lunes, 18 de enero de 2016

CAMBIAN LOS TIEMPOS....

He bajado al Maravillas, he tomado un café cortado, de excelente calidad, aquí limpian la cafetera, la mantienen exenta de ratas, es sabido que a las ratss las atrae el olor del café. He dado un vistazo a Levante y he encontrado algo que me ha interesado mucho, un artículo de Alejandro Máñez, que no se prodiga demasiado.

Hoy cuenta que fué en Valencia donde se celebró, hace años, una reunión científica que fué la primera en la que se estableció el consenso sobre un hecho importante, el clima cambia y lo hace como consecuencia de las actividades humanas, algo que, hasta entonces, era objeto de controversia y desacuerdo.

Argumenta Alejandro que, siendo humanas las causas de que cambie el clima, con sus consecuencicas negativas, eso se puede corregir a través de medidas que afecten a esas actividades, por medio de tasas, incentivos o innovaciones tecnológicas.

Yo ignoraba que fue aquí donde se estableció ese consenso, aunque no se plasmó en acciones concretas en la siguiente conferencia internacional sobre el clima, y solo ha sido en la ultima, en París, donde, a pesar de las insuficiencias de las medidas acordadas, se da por hecho que lo que se negoció como consenso científico, se asume ahora como una necesidad política de actuación.

He puesto varias páginas en el blog sobre el asunto del cambio climático, casi siempre destacando sus consecuencias negativas, episodios extremos, inundaciones,  daños en el sector agrícola por la menor regularidad en los periodos estacionales, pero hoy me apetece subrayar aspectos positivos, porque es sabido, sobre todo para los que han estudiado planificación estratégica, que cualquier amenaza conlleva también nuevas oportunidades.

Uno de esos aspectos positivos, muy personal, lo admito, es haber tenido aquí, en el Mediterráneo, medio mes de Enero absolutamente primaveral, con una afluencia a las terrazas impresionante, con posibilidad de patear el cemtro histórico de Heliópolis en un entorno seco y soleado, como si estuviéramos en abril.

Yo lo he disfrutado mucho, conciertos, mercadillos, y hasta he tomado una cerveza junto a mi mujer, que por primera vez en años ha tomado otra, porque ha terminado el tratamiento para erradicar la hepatitis C, y no por ello ha de emborracharse, pero tomar una cerveza de vez en cuando ya no es un peligro para su salud.

No solo cambia el clima, claro, cambian los usos sociales, las creencias, el arte o la literatura. Sospecho que los mitos satánicos tal vez nacieron en una época en la que la atmósfera era mas bien sulfurosa.

Del mismo modo, el movimiento romántico tal vez estuvo influido por una atmósfera limpia de polución, cuando la revolución industrial aún no había transformado el mundo en un bosque de chimeneas que impedían la visibilidad del cielo, no se habian cargado la selva negra, no habían convertido el Támesis en un albañal --lo que han hecho en Londres para limpiar ese río, demuestra que la acción humana puede resolver lo que ha estropeado antes.

Pero el movimiento romántico, según cuenta el profe de teatro, no estuvo exento de contradicciones, no fué solo un canto a la vida, al amor, también una obsesión por la muerte, como demuestra la muerte precoz de buena parte de sus figuras mas emblemáticas, como ha sucedido, un siglo después, con el movimiento musical y literario influído por el LSD y otras sustancias mas peligrosas, que liquidaron la carrera y la vida de Jim Morrison, o la de otros músicos y escritores de su generación.

De modo que no hay cambios, sean climáticos o temporales, que tengan solo consecuencias positivas, o solo negativas, lo interesante es asumir esos cambios, de modo que sean lo mas positivos posibles para uno mismo, y para los demás. No se si se puede, pero habría que intentarlo.

Terminada la glosa del artículo de Máñez, que me ha inspirado esto, me extenderé sobre otros temas, aunque no estoy seguro de si debería hacerlo.

Hoy me he despertado a las seis de la mañana. Me he quedado un rato sentado en el salón y me he vuelto a acostar. Me he despertado de nuevo pasadas las diez, con una erección matinal, lo que un escritor de Tomelloso llamaba la fuerza del orín. Yo no se lo que ha sido, pero mi memoria de esa duermevela incluye a una mujer, con la que creo tener una relación de amistad, pero a la que no he podido identificar en el sueño, ni después en la vigilia. Será porque los sueños, a veces, nos deparan momentos placenteros, pero unidos a barreras censoras, para no perturbarnos en la vigilia.

Al salir del Maravillas me he dirigido a una mútua sanitaria, para dejar allí dos recetas médicas para su visado. Son para mi nieto. Tiene seis años y a mi me parece un chico sano, fuerte, inteligente, con una estatura superior a la media de su edad, aficionado a las páginas de juegos en Internet, un chico normal.

El problema es que le ha tocado un síndrome raro, pubertad precoz, algo frecuente en las chicas, pero mas raro en los chicos, que en su caso se manifiesta con vello en el pubis, erecciones matinales, y un tamaño de sus genitales que son mas del doble de los de su hermano, que tiene once años.

Por lo demás, no hay ninguna alteración en su conducta, pero, esa alteración física obliga a su vigilancia y control, por medio de visitas médicas y analíticas periódicas. Un cambio, seguramente hormonal, que confirma que en esta vida, en este mundo, no todo son regularidades, ni climáticas, ni hormonales, y que hemos de estar preparados para todo tipo de singularidades que pueden perturbar nuestra visión esquemática de las cosas, obligándonos a una valoración diferente, mas abierta, menos convencional.

En fin. Cambian los tiempos...

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 18 01 16.

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