sábado, 3 de diciembre de 2011

ESPERANZA

Mira que la cosa está jodida, me consta que algunos trabajadores expulsados de la construcción o la hostelería con responsabilidades familiares dudan entre asaltar un supermercado o apuntarse a Cáritas, en un clima generalizado de corrupción que alcanza a todos los estamentos sociales, pero la lectura del artículo de José Luís Villacañas, en la página 36 de 'Levante' que he robado esta mañana en el Maravillas, aprovechando un descuido del dueño del bar --la he doblado y la he metido con disimulo en el bolsillo izquierdo de la chaqueta, y ahora la tengo aquí para releerla con mas calma-- nos da un mensaje de esperanza muy de agradecer en estos tiempos atribulados.
(...)
Vean lo que dice Villacañas, entre otras cosas, 'El sistema productivo mira al cualificado como ocasión de ganancias más intensas a corto plazo. Así el universo económico se contrae. La consecuencia es clara: nuestras empresas se comportan como si estuvieran en fase de acumulación originaria y expulsan del sistema a los que solo caben en una economía desarrollada'

Cago en dios! ¿Han entendido algo?, les juro que yo tampoco. ¿Que es eso de 'sistema cualificado', ¿donde está el sistema financiero, en esta críptica frase supuestamente explicativa?. No crean que la he sacado de contexto, todo el artículo es, mas o menos, igual de ininteligible.

Al final de su artículo, redactado en esta jerga incomprensible, Villacañas dice que 'A
pesar de todo, no puede ser la hora de la melancolía'. Estoy de acuerdo. Una razón para la esperanza es que Villacañas, al parecer, no ocupa, ni es previsible que vaya a ocupar, ningún ministerio económico, Consellería de Hacienda, ni cualquier otro órgano de gestión
que haya de contribuir a la salida de la crisis financiera, económica, institucional y social cada vez mas acuciante.

El origen de estos oscuros argumentos está al parecer, en la glosa de un artículo de Concha Caballero que circula por la red, que habla de la emigración a otros lugares de Europa de nuestros jóvenes cualificados. Esta es la única parte clara del artículo de Villacañas, pero cuando se pone a teorizar, la caga.

Reducir las categorías de la crisis, bastante claras desde que hace cuatro años nuestros mas brillantes economistas, Antón, entre otros, las anticiparon, a un asunto entre empresarios y licenciados universitarios, --ya sabemos que los primeros tratan de obtener los servicios de los segundos al menor precio-- es una brutal simplificación que ignora tres cosas fundamentales, el origen externo de su estallido primero, Lehman Brothers, el papel esencial del sector inmobiliario en nuestra crisis nacional, y la situación del sector financiero, cuya debilidad condiciona, claramente, la recuperación de la economía real.

En ausencia de estos tres factores, que Villacañas no contempla en su artículo, la tradicional indolencia de nuestros empresarios para captar y retribuir bien el talento
de nuestros jóvenes universitarios, que es cierto que es algo permanente, parece un factor insuficiente para desencadenar un merder como el que tenemos ahora, y desde luego no se puede atribuir a esta sola causa la contracción del universo económico, aparte de que confieso mi ignorancia sobre lo que es 'el sistema cualificado', una expresión que jamás he visto emplear a los premios Nobel de economía cuyos artículos traducidos sigo de modo habitual en los suplementos de negocios.

Villacañas tiene un punto de vista singular sobre las relaciones económicas, y me temo que también sobre los economistas, que deja ver cuando dice que nuestro sistema educativo es bueno (los del informe Pisa no dicen lo mismo) '... en las carreras básicas de un mundo civilizado estamos a un buen nivel. No podría decir lo mismo de las humanidades ni de las ciencias sociales, desde luego.'

A ver, la Economía, si no estoy equivocado, es parte de esas ciencias sociales a las que alude Villacañas, al menos en teoría. Es cierto que nuestra tribulaciones actuales se derivan de una economía, sobre todo la financiera, que no ha funcionado bien, pero no parece que el articulo de Villacañas de hoy vaya a marcar un hito en la historia de la teoría económica, no.

He intentado informarme mejor de la condición profesional de Villacañas, de quien solo conozco su apellido y los artículos que publica y al parecer es filósofo, por cierto, en el del 15/11/11, 'Estado de excepción' decía que 'La confusión se ha instalado en nuestros argumentos. Eso es lo mas peligroso de nuestra situación, la incapacidad de ver claro.' Joder, José Luís, pues tu oscurantismo poco aporta a esa deseada claridad.

En alguna página del blog, recuerdo haber reivindicado mas presencia de filósofos en nuestros gobiernos, y menos técnicos. Después de lo de hoy, la verdad, empiezo a vacilar en mis convicciones en favor de la filosofía.

De lo que se trata, creo yo, con independencia de la formación de cada uno, sea esta técnica, o filosófica, se trate de un catedrático de ética, o de un doctor en economía, es de mirar la realidad con una visión lo mas aguda y certera posible, reflexionar de una manera crítica sobre lo que se ve, y entregar a los demás el producto de esa reflexión de una manera clara, inteligible y útil, para contribuir al debate de tal modo que podamos entrever entre todos un rayo de esperanza.

No es el caso del artículo que gloso. Tal vez en el próximo.

Por cierto, en la tertulia del viernes, un periodista me contó un chiste que circula por ahí. Urdangarín se personó en el ayuntamiento de aquí, y preguntó por Rita Barberá. La secretaria preguntó, ¿de parte de quien?. El duque, contestó, extendiendo la palma de la mano derecha, dígale que está aquí el Duque de Palma.

Este chiste vulgar, se limita a constatar de un modo gráfico que la corrupción es una lacra extendida en todos los estamentos sociales. Es solo un diagnóstico de un fenómeno presente en la génesis de la crisis financiera, que Villacañas tampoco considera en su explicación de la crisis económica. Sin mencionar el sistema financiero, ni la corrupción, no se puede intentar una comprensión cabal de la situación, ni de como se puede salir de ella. Es una opinión.

En fin. Esperanza.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)3-12-11.

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