lunes, 11 de junio de 2018

A PUNT

"He bajado al Maravas, a una hora temprana, después de tomar un café del tiempo, un agua mineral, y saludar al economista en excedencia, he pasado por el paki a comprar tres carlotas, porque esta mañana tengo dos obligaciones que me he atribuido yo mismo, guisar unas carrilladas, con la receta del rabo de toro, y ejercer de crítico audiovisal, sin serlo, para glosar lo que vi ayer en la pantalla con ocasión de la gloriosa primera edición de la nueva televisión pública valenciana, continuadora, después de cinco años, del anterior Canal 9, que murió de muerte vergonzante a manos de sus ejecutores del Partido Popular, de tan infausta memoria en la historia de esta Comunidad.

Luego seguiré, ahora he de ocuparme del sofrito de carlota y cebolla, ajos, tomillo, de dorar las carrilleras, añadir un par de vinos, un blanco afrutado y un tinto para dar color a la salsa --he abandonado el Pedro Ximénez-- reducir el vino, añadir el caldo y dar cuarenta y cinco minutos de olla rápida al guiso...
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Las carrilleras ya están en la olla, así que dejo mi obligación de cocinero y me centro en la de crítico audiovisual sin experiencia. No sé lo que escribirá Cipriá si ha visto la emisión pero puedo asegurar que el fantoche que la presentó antes de que aparecieran los verdaderos profesionales en pantalla, debería ser defenestrado de inmediato, enviado a un logopeda, a una escuela de dicción, algo, porque su presencia, pero sobre todo su lamentable dicción, no auguraba nada bueno.

Por suerte, cuando salió Carolina Ferré, los entrevistados el Botifarra y su colega, Eugeni Alemani, y sobre todo el magnifico espacio televisivo de humor y comedia, Asuntos Internos, mi mujer se enganchó al programa y ya no pudo dejar de verlo hasta el final.

El magnífico programa de cocina protagonizado por Ricard Camarena y Quique Dacosta, con la aparición de un sorprendente genio de la cocina que les acompañó, fué un ejemplo de periodismo gastronómico totalmente alejado de los realiti del gordo de pesadilla en la cocina, y los espectáculos de Master Chef.

Me pareció una reflexión introspectiva compartida sobre nuestra cultura, nuestro paisaje, nuestros ancestros, pasada por el tamiz de la modernidad. Si Dacosta me dejó impresionado con su historial de currito de a pié antes de hacerse cocinero con estrellas, esta mañana en el bar, un cliente ha dejado dicho que, con ocasión de un reportaje que le hizo a Dacosta, pudo comprobar que en la cocina de su restaurante había veintiocho personas trabajando, más que clientes.

Para los usuarios del blog que no tienen porqué saber de qué estoy hablando, me referiré a Canal 9, la antigua televisión pública autonómica que fué destrozada y clausurada, por el PP de aquí, hace ya cinco años, y de la que pretende ser continuadora, sin sus vicios anteriores A Punt.

Uno de mis hijos trabajó como técnico de continuidad, durante catorce años, en aquella vieja tele. Desde su cierre, está en paro, aunque hace cosas de emprendedor de vez en cuando. Es posible que alguna de las externalizaciones que hará A Punt de parte de sus producciones, le dé trabajo, pero no será por más de cuatro meses.

Las animaladas que hizo Canal 9 con su personal, han sido objeto de diversas reclamaciones judiciales, aún está pendiente una sentencia del Tribunal de Estrasburgo. Veremos que pasa."

En cualquier caso, los nuevos gestores de la televisión autonómica valenciana, parecen tener claro que han de hacer borrón y cuenta nueva, alejándose de las vergonzosas manipulaciones políticas de aquel instrumento de poder, que al final resultó fallido.

En fin. A Punt.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 11 06 18.

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