He mirado en Google y hay trescientas referencias de mis artículos del Blog accesibles con solo teclear la palabra Ciberlohengrin en la barra de direcciones. Otras veces miro y hay doscientas.
Ignoro como funciona el buscador en lo que se refiere a captar contenidos de otros sitios, en este caso del Blog, cuyos contenidos se acercan a las novecientas entradas, sin contar las que eliminé en un momento de euforia y pasión por la síntesis expresiva, pero sospecho que la actualización diaria de contenidos debe ser uno de los parámetros utilizados.
No sé como se lo harán ahora en Hong Kong, una vez abandonado el mercado de la China a secas, en favor del antiguo enclave de negocios globales que los chinos, con el pragmatismo que los caracteriza, todavía conservan en parte como una isla de capitalismo libre, aunque he oído rumores de que esa nueva ubicación no libra a los de Google de los ataques desde la China profunda, en forma de mandíbulas de tiburón cibernético mordiendo las pelotas de su lucrativo negocio.
También he escuchado noticias que hablan de la tendencia a la diversificación del negocio del buscador que, al parecer, tiene entre sus prioridades entrar en otras líneas de negocio. La característica esencial de Google es la omnipresencia, que es una cualidad de los dioses, por eso no sería de extrañar que, en el futuro, al tomar una hamburguesa, comprar un teléfono móvil, o realizar cualquier otro acto cotidiano de consumo, nuestra conducta de consumidor estuviera vinculada, sin saberlo, a ese Olimpo de los negocios que, por ahora, asociamos a Internet.
Quienes vigilan los monopolios desde la Unión Europea suelen ser algo susceptibles con los gigantes de la Red, y ya ha habido algunos episodios de intento de control de prácticas monopolistas, pero hay otras prácticas, mas tecnológicas que comerciales que, con independencia de su legalidad, conviene que quienes aportamos contenidos tengamos muy en cuenta, no vaya a ser que el uso de mayores facilidades técnicas en la introducción de esos contenidos, nos prive del escaso control que aún tenemos sobre ellos.
Digo esto, porque entre las mejoras de los procedimientos que regularmente aparecen para volcar contenidos en el Blog, hay una que me parece sumamente temerario utilizar. Se trata de la nueva función que se nos ofrece para utilizar un borrador del propio Blog, de tal modo que la elaboración de los textos se haría con las herramientas de esa aplicación, con lo que perderíamos todo el control de los archivos, no solo de los contenidos, sino de los borradores.
Desde que comencé a volcar contenidos en el Blog, va para cuatro años, cómo pasa el tiempo, adquirí el hábito de usar mi propio tratamiento de textos, no conectado a Internet, para la elaboración de los borradores, de tal modo que los contenidos que vuelco quedan al albur de su uso por parte de los dioses buscadores, pero mis borradores me los guardo yo, en mi propio cajón, y agradezco las nuevas facilidades que dan ahora, pero me parecería demencial ceder también el control de los borradores y quedarme sin ningún tipo de archivo propio de casi un millar de entradas que componen su contenido.
Como soy casi lego en informática, ignoro si se pueden volcar, o no, en una copia de seguridad, los contenidos del Blog elaborados a partir de la nueva facilidad de los borradores, pero, por si acaso, seguiré con mi arcaico procedimiento de usar el tratamiento de textos y los archivos propios, como medida de seguridad.
Mientras me decido por una u otra opción de seguridad, la omnipotencia de Google se ha decantado, esta semana, por ofrecer trescientas referencias de las entradas del Blog, de un periodo que va desde 2007, hasta 2.010.
Así que, ya lo saben los amigos que visitan el Blog, solo con teclear en la barra de direcciones la palabra Ciberlohengrin, pueden acceder a una parte representativa de sus contenidos, actualizada diariamente.
De nada.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-03-10.
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