viernes, 16 de diciembre de 2011

TÓTEM Y TABÚ

Los hechiceros de la tribu nos invitaron a participar en una danza enloquecida alrededor del Tótem del crédito fácil y para darle mas color a esa fiesta permitieron a los jefes de las tribus financieras eludir los tabúes del principio de prudencia, y el principio de responsabilidad, consiguiendo así que ese ritual de adoración al dinero se prolongara mas de una década.

Ahora, acabada aquella fiesta que parecía interminable, los mismos brujos han retirado los viejos tótems y han erigido otros, consagrados a la Austeridad como única deidad posible, y han decidido, por encima de otras consideraciones, que los miembros de la tribu deben pasar un periodo de ayuno y abstinencia, que debe prolongarse en el tiempo hasta que los cuerpos y las almas de quienes participaron de aquella borrachera queden totalmente limpios y listos para la próxima fiesta ritual.

(...)
Después de esta evocación psicoanalítica o antropológica de la omnipresente crisis total, sistémica, o lo que sea, de la que no podemos librarnos al hojear la prensa del día, dedicaré la entrada de hoy a algo mas amable, otra danza ritual, otra fiesta, de la que fui partícipe en al Aula de teatro, ayer por la tarde.

En el Aula de Teatro, a la que asisto desde el curso pasado, es costumbre al llegar estas fechas que los alumnos participen de un espectáculo teatral y musical, para mostrar las habilidades adquiridas durante el primer trimestre del curso.

Ayer se celebró esa fiesta, en el Centro de Ciutat Vella, que comenzó con una merienda. Yo llevé una botella de Cabernet Souvignon, una variedad que, al haber crecido en Utiel, en lugar de en la campiña francesa, no me pareció que tuviera el sabor del original. Es como criar un canguro australiano en la estepa siberiana, no es lo mismo que si crece en su hábitat natural.

Lo cierto es que eramos mas de cuarenta compañeros y entre las diversas aportaciones que cada uno hizo al ágape solo había cosas dulces, de modo que me volví a llevar a casa la botella de Cabernet, que solo había sido ligeramente tocada.

El espectáculo empezó concluida la merienda, y duró escasamente una hora. A las actuaciones individuales, o de grupo, consistentes en escenas teatrales cortas, algunas con play back, recitado de algún fragmento de poema, o de algunos textos escritos por los propios alumnos, de las que creí haberme escaqueado, hasta que el profesor me reclamó y me hizo salir, con muy escaso entusiasmo por mi parte, siguieron los números fuertes, en los que participó la práctica totalidad del alumnado.

Lo mas vistoso fue la interpretación coral de la romanza de una zarzuela, 'La del Soto del Parral'. Las compañeras aparecían ataviadas con vestidos de faralaes, flores en el pelo, esas cosas costumbristas típicas del género, y fue muy del agrado del público ver en el escenario a un grupo tan numeroso, la mayor parte, mujeres, cantando unos, fingiendo que cantaban otros, y todos llenando un escenario desbordado por los aspirantes a actores, que
disfrutaron de los aplausos del público.

Después, bailamos otra pieza musical, con mucho ritmo, mezclados con el público que se sumó a ese final, y todos nos sentimos felices por un rato en ese ambiente festivo.

Ningún Tótem, ningún Tabú, estuvo presente en ese acontecimiento tribal para aguarnos la fiesta. Digo yo que sería porque tampoco había brujos. Todo el espectáculo fue creado y disfrutado por nosotros mismos, con la supervisión del profesor, claro. Para pasarlo bien, no necesitas a los brujos.

En fin. Tótem y Tabú.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)16-12-11.

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