miércoles, 26 de febrero de 2014

EL ESTADO DE LA NACIÓN

La nación está en estado, la han jodido tanto unos y otros en los últimos años que casi no queda duda de que se ha engendrado una nueva criatura deforme que en nada se parece a la de 2007, por decir algo. Si alguien tiene duda de lo que afirmo, le recomiendo que lea el artículo que publica hoy en la 35 de 'Levante' Matías Vallés, un tipo permanentemente cabreado, que no por eso deja de ser un buen periodista.

Ese artículo es como una ecografía que revela los perfiles malformados del feto engendrado por las contrarreformas de Rajoy que, si el proyecto de Gallardón se convierte en ley, no habrá posibilidad de abortar.

Vallés pone de manifiesto en su ecografía la farsa de Rajoy en su comparecencia anual para convencernos de que el niño que se alumbra bajo su mandato está exento de taras y defectos graves y, como un padre orgulloso, se atribuye la paternidad de una nación mas feliz gracias a su dedicación política exitosa.

(...)
No se que será de la nación en estos días, pero de sus nacionales, si atendemos a los argumentos de Vallés, por lo menos diez millones están bien jodidos, y se sienten algo embarazados por la distancia entre los discursos públicos y las realidades personales y privadas. 

Es una burla cínica que nos digan que los ingresos de 12.000 euros anuales no pagarán IRPF, cuando prácticamente no pagaban. Esto es como lo del 0,25 de las pensiones, lo mismo que da risa que en otra página de 'Levante' se hable hoy del lobby de las pensiones. ¿Los pensionistas lobistas?, no me digan...ja,ja,ja.

Personalmente, el estado de la nación me importa un huevo, porque la expresión nación nunca ha sido de mi agrado, evoca el nacional socialismo alemán, o el nacional catolicismo español, observen que todas las expresiones compuestas que llevan el prefijo nacional han sido, históricamente, la expresión de dramas colectivos de incalculables pérdidas humanas. 

Prefiero país, seguramente por mis influencias de la infancia, ya saben, el país de nunca jamás, el país de las maravillas, todos esos países donde la imaginación infantil se ha cultivado al margen de las crueldades de los hombres. 

Entre las tribus primigenias y las naciones belicistas del siglo pasado hay grandes diferencias, pero tanto en unas como en otras seguramente estuvo presente la crueldad, esa crueldad que sigue presente en el trato al otro, véase el conflicto fronterizo que hace nada ha causado tantas víctimas y ha producido la vergüenza ajena, al escuchar tanta declaración contradictoria entre quienes se supone que tienen la responsabilidad de atender esos conflictos bajo el imperio de las leyes.

Mi preferencia por país, en vez de por nación, puede atribuirse a un resabio infantil en favor de la fantasía, a un rechazo de la realidad, pero mas fantástico aún ha sido el discurso de Rajoy sobre el Estado de la Nación, donde ha primado una concepción fantástica de la realidad, en lugar de una declaración honesta sobre los aciertos y errores de su política, que ha conducido al embarazo de la nación con un feto malformado por los impulsos contrarreformistas. 

En manos de los electores, del país, en definitiva, está seguir aplaudiendo esa política contrarreformista que nos trae una España deforme, o asumir el riesgo de cambio que supone mandar a la derecha al ostracismo. 

Puede que sea un riesgo, pero el país necesita asumirlo, de lo contrario, habremos de convivir con ese ser político deforme que han construido en apenas dos años, quienes nos gobiernan. 

En fin. El Estado de la Nación. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26-02-14.

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