lunes, 2 de enero de 2012

¿PARA QUE SIRVEN LOS MINISTROS DE TRABAJO?


¿Para que sirven los ministros de Trabajo? En las últimas décadas siempre hacen los mismos discursos, Reforma Laboral, contratación temporal, estímulos al empleo. La Reforma Laboral, un latiguillo sin contenido, se ve que no termina nunca. En cuarenta años no han tenido tiempo de definir unas relaciones laborales reformadas  que sirvan para algo.En cuanto a la contratación temporal ya sabemos para que sirve, desde los tiempos de Felipe González, para hacer los empleos mas precarios, sin que por ello se aporte ni un ápice al volúmen de empleo en tiempos de crisis.

Y es que los niveles de empleo no dependen de las medidas políticas que toma cada ministro de trabajo, sino de la voluntad de los empleadores y del crédito financiero del que disponen. Ya pueden decir misa los ministros de trabajo que, en ausencia de crédito y capacidad de inversión, aquí no crea empleo ni dios.

Encima de la patente inutilidad de esos ministerios en tiempos de crisis, sus titulares, todos, son especialistas en hacer declaraciones incongruentes, cuando no ridículas, o contradictorias con las de otros departamentos ministeriales. Pasó con Corbacho, que dijo un montón de tonterías cuando le confiaron esa cartera de segunda, que le dan a cualquiera después de repartir las de primera, pasó con su sucesor, el del cabello cuidadosamente descuidado, y ocurre ahora con la flamante nueva ministra que ha declarado, en un tono que recuerda a Queipo de Llano cuando tomó Sevilla, que el gobierno saliente ha dejado un país en ruinas.

El Partido Popular que había prometido no subir los impuestos, y cuyo acceso a la alternancia en el gobierno parecía ser mas elegante, ahora por boca de la ministra de trabajo recurre, de forma descarnada y demagógica, al viejo argumento sucesorio de la herencia recibida.

Las herencias, cuando vienen lastradas por las deudas, se toman a beneficio de inventario, pero no es bonito, ni elegante, comenzar a justificar los incumplimientos de las promesas electorales con la demagogia agresiva y el tono militante y reaccionario que ha empleado la ministra apenas le han acercado un micrófono para explayarse.

Ninguna reforma laboral, ninguna forma de contratación, tendrá el menor efecto en el nivel de empleo, si no se resuelve el problema del crédito a las empresas y a los emprendedores, y mientras la banca española tenga unas deudas considerables con el exterior, por el recurso al crédito internacional en la época de vacas gordas, que debe satisfacer con carácter prioritario, unos índices de morosidad altísimos
y cuando reciba liquidez del Banco Central Europeo,  a un tipo de interés bajo, dedique esos fondos a prestar a las Administraciones Públicas, a un interés mas alto, lo que proporciona un margen que asegura dividendos a sus accionistas, sin asumir riesgos, ya puede la ministra decir misa que las cifras de desempleo van para largo. No va a ser cuestión de meses, sino de años.

La demagogia del discurso de la herencia recibida puede que sirva para dos segmentos de población, quienes quieren oírlo, por su afinidad ideológica con quien lo emite, o los mas desinformados entre el resto de la población, pero es seguro que no va a tener ningún efecto en el nivel de empleo, y quedará agotado en muy poco tiempo.

Tan pronto los trabajadores en paro y el resto de la población comiencen a comprobar que la retórica de medidas y reformas no sirven para nada,y el mero transcurso del tiempo ponga en evidencia la incapacidad de la ministra y su gobierno para cambiar el sentido del ciclo económico, la realidad se impondrá a la retórica vacía y agresiva de esta nueva ministra, que tanto nos recuerda con su discurso lo mas visceral de la extrema derecha militante.

La solución al desempleo vendrá del sistema financiero, primero, luego, si hay voluntad inversora, de los empleadores. En ningún caso cabe esperarla de un ministerio que, desde hace decenios, es meramente decorativo, y menos aún de una personalidad política como la de la ministra, que ha revelado, ya en su primer discurso, lo que se puede esperar de ella.

En todo caso, temo que ninguna mejora cabe esperar este año. En los primeros tres meses, por desgracia, vamos a ver empeorar las cifras del desempleo, luego puede haber un alivio temporal, estacional. En ningún caso 2.012, en su conjunto, parece que vaya traer a una mejora sustancial de la situación. La mayor crisis en los últimos cien años, por su dimensión, por su amplitud, por su complejidad, no se resolverá en un corto espacio de tiempo. 

Tratar esta situación como algo heredado de un gobierno anterior, sin explicar que estamos hablando de una crisis global, ocasionada por las prácticas de una economía global, que excede lo puramente doméstico, aunque nuestra peculiar burbuja inmobiliaria le de un carácter propio y diferente, es pura demagogia, y no contribuye a dar pistas sobre las posibles soluciones a una situación grave, mas no ruinosa.

En fin. ¿Para que sirven los ministros de Trabajo?

LOHENGRIN(CIBERLOHENGRIN.COM) 2-01-12.

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