lunes, 25 de enero de 2016

MUSEOS

Hemos visitado, a lo largo del tiempo, para satisfacer nuestra curiosidad o nuestro interés por el arte, diversos museos. Cuando visitamos el Guggenheim en Bilbao, era un contenedor vacío, sin fondos permanentes, que solo ofrecía muestras temporales, pero el perrito vegetal que había en la puerta era muy simpático.

El Museo Picasso, en Málaga, nos gustó, sobre todo porque la cerámica que exhibía parecía una réplica de los restos arqueológicos que se conservan del neolítico. No hemos estado en el Moma, de NYC, pero cada año nos acercamos a Madrid, a ver las novedades que ofrecen El Prado, el Thyssen, el Reina Sofía, o las fundacio9nes de La Caixa, o de Mapfre.

Cuando, este verano, estuvimos en Amsterdam, no nos dió tiempo de visitar sus museos, estuvimos en el Barrio Rojo, una visita nocturna que solo nos permitió observar a las chicas rubias, ofreciendo su amor mercantil en los escaparates, nada de Van Gogh.

En cuanto a los museos de aquí, los hemos pateado muchas veces. De nuestras visitas a el Cármen, recuerdo una en particular, la hicimos estimulados por la promoción de una gran banderola en su fachada que decía, Exposición de Sorolla. Entramos y nos encontramos una sala paqueña con un solo retrato de Sorolla, uno, y unos artilugios electrónicos que reproducian, en tamaño pequeño, algunas de sus obras.

El Museo de San Pío V fue uno de los mas importantes de España, lo visitamos muchas veces, encontramos un retrato de Fernando VII que luego ha sido retirado pues era demasiado expresivo de la naturaleza de aquel rey.

En una de esas visitas sucesivas, encontramos una gran exposición de pintura religiosa que eclipsaba totalmente los fondos de pintura profana que también hay allí. No hemos vuelto por allí. Antes de que Bancaja fuera abducida por Bankia y sus secuaces, su fundación presentó grandiosas exposiciones, comisaridas por Felipe Garín, con quien hice la mili, y que llegó a dirigir el Museo del Prado. En particular, tuvo mucho éxito una gran exposición sobre Picasso. Del Ivam, que hemos visitado muchas veces, no añadiré gran cosa, pues ya lo he mencionado en otras páginas.

Hay un sitio aquí, que no se si calificar de museo. Se trata de la casa de Blasco Ibáñez, en la playa de la Malvarrosa, me parece que no muy visitada. Para mi es un sitio entrañable, no como está ahora, restaurado y limpio, sino como estuvo antes de su restauración, cuando era una ruina ocupada por una familia de étnia gitana.

Coincidiendo con un episodio psicótico que me tuvo obnubilado algún tiempo, aunque ya no se repitió con la misma intensidad, yo pasaba por allí con mi R5, una guitarra y una botella de vino, y cuando los ocupantes de la casa se percataban de mi presencia, salían a saludarme, y juntos cantábamos coplas y compartíamos el vino. Que cosas, no?.

Pero de todos los museos visitados, los que he citado y los que no, el que mas me interesa, hoy, es el museo etnológico, gestionado por la Diputación de Valencia, que se encuentra en el edificio de la antigua Beneficencia, cerca del Ivam.

En una de las visitas que realizamos allí pudimos ver una muestra que trataba de reproducir la vida nómada de las tribus mongoles. Allí estaban esas cabañas circulares que montan en muy poco tiempo, representativas del nomadismo, es decir, de una forma de libertad a la que hemos renunciado los sedentarios.

Me llamó la atención la cantidad de coral, un producto oceánico, que aparecía entre los abalorios que se exhibían, dado que en la tundra helada no hay océanos, hay que suponer que el nomadismo tiene un componente esencial de comercio e intercambio.

¿Porqué me intereso hoy por los museos? A causa de un par de cosas que he visto hoy en Levante.

En la primera, unas declaraciones de actualidad política. 'Iglesias urge a trabajar ya en un pacto progresista y Sánchez decide esperar al mandato del rey'. Nada que no hayamos escuchado ya, pero lo interesante es la foto que acompaña estas declaraciones, una foto grande, en la que uno esperaría encontrar a ambos políticos. Pues no, al comité de redacción del periódico, con buen criterio, le ha parecido mejor poner la foto de Lucía, con este texto, 'La única salida es la cárcel, porque no puedo pagar la deuda de mi casa'.

Millás, en la segunda, 'Venimos de allí', se plantea si un porcentaje de nuestra carga genética procede del neandertal, y se pregunta cómo y porqué desapareció el neandertal y apareció el 'homo sapiens', dejando abierta la cuestión de si sapiens tuvo un papel activo en la desaparición del neandertal.

Y, ¿que tienen que ver, los museos, nuestra actualidad política y los neandertal?

Nada, salvo que alguien aficionado a las ucronías, como yo, se plantee cómo verán nuestra civilización, dentro de dos mil años, los aficionados a los museos etnológicos, cuando observen,a través de instrumentos virtuales, la página de Levante, o el texto de esta entrada, además de los informes de Oxfam Intermon que circulan por ahí.

Aventuro que, lo primero que no entenderán, es que nos hagamos llamar sapiens, lo segundo que, los políticos de nuestra época, aquí, en España, parezcan mas interesados en cuestiones secundarias, que en ponerse a trabajar para resolver, con la urgencia que requieren, los problemas acuciantes de las personas como Lucía, cuya expresión triste, desesperada, en la foto, da a entender que la sociedad de los sapiens, que comenzó siendo sedentaria, condena al nomadismo a una parte sustancial de su gente, sin considerar que han perdido las habilidades para la vida nómada, porque les prometieron que el sedentarismo era para siempre.

En fin. Museos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25 01 16.

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