a costa del arte, yo estoy dispuesto a contribuir a la acusación particular para que la cosa no quede impune, porque así como el agua no constituye parte de mi dieta habitual, el arte sí.

Los mejores momentos de mi vida han sido los viajes con amigos para visitar museos, y el saqueo del patrimonio público destinado a elevar nuestro espíritu, si se confirma,  no solo me parecerá un delito, sino algo digno de un castigo como los que Savonarola infligía a los impíos.

La página 57 se dedica íntegra a los detalles de la investigación. Hay una foto de Císcar y otro de los imputados.

Cuando la pareja, o ex pareja, de Císcar, Blasco, fue juzgado por quedarse los cuartos que iban para Haití, y alguna otra 'distracción', yo pensé que no podía haber otro delito mas repugnante que ese.

Ahora descubro que la corrupción no respeta ningún límite,  meterse con el arte, desvalijarlo, saquearlo, ataca, directamente, lo mas hondo de la sensibilidad de quienes se sienten concernidos por el.

Parece una involución que los hombres de las cavernas hicieran arte rupestre, y ahora Císcar, el PP, no se olvide, meta la mano en el cajón del arte contemporáneo, empobreciéndolo.

En fin. Arte.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 01 16.

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