miércoles, 12 de febrero de 2014

FOBIAS, FILIAS Y DECEPCIONES.

Releo la entrada de ayer, Notoriedad, y percibo un tufo fóbico muy evidente en sus contenidos. Fobia a los políticos autonómicos, a la lider del PP en Catalunya, a la monarquía, a los políticos franceses, y hasta a la leal oposición, en resúmen, fobia a todo tipo de poder político.

Si quedaran prácticos del psicoanálisis en ejercicio, que no hay, lo que tenemos son médicos en los departamentos de salud mental, y a veces ni eso, son médicos de familia que se atreven con todo, convertidos en expendedores de sustancias químicas cuyos efectos solo conocen a través de la prueba y el error, si quedaran psicoanalistas, digo, y leyeran esa página, concluirían que es el resultado de dos fuerzas emocionales negativas.

La frustración por no formar parte de esa élite política, salir casi cada día en las fotos, hacer discursos aconsejado por decenas de asesores y fingir que me dedico al bienestar de los electores. Si hablamos de frustración por no pertenecer a un colectivo privilegiado, esa sensación no se puede separar de la envidia, algo que ha sido reconocido repetidas veces como la expresión mas fiel de nuestro carácter nacional.

Como no quedan prácticamente psicoanalistas, tengo que ocuparme yo personalmente de ese autoanálisis, y digo que no, ni frustración, ni envidia, si acaso cólera, por la presencia permanente en todos los medios de una clase política, en general, incapaz, carente de los talentos y la flexibilidad para adaptarse a las exigencias de los tiempos, que se ha quedado obsoleta y ya no puede servir a los fines que se le demandan.

Este diagnóstico puede parecer simplista, pero intuyo que es compartido por la mayor parte de la población, y solo hay que esperar a las próximas elecciones europeas para comprobar, mediante la mayoritaria abstención, su vigencia.

No conozco ningún remedio, por ahora, para esa situación, así que debo reconocer que además de la cólera expresada ayer, en lo de hoy solo aflora la negatividad. Ahora me ocuparé, después de las fobias, de las filias, que son algo mas positivo.
(...)
He ido al estanco a por tabaco y he comprobado el contraste entre la fobia que he expresado a los políticos, con las filias de algunos humanos hacia los animales. Una señora contaba a la estanquera la historia sentimental de su relación con su perro, que tiene tres años y ahora está enfermo. El tono de voz de la señora revelaba una compasión hacia su animal de compañía realmente emocionante. 

Me acordé de una amiga a quien confiaron hace poco un Terrier, ¿O es un Yorkshire?, recién nacido, que ha tenido la desgracia de ser atropellado en un paso de peatones. Mi amiga se ha gastado mucho dinero en la atención veterinaria a su cachorro, pero ha conseguido que sobreviva y que no quede cojo. Hace poco le han quitado las grapas de la pierna lesionada. Como no tiene fracturas, saldrá de esta.

Tengo una vecina que fue visitada varias veces por la policía, debido a las quejas que producía su afición de lanzar paquetes de comida a los gatos que pululaban, en estado salvaje, por el patio de luces. Su afición a cuidar a los gatos es tan extrema que, cuando ha sido ingresada en el hospital, ha encargado a una persona que se ocupe de atenderlos en su casa, mientras dure su ausencia. 

¿Porqué cuento esto? Me llama la atención el contraste entre las fobias (la mía) entre unos humanos y otros, y el amor desinteresado entre humanos y animales, si. No saco ninguna conclusión de estos sentimientos y conductas tan aparentemente opuestos, solo lo constato.

Fobias y filias, solo son dos manifestaciones de las emociones humanas, tal vez del lado mas irracional de las personas. 

Ayer asistí al Aula de Teatro, algo emocionado, porque pensaba que me tocaría leer la escena corta que había escrito por encargo del profe, eso del encuentro en un café teatro de dos mujeres que solo se conocen por Internet, pero ignoran sus nombres y su aspecto. Cuando se reconocen en la cita, porque ambas llevan una violeta en el pelo, al saludarse se descubre que una tiene nombre y la otra no.

Ese es el arranque de la escena que no pude leer porque el profe, yo creo que por una alteración mental estacional pasajera, vino dispuesto a romper todos los esquemas del programa que seguimos y, sin venir a cuento, nos hizo leer una comedia marciana que ha escrito, y se olvidó por completo de lo que nos dijo el día anterior, con lo que nos fuimos del Aula con los papeles escritos en el bolsillo y, por lo que me concierne, algo decepcionado. 

La decepción tiene sentido, si consideramos que el arte es lo que nos salva de las miserias cotidianas, nos eleva por encima de ellas y, al no poder expresar esa vena artística, vuelve uno a sentirse un poco miserable, si. 

En fin. Fobias, filias y decepciones.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 12-02-14.

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