He bajado al Maravillas con un frío de cojones. Quienes dicen que tenemos un invierno cálido es que no madrugan. Por el camino me he ayudado del pañuelo para contener mi abundante destilación nasal, que algunos expertos dicen que hay que atribuir a las rinitis provocadas por la falta de lluvia que no limpia el aire contaminado.
El periódico ha llegado a una hora mas temprana que de costumbre y en una de sus páginas se aludía a la corta vida de nuestro presupuesto autonómico, una lista cuantificada de los objetivos políticos que se marcan las instituciones que gobiernan, pero no reinan, que solo ha durado vivo dos semanas, al cabo de las cuales, un decreto de il bel.lo Fabra, ha enviado al cesto de los papeles inútiles. Una decepción.
Ayer sufrí otra decepción, mas personal. Acudí al centro municipal donde asisto al aula de Medios de Comunicación con la intención de convertirme algún día en un periodista serio, y me encontré con la sorpresa de que mi profesora, con la que yo creía sostener un vinculo platónico, me ha abandonado. Se ha marchado, sin previo aviso, a otro centro a impartir sus clases y nos ha dejado a merced de una profesora nueva, de la que solo puedo decir, de momento, que tengo algunas dudas, que espero despejar en los próximos días, sobre la calidad de su equilibrio emocional, por decirlo de un modo fino.
Cristina, se que lees el blog, así que desde aquí te digo que me siento traicionado. Una vez me dijiste que te recordaba a tu padre, y eso me hizo concebir esperanzas de alguna relación edípica o así, pero con tu traición haces que pierda la fe en la condición humana femenina.
Si ya no podemos creer en los presupuestos, en las profesoras de periodismo, en los políticos ni en los banqueros, va a ser que el titular que vi el otro día, atribuido a Osoro, arzobispo de Valencia, en el que afirmaba que las tribulaciones que nos afligen tienen su origen en una crisis mundial de fe, y que yo había leído con un cierto escepticismo agnóstico, ha dado en el clavo.
(...)
Después de esta introducción algo loca, seguiré con lo de los Presupuestos. El decretazo del bel.lo Fabra sigue al de Rajoy, quien, después de un trámite, al parecer puramente formal, de prórroga de los presupuestos del gobierno central, los ha dejado sin contenido por la vía del recortazo.
En mi larga y errática vida profesional estuve directamente vinculado a la tarea de elaborar presupuestos, en el ámbito de la empresa privada, en diferentes compañías, de distinto tamaño y actividades, vinculadas a diferentes grupos empresariales, pero en todos esos presupuestos había una norma común. Una desviación superior al 2% en los gastos se consideraba una herejía.
La vida mercantil de esas empresas transcurría de tal modo que la disciplina presupuestaria, que era un dogma de fe, siempre se cumplía. Lo sé, porque yo estaba encargado de informar a los diferentes consejos de administración de los resultados de esa gestión presupuestaria, de comunicar de un modo puntual, cada mes, y a fin de ejercicio, las desviaciones que se producían.
O sea, podríamos decir que yo era el Vela, el que velaba por la disciplina presupuestaria, y si en alguna de esas reuniones, yo hubiera informado de un desvío excesivo, o hubiera presentado un presupuesto nuevo que invalidara el anterior me habrían dado, directamente, una patada en el culo.
Este hecho demuestra que el modo en que se maneja la política presupuestaria en la esfera pública, especialmente desde gobiernos neo conservadores, aunque no solo ellos, nada tiene que ver con la estricta disciplina presupuestaria que marca la gestión de las empresas y grupos bien organizados del sector privado. También aporta una evidencia que suaviza la falta de fe en los presupuestos. Son los presupuestos públicos los que carecen de cualquier credibilidad, no así los de las empresas privadas que funcionan con criterios de eficiencia.
En cuanto a la relación platónica, suele ser una ilusión, mas que una relación, no suele ser cosa de dos, sino mas bien producto de la fantasía de uno, por consiguiente, es exagerado que uno se declare traicionado por el abandono súbito de su profesora de comunicación, se trata de un simple cambio de destino, y eso solo cabe atribuirlo al misterioso arcano burocrático, que nada tiene que ver con las aficiones, simpatías y hasta sinceros afectos, correspondidos o no, que surgen en las relaciones humanas.
Hecha esta aclaración, vuelvo a la afirmación del arzobispo Osoro, a quien solo cité en el blog cuando le colocaron el capelo arzobispal, sin ningún ánimo crítico, pues le concedí la cortesía de los cien días que se otorga a los ministros recién nombrados.
Osoro también es ministro de otro gobierno, el celestial, pero al parecer quien preside ese gobierno es un declarado hedonista, pues permanece ajeno en las alturas, entregado a los placeres de la divinidad, sin ocuparse de sus criaturas atribuladas, que, según Osoro, han perdido la fe, digo yo si será por falta de dedicación del jefe.
Una interpretación menos mística de la falta de fe ciudadana en los presupuestos públicos, los políticos y los banqueros, la da la observación de los cambios experimentados por el bel.lo Fabra en el escaso tiempo que lleva ejerciendo la terrenal presidencia de nuestra comunidad.
Cuando Fabra dio sus primeros discursos quedó claro que un nuevo estilo, una nueva imagen presidencial había aterrizado en nuestra comunidad. La belleza de sus discursos, el compromiso ético que desprendían, la propia presencia física de Fabra que, ¿se han dado cuenta? emana sinceridad y honestidad desde un aspecto llano, sin doblez, pronto se han visto revestidos por la adherencia cínica de la política, en particular, la conservadora, que detenta ahora el poder, hace y deshace presupuestos a su antojo, y con ello condena a pagar los costes de esa crisis de fe a que alude Osoro a los mas díscolos, enseñantes, sanitarios, por la vía del recorte brutal de salarios, a los pensionistas, por la mas sutil del hachazo a su poder adquisitivo.
Fabra recuerda ahora a otro político, a quien de joven llamaban il bel.lo Julio, que se eternizó en el poder, Andreotti, a quien se atribuye la frase, 'el poder desgasta, sobre todo, a quien no lo tiene'. Bienvenido al mundo del cinismo político sin escrúpulos, bel.lo Fabra, se acabó el encantamiento.
Después de habernos prometido un cielo sin impuestos en la campaña electoral, los conservadores que nos gobiernan nos envían al infierno de la precariedad en los salarios y en los servicios públicos, y además, suben los impuestos.
¿Como no vamos a tener una crisis de fe, si los políticos dicen una cosa y hacen otra, prometen cosas que no cumplen, y los presupuestos duran vivos dos semanas?.
Si ya no podemos creer en los presupuestos, en los políticos, en los banqueros, ni siquiera en las profesoras de comunicación, ¿que nos queda? . Tal vez debamos elevar los ojos al cielo, escapar de las miserias terrenales, pero, ¿Y si allí arriba la que gobierna es Merkel?.
En fin. Presupuestos, etc. (un poco místico ha salido, no?)
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)10-01-12.
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