miércoles, 25 de enero de 2012

MONTORO

He bajado al Maravillas y la tele estaba puesta. Adivinen quien aparecía en pantalla.. Montoro, el flamante ministro de Hacienda del nuevo gobierno de derechas que se caracteriza por tomar decisiones 'valientes'. Ahora las medidas para joder a los pobres, sin beneficiar tampoco tanto a los ricos, se llaman así.

Luego he subido a casa, para preparar el desayuno a mi mujer, que está encamada por culpa del nervio ciático. En la tele pequeña, --la teníamos retirada, pero la hemos puesto en funcionamiento para ver los martes a las 21,15 a Xavi Castillo.Te partes de la risa-- las previsiones meteorológicas anuncian lluvias generalizadas para el viernes. Jo, hemos quedado con Antonio y Lola para ir a lo de Natalia, a la inauguración de la cosa de una artista extranjera, y ahora me temo que tendremos que ir con chubasquero y unas botas de filibustero, de esas que se llevan tanto. El caso es que, después de lo del tiempo, ha aparecido el rostro de un ministro en pantalla, el de Montoro, claro.

Ayer no vi el telediario a mediodía, porque el profe de teatro nos ha recomendado que nos quitemos, al menos, un telediario al día, que luego vamos a clase tristes y deprimidos y así no se puede hacer teatro exprés cómico, pero en el de la noche, antes de pasarme a Xavi Castillo, vi a Montoro, otra vez. Luego en El Intermedio vi un teleñeco que largaba un discurso con la inconfundible voz de, ¿quien?, Montoro, si. Otra vez. O sea.
(...)
Este hombre, nuestro flamante nuevo ministro de Hacienda, despliega una actividad frenética, una omnipresencia que parece orientada a resolver los problemas que acucian a los españoles. Yo, puñetero como soy, me pregunto, no sería mejor que se quedara en su despacho, dirigiendo activamente a sus subordinados, los inspectores de tributos, para recuperar rápido los 150.000 millones de Euros que permanecen sumergidos y resolverían el problema del déficit público, --al parecer los inspectores han recuperado en los últimos años 50.000 millones,de los 200.000 que nos habían afanado (vease Fabra uno, el de Castellón y otros de su calaña)-- en lugar de dedicarse a una actividad puramente comunicacional, cual es la de salir a todas horas en la tele, con una incontinencia verbal que obliga a sus colegas a desmentirlo cada dos por tres.

Este hombre pequeño, con voz que recuerda al doblador de Donald, tiene la misma manía que todos los demás que he conocido de su estatura. Quiere crecer en estatura pública, para compensar lo que la naturaleza le ha negado. Bien. Está en su derecho. Pero no trate de convencernos de que sus paseos por los platós mejorarán el día a a día de los ciudadanos agobiados, no es creíble.

Cuando se habla tanto, tan a menudo, en tantos foros, es casi imposible no decir cosas
tontas. Lo del castigo penal para quien gestione mal los presupuestos ha sido una ocurrencia. Una ocurrencia, porque Montoro no ha pensado lo que decía, no ha caído en la cuenta de que si su propuesta se aplicara con retroactividad, la mitad de su partido iría a la cárcel. Ha tenido que salir el barrilito Soraya a puntualizar que el tratamiento penal de la mala gestión pública se sanciona con la inhabilitación.

El enfoque 'legislativo' de Montoro para la solución de los problemas derivados de la mala gestión pública tiene una grave carencia. En nuestra cultura, como en otras mediterráneas, está muy arraigado el sentido del placer hedonista, que incluye saltarse las leyes a la torera, cuando se oponen a esa filosofía de vida tan nuestra. Hacer una ley nueva nunca ha servido en este país para cambiar la conducta de los destinatarios de las disposiciones y decretos que tratan de conseguir un comportamiento cívico, porque eso es el resultado de un largo proceso educativo, que no se puede improvisar por decreto.

Empezaremos a creer a Montoro cuando,en lugar de pasar su tiempo en los platós de televisión proponiendo leyes nuevas, se ocupe en el despacho de su ministerio, rodeado de un buen equipo técnico, de hacer cumplir las leyes ya vigentes en materia tributaria.

Solo con eso, el gobierno de Rajoy dispondría de mas de cien mil millones de euros de la economía sumergida y ese refuerzo de los recursos públicos le permitiría cambiar su discurso. Ese que dice que los recortes son inevitables, y que no hay alternativa a sus medidas, por la herencia recibida. Los cien mil millones pendientes de recaudar, ojo, también forman parte de esa herencia. ¿Porqué no van a por ellos?.

Agradeceré al Sr. Montoro que, en uno de sus múltiples discursos, nos aclare porqué.

En fin. Montoro.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-01-12.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios